Red de escritores en español

sábado, 26 de septiembre de 2009

La casa de Alberto y Silvia

La casa de Alberto y Silvia
Alberto era arquitecto, Silvia psicóloga. Vivían en un departamento de Belgrano y estaban cada vez mas cansados del ritmo de la ciudad. Por lo que decicieron comprar una casa en las afueras de un pequeño pueblo para pasar los fines de semana. Esto hizo que Silvia eliminara los turnos que daba para los Sábados a la mañana y optara por trabajar mas de Lunes a Viernes.En ese pueblo dormían largas siestas. Comían asados en un patio que tenían en el fondo. Nada ni nadie los molestaba. Tampoco faltaban las mañanas en las que, luego de desayunar, caminaban por una amplia zona de quintas y pastizales hasta llegar al centro. Donde había autos, negocios y gente. Allí miraban vidrieras y a veces tomaban algo en algún bar. También compraban el diario, facturas o alfajores.

Una noche paró una camioneta frente a su casa. Su onductor se bajó y se quedó allí parado un largo rato. Luego volvió a subir, toco bocina como si estuviese saludando y arrancó. No sabían quien pudo haber sido. Ningún conocido suyo tenía la dirección de ese nuevo lugar. Pensaban que quizá era alguien que se equivocó de calle.

Después las semanas fueron pasando sin que transcurriera algún hecho similar. Ya venían los meses de calor. Por lo que generalmente iban a pasarlos a una laguna que quedaba cerca de allí. Donde además había un balneario con pileta, quinchos, canchas de fútbol, bochas y caballos para alquilar. También estaban las tardes que se quedaban tomando mate en el jardin que tenían en la entrada de su casa. Mirando como el sol se ocultaba entre las hojas de los árboles mientras el cielo se ponía cada vez mas oscuro.

En otra ocasión Silvia fué a cerrar la ventana. Entre la poca luz que había afuera alcanzó a distinguir la figura de un hombre, quien estaba sentado en la vereda de enfrente.Sin embargo optó por no darle demasiada importancia y siguió mirando la tele. A la mañana siguiente ya no estaba.

Luego hubo una madrugada en las que los dueños de esa casa se despertaron a causa del intenso olor a humo que había. Revisaron varios artefactos y encontraron todo normal. Al mirar a la calle vieron a esa persona tocando una guitarra al lado de una fogata. Les pareció extraño. No entendían que podía estar haciendo a esa hora en ese lugar. Para no complicarse decidieron acostarse e intentar conciliar de nuevo el sueño. Al otro día quedaban solo las cenizas.

Durante un largo tiempo no tuvieron noticias de aquel hombre. Algunas veces cuando salían a cenar y caminar por la avenida principal lo veían comprando flores o sentado en algún bar con dos vasos de cerveza. Lo que los hacía suponer que estaba acompañado de alguien. Solo una noche tuvieron problemas. Fué cuando al volver a su casa encontraron su camioneta estacionada en la puerta. Una vez que bajaron del auto para entrar vieron que este se hallaba acostado en el jardin con una botella de vino y dos copas. Apenas los vió arrojó la botella contra una pared reventándola en mil pedazos, fué hacia la camioneta y salió a toda velocidad.

Luego como se les había roto el auto sumado a que Alberto estaba demasiado ocupado con el nuevo shoping que se iba a construir estuvieron sin ir varios días. Después fueron varios fines de semana pero no supieron nada de ese hombre. Solo una vez lo cruzaron. Cuando salieron del cine y vieron que este estaba en la fila para el próximo turno.Otro Sábado salieron mas tarde que lo habitual. Tenían visitas. Se trataba de Daniel y Norma, un matrimonio amigo al que no veían desde hace años. Con quienes entre café y medialunas se la pasaron recordando viejas épocas. Como la noche que Alberto conoció a Silvia en un fogón de Villa Gesel, la banda de rock que intentaron formar este, Daniel y dos compañeros mas de la secundaria. Pero luego el tiempo pasó y quedó todo en la nada. Tampoco faltaron los asaltos, los picnic de primavera o el último recital de Sui Generis, al que habían ido con Carlos, un amigo del barrio que los llevó en un Fiat 600 y que a la vuelta terminaron en la comisaría por sospechosos. Luego hablaron de su situación actual. De los hijos que crecen, se independizan y se van a vivir solos mezclado con algo de política y fútbol.

Una vez que se quedaron solos fueron para el pueblo.

Llegaron de noche. Vieron que en la puerta de su casa estaba estacionada la camioneta de ese hombre, la cual tenía abierta la puerta de atrás. Pusieron las luces largas e iluminaron el frente pero no encontraron nada. Al ponerse detrás de la camioneta vieron que su dueño se hallaba completamente desnudo durmiendo en un colchón. Silvia pegó un grito. Inmediatamente este se levantó, agarró un palo de escoba que tenía y empezó a golpearles el capot. Lo que obligó a Alberto a poner su coche en marcha. Y entre los dos acordaron recorrer de nuevo los mas de doscientos kilómetros que los separaban de la Capital.

Por ese motivo estuvieron un largo tiempo sin ir. Aquel lugar ya no les resultaba tan atractivo como al principio. Ademas ya comenzaba el otoño y los días no eran tan lindos. Preferían ir al Tigre, a Luján o a alguna de las tantas quintas que hay en las afueras de Buenos Aires.

También aprovechaban para visitar mas seguido a sus hijos. A Gastón, que alquilaba un departamento junto a dos amigos de la facultad, y a Micaela, que era contadora y vivía con su marido y su pequeña hijita. A quien casi siempre le compraban golosinas o muñecas para que juegue.

Un Sábado fueron de nuevo. Se la pasaron buena parte del día pintando, barriendo y sacando las hojas secas que cubrían la entrada. Como estaban cansados y ya se había hecho la tarde decidieron quedarse hasta el Domingo. No tuvieron ningún tipo de problema. Hecho que los animó un poco. Por lo que fueron varios fines de semana mas aunque no tan seguido como antes.Hasta que otra noche volvió a parar esa camioneta. Su conductor se bajó. Solo que esta vez vestido de saco y corbata. Caminó hacia la casa y golpeó la puerta. Alberto y Silvia preguntaron que quería pero no contestaba. Solo se limitaba a pronunciar el nombre Rita. El cual primero lo decía en voz baja, pero a medida que pasaban los minutos lo hacía cada vez mas alto llegando a gritar. Luego empezó a tirar piedras contra el frente. Por lo que los dueños de esa casa decidieron llamar a la policía.

Al rato llegaron tres patrulleros con varios uniformados y familiares de ese hombre. Quienes explicaron que desde hace un tiempo y cada vez mas seguido por las noches sufre ataques de locura. Cree que su esposa, quien murió hace mas de quince años, aún sigue viva. Razón por la que a veces se pierde, desaparece por semanas enteras y viene aquí. A la casa donde ella vivía cuando estaban de novios. Antes de que se casaran y se mudaran a la ciudad de La Plata.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Una noche de verano

Una noche de verano.

Jacinto habitaba una pequeña casa situada en el campo. Una noche de verano fue a visitar a un amigo que vivía en un pueblo cercano. Allí permaneció un largo tiempo comiendo asado y jugando a las cartas junto a este y dos personas mas.
Una vez que salió, al igual que como solia hacerlo en varias ocaciones, se puso a caminar por una angosta calle de tierra que lo llevaría de nuevo hacia su hogar. En ese sitio no había nadie. Lo único que lo iluminaba era la luz de la luna. Hacia los costados no se veía otra cosa que extensos pastizales o algún que otro árbol. De pronto le pareció oir unos pasos que avanzaban a lo lejos. Se dió vuelta pero no encontró nada extraño. Lo único que le llamó la atención es que apenas giró su cuerpo estos inmediatamente desaparecieron. Siguió caminando. Al rato escuchó un grito. Miró para todos lados y comprobó que todo se hallaba en absoluta calma. Aceleró la marcha. Al cruzarse con un gato creyó que era este el causante de todos esos ruidos. Lo que hizo que se quedara mas tranquilo. Prendió un cigarrillo y se sentó en un costado.
Cuando terminó de fumar decidió continuar su marcha. Mientras caminaba volvió a sentir esos mismos pasos. Con la diferencia de que esta vez estaban mucho mas cerca. Giró de nuevo su rostro y alcanzó a divisar una figura negra que avanzaba a toda velocidad hacia donde se hallaba él. Aceleró el ritmo. Luego de varios minutos no volvió a observar mas nada a la vez que esos ruidos se callaron.
Estaba bastante preocupado con estos últimos episodios. Veía que aquel gato no tenía nada que ver. Que era otra cosa que no sabía de que se trataba. Pensaba en que nunca le había ocurrido nada similar a lo largo de los aproximadamente treinta años que realizaba ese trayecto. Menos aún en los momentos que de joven se quedaba ahí mismo contemplando las estrellas junto a su novia o las veces que se ponía a entonar melodías con su guitarra al costado de ese camino esperando el amanecer. Sentía que desde ahora todo iba a ser distinto. Que ese lugar se había puesto peligroso como para recorrerlo de noche.
Cuando ya se encontraba a pocos metros de su casa escuchó que alguien tosió. Se dió vuelta y vió a un hombre encapuchado vestido con un sobretodo negro. Quien portaba un hacha en una de sus manos y tenía una piel extremadamente blanca repleta de arrugas. Empezó a correr. Notó que ese individuo lo hacía mucho mas rápido que él a pesar de que aparentaba contar con bastante mas edad mientras se reía a carcajadas. Miró de nuevo hacia atrás y descubrió que le faltaban todos los dientes a la vez que ya lo tenía bien cerca. Siguió corriendo a toda velocidad.
En el instante en el que empezaba a sentir como intentaba tomarlo de la ropa logró ingresar finalmente a su hogar. Allí se sirvió un vaso con agua y se quedó un largo tiempo sentado en la cocina. No tenía la menor idea acerca de quien era esa persona, que buscaba o las causas por las que se hallaba en ese lugar. Pero lo que mas lo preocupó fué la forma en la que lo siguió a lo último. Tenía miedo de que fuera a matarlo. Una vez que logró calmarse se fué a acostar.
A la mañana siguiente, apenas se levantó, salió afuera y encontró todo normal. No había marcas de hachazos en la puerta, las macetas que tenía se hallaban en perfecto estado.
Durante los días posteriores no volvió a ver mas a ese hombre ni tuvo que afrontar algún hecho similar. Conversó sobre ese tema con algunos conocidos que vivían en campos vecinos pero todos le dijeron que jamás oyeron hablar de algo así. Lo que le pareció mas extraño aún.
Una tarde vió que estacionó una camioneta frente a su casa. Fué a fijarse y vió que se trataba de su primo, quien era escritor y vivía en un campo bastante alejado. Este le mostró un libro donde aparecía una serie de historias, varias de las cuales eran parecidas a la que él le había ocurrido. Le preguntó de donde las sacó y se limitó a responderle que quiza no se acordara debido al estado de ebriedad que tenía o se le mezclaran las cosas. Pero esa noche, después que volvió de ese asado con su amigo a eso de las doce, ambos se encontraron y se quedaron imaginando historias hasta altas horas de la madrugada mientras tomaban vino y cerveza. Tambien le dijo que al final él estaba bastante borracho y se había quedado dormido. Razón por la cual este había decidido irse.

sábado, 12 de septiembre de 2009

La noche y los cuerpos

Las estrellas le dan la bienvenida a la luna y otra noche mas que cae sobre la ciudad. Hoy es Sábado. Día en el que los cuerpos toman diferentes comportamientos.
Hay cuerpos que despues de leer algo o ver una peli se van a acostar. Cuerpos que se la pasan con sus seres queridos hasta altas horas de la madrugada. Cuerpos que bailan al compas de la música. Cuerpos que tienen una noche de placer junto a su pareja. Cuerpos que caminan perdidos por las calles sin saber donde van. Cuerpos que esperan volver acompañados a sus casas. Cuerpos que se tambalean bajo los efectos del alcohol o de alguna otra sustancia.
La noche de los Sabados con sus misterios saca a relucir lo que la mayoría de los cuerpos suelen ocultar los demas dias de la semana.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Va a estar bueno Buenos Aires


17 clausuras y desalojos hasta el momento:

1- Centro Cultural y Social Almagro, centro cultural alternativo desalojado violentamente la semana pasada. Medrano 473, Almagro. Contactos almagrocentrocultural@gmail.com

2- Vecinos por el 25 de Mayo, grupo de vecinos de Villa Urquiza que lograron la recuperación del cine teatro 25 de mayo, la promesa fue cogestionarlo entre el gobierno porteño y los vecinos del barrio, pero no se cumplió. Allí presentaron al jefe de la policía porteña lo que motivó un acto de repudio en el que adhirieron a nuestras protestas. Contactos vecinosxel25demayo@gmail.com

3- Centro Cultural del Sur del gobierno de la ciudad, hace varios meses fue clausurado por el gobierno a causa de que el propio gobierno no realizó las reparaciones indispensables para mantenerlo funcionando. Se cerraron los talleres y se levantaron todos los espectáculos programados en su auditorio. Av. Caseros 1750, Barracas.folkdelsur@gmail.com

4- Cirko Trivenchi, centro cultural alternativo circense con orden de desalojo, Av. Caseros 1712, Barracas.

5- Movimiento Afrocultural Bonga, centro cultural alternativo afro con orden de desalojo. El gobierno de la ciudad les daría el uso del CC Plaza Defensa, donde no podrían tener su vivienda ni llevar adelante los talleres que les permiten subsistir. Herrera 313, Barracas.

6- CC Plaza Defensa del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, sería cedido al Movimiento Afrocultural con lo cual quedarían en banda los trabajadores que vienen sosteniendo el espacio desde hace 10 años y se cancelaría la programación artística prevista hasta fin de año. Defensa 535, San Telmo. Contactos defendemosplazadefensa@yahoo.com.ar

7- CC 20 Flores de la Asamblea de Flores, acaban de recibir el primer aviso de desalojo. Avellaneda 2177.

8- El Sexto Kultural, centro cultural alternativo con orden de desalojo que afecta también a la mutual sentimiento y otras organizaciones sociales y cooperativas de trabajo. Av. F. Lacroze 4181, Chacarita. Contactos sexto_kultural@hotmail.com

9- IMPA La Fábrica Ciudad Cultural, centro cultural alternativo, orden de desalojo de la justicia sobre la cooperativa de trabajadores que recupero la fábrica e implica el desalojo del centro cultural. Querandíes 4290, Almagro.

10- Casa de la Cultura Compadres del Horizonte, con clausura del salón en el que tocaban grupos musicales, con ese ingreso sostenían el merendero y las actividades sociales para los http://mc/compose?to=ni%C3%B1@s del barrio. Combate de los Pozos 1983, Constitución. Visita http://www.casadelaculturacompadresdelhorizonte.blogspot.com/

11- Casa Zitarrosa Centro cultural uruguayo-argentino liderado por Cristina Zitarrosa, hermana de Alfredo Zitarrosa el gran cantautor y poeta uruguayo. Desalojado de su sede de Villa Urquiza dodne realizaban talleres, espectáculos y vivía la familia Zitarrosa. Av.Constituyentes 5700, Villa Urquiza.

12- La Huerta Orgazmika y CC La Sala. La huerta que funcionaba desde hace varios años en terrenos linderos a las vías del FFCC Sarmiento, estación Caballito, fue violenta y completamente arrasada con topadoras en horas de la madrugada. Al día siguiente, las organizaciones sociales y culturales fueron al CGP para protestar contra la destrucción terminaron siendo perseguidas por la policía que ingresó al CC La Sala para golpearlos, detenerlos y romper las instalaciones. Visita http://www.orgazmika.blogspot.com/

13- Grupo de Cine libre de Parque Rivadavia, el gobierno de la ciudad mediante la UCEP (Unidad de Control de los Espacios Públicos) y la policía intenta impedir que continúen las actividades culturales gratuitas que el colectivo de cine y otros artista callejeros desarrollan en el Parque. Contactos galopeacontramano@gmail.com

14- Artistas y técnicos de las obras teatrales del Complejo Teatral Buenos Aires (Teatro San Martín, Alvear, De la Ribera, Reggio y otros), están trabajando sin contrato y sin cobrar.

15- Talleristas de los Centros Culturales Barriales del Gobierno de la Ciudad, llevan varios meses sin cobrar.

16- Teatro Colón, por causa de la paralización de obras que lo mantienen cerrado desde hace varios años, corren riesgo los puestos de trabajo de los cuerpos artísticos y técnicos.

17- Escuela de Artes Manuel Belgrano, los alumnos resisten su vaciamiento.
Queremos hacer visible la problemática de los distintos espacios culturales de la ciudad que están siendo desalojados y sufren distintas trabas que les impiden su normal funcionamiento.-- http://www.entiempodenada.blogspot.com/
http://www.flordg.blogspot.com/

martes, 8 de septiembre de 2009

La situacion de la mujer

LAS MUJERES EN EL MUNDO DEL TRABAJO, LA CULTURA Y LA POLÍTICA

¿De igual a igual?

Cuando Silvia se postuló en el concurso para profesora adjunta de la Cátedra de Neurología de la Facultad de Medicina de la UBA, fue la única aspirante mujer a ese cargo. Rindió bien el examen y lo ganó, pero inmediatamente el jurado le preguntó cómo iba a hacer para compatibilizar su vida privada –hijos y marido– con su vida pública; cuestionamiento que no le hicieron a ninguno de los varones que se presentaron. Algo similar le ocurrió a Marcela: «Fuimos seis los postulantes, cinco varones y una mujer. Como fui la única que aprobó, no tuve que competir en la terna que eleva el Consejo de la Magistratura al Senado. No me imagino cómo habría sido mi situación si hubiera tenido que compartir la terna con un postulante varón». Pero, después de haber sorteado varias entrevistas y el riguroso examen para acceder al cargo de jueza, debió vencer un último obstáculo: la impugnación –por un requisito de forma– de la postulación efectuada por otro aspirante al cargo (varón) que derivó en la sustanciación de un trámite que le llevó unos siete meses. Hoy, Marcela Alomar es jueza de paz de Guaminí, departamento Judicial de Trenque Lauquen, y la neuróloga Silvia Kochen es profesora de la UBA, jefa del Centro Municipal de Epilepsia del Hospital Ramos Mejía e investigadora del Conicet, además de fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT).

Historicamente, en la Argentina y en el mundo, las mujeres han estado en una situación desventajosa en todos los ámbitos de la vida pública, y sólo en las últimas décadas han logrado una mayor participación en distintas esferas de la sociedad de manera sostenida y valiosa, aunque la equidad sigue siendo una asignatura pendiente.
La primera irrupción masiva de las mujeres en el mercado laboral, en la década de los 60, significó en muchos casos el desarrollo profesional y una mayor autonomía económica, y fue en parte el resultado de la importante lucha de los movimientos de mujeres en la creación de una conciencia de género para enfrentar situaciones de discriminación y subordinación. Sin embargo, a partir de la década de los 90, el trabajo femenino ha funcionado como mecanismo de ajuste y flexibilización laboral y como compensación para sostener el ingreso familiar.
Según los fundamentos de la ley provincial 13.574, de Organizaciones para el cuidado integral de niños y niñas, los hogares sostenidos por mujeres en el área metropolitana de la provincia de Buenos Aires se representaban a finales de ese decenio entre un 29 y un 31% del total. Pero esta salida al mundo del trabajo no se tradujo en menor carga de tareas domésticas. Por el contrario, se convirtió en una sumatoria de esfuerzos que se agregaron a las tareas tradicionalmente realizadas por las mujeres. Además, aunque esa inserción en el mercado del empleo remunerado abrió un amplio abanico de oportunidades en puestos donde sólo había presencia masculina, en su gran mayoría corresponden a ocupaciones de baja productividad, inestables y con escasa o nula protección social. Las estadísticas muestran que, en general, las mujeres ganan un 30% menos que los varones en puestos de igual rango (OIT, 2007).
Para la abogada e investigadora del Conicet Laura Pautassi, «cuando dos personas, varón y mujer, con iguales capacidades de nivel educativo alcanzado y las mismas potencialidades de desarrollarse en el ámbito del empleo remunerado no reciben un tratamiento igual, tanto al momento de ingresar al empleo como a lo largo de toda su trayectoria laboral», existe discriminación de género.
Para la autora del libro ¡Cuánto trabajo mujer!, esto se puede visualizar en dos situaciones: el fenómeno conocido como «techo de cristal», que alude a las dificultades de las mujeres para prosperar en sus carreras o superar ciertos umbrales ocupacionales, y el «piso pegajoso», que se refiere a la concentración femenina en puestos de trabajo de poca calificación y movilidad, con bajas remuneraciones y escaso acceso a la capacitación laboral. Estos problemas también están relacionados con la menor disponibilidad de tiempo debido a las responsabilidades y ocupaciones familiares de las que se hace cargo el género. «Las mujeres están presentes solamente en algunos tipos de actividades, obviamente en aquellas que tienen que ver con la fundación del estereotipo: lo educativo, lo asistencial, las fórmulas auxiliares del cuidado del otro; están presentes en el comercio, en menor cuantía en el mundo de la producción y desaparecen en aquellos puestos denominados exclusivos para varones. Desde luego, en los más jerarquizados tampoco se las ve, aun en aquellas actividades para las cuales parece que su mandato se corresponde», reflexiona la socióloga e historiadora Dora Barrancos.
«Hay trabajos que están feminizados en función de los salarios. Está demostrado que cuando se van bajando los mismos, ingresan más mujeres, incluso esto se visualiza en las carreras como medicina. Cada vez ingresan más mujeres a la carrera porque se sabe públicamente que el sueldo de los médicos fue bajando», comenta Alejandra Angriman, delegada de la Asociación Agentes de Propaganda Médica y la secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la CTA.
Por un lado, la falta de autonomía económica es un factor de riesgo de pobreza. Según un informe de la Cepal (2004), la mitad de las mujeres mayores de 15 años de América latina no tiene ingresos propios y el número de hogares monoparentales encabezados por mujeres se ha incrementado en los últimos años. Del 80% de la humanidad empobrecida, el 70% son mujeres. Pero por otro lado, las relaciones de empleo no sólo representan condiciones económicas: también marcan posiciones de poder y reconocimiento social. Más aún entre las mujeres, quienes encuentran en estas relaciones herramientas de autorrealización y de fortalecimiento de la autoestima debido las dificultades que tuvieron que atravesar para introducirse en el mundo del trabajo. El empleo no solo proporciona ingresos, también vínculos sociales.

Sin compromiso

En este contexto, y a pesar de los logros, hablar de participación equitativa en los espacios de decisión parece una utopía. «Conversando con un dirigente cooperativo, éste me decía que en su entidad, la mayoría eran varones porque muchas veces las mujeres no se lucen –dice Tatiana Mussato, vocal del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos–. No lo decía en detrimento de las mujeres en general sino porque en su cooperativa no había cuadros de mujeres más formados. Al mismo tiempo, yo me preguntaba si los hombres que estaban allí eran cuadros súper formados y capacitados En muchos casos, las mujeres dicen: para qué me voy a complicar, no quiero entrar a competir, no quiero perder tiempo para que después no tengan en cuenta mis opiniones porque son opiniones de mujer», indica la mendocina, activa militante de distintas organizaciones sociales, advirtiendo que muchas de sus compañeras pueden participar en distintos ámbitos porque son solteras o no tienen obligaciones familiares.
En uno de los sectores donde más se puede ver el avance de la mujer es en la política. Para Barrancos, la Ley de cupo femenino aprobada en 1991 (30% obligatorio en el Congreso Nacional) «vino a resolver el hiato que existía entre el derecho acordado y la expresión real de ese derecho. Cuando no se cumple, el Estado, los poderes públicos, tienen que intervenir con medidas positivas, con medidas obviamente discriminatorias que favorecen a los que están en una posición inferior», sostiene la autora de Mujeres en la sociedad argentina, reclamando al mismo tiempo una mayor paridad en los cargos electivos. En este punto, cabe destacar la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que sin decirse feministas, colocaron a las mujeres, como nunca antes en la historia, y en un momento en que la representación política había implosionado, en la arena pública, convirtiéndose en un sujeto político inédito en el mundo.
Según la OIT, la participación de la mujer en los espacios de representación política, social y gremial es un camino necesario para revertir las discriminaciones persistentes en el mundo del trabajo. En ese sentido, la Ley de cupo permitió incrementar la presencia femenina en el Parlamento, que en 2005 llegó al 35,3% de las bancas en la Cámara de Diputados y el 41,7% en la de Senadores. En el Poder Ejecutivo, la presencia de Cristina Fernández, primera presidenta mujer elegida por los votos, y de tres ministras, muestra un avance significativo en el empoderamiento de las mujeres en espacios estratégicos de decisión. Sin embargo, como sostiene la diputada Diana Maffía, hay desde muchos sectores, fundamentalmente los medios de comunicación, una «banalización del rol de la mujer en la política». La doctora en Filosofía sostiene que «si le fuera mal a Cristina, sería un problema para todas las mujeres. Y dirían: “¿Para esto querían una mujer en la política?”. Pero cuando a un ministro le va mal, nadie dice: “¿Para esto querían un varón?”». Del mismo modo podría haberse interpretado el insulto que recibió la diputada Patricia Bullrich por parte de su colega Jorge Montoya, que la tildó de «atorranta», apelando a una descalificación ligada a su condición de mujer y no a un cuestionamiento de su accionar político. Si se compara estos dichos con el modo en que, hace ya un año, cuando se votó la resolución 125, Carlos Kunkel calificó a Felipe Solá –le dijo «traidor»–, es claro que, en este segundo caso, y seguramente por tratarse de varones, la valoración fue de carácter político y no relacionada con su posición de género.
En el mundo de la cultura las cosas no son tan diferentes. La historiadora Linda Nochlin, en su libro Arte y Política habla de «un desplazamiento a oscuras» de la mujer en la historia del arte como sujeto creador, además de plantear los prejuicios hacia lo femenino en la cultura en general.
De brujas y hogueras

A lo largo de la historia, centenares de mujeres se valieron de diversos recursos para acceder al arte y a la producción de conocimientos. Uno de los más emblemáticos es el caso de Juana de Asbaje, que en la mitad del 1600 se disfrazó de hombre para entrar a la universidad y al no poder continuar, tomó los hábitos y adoptó el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz para poder estudiar.
«Para la mujer, dedicarse al arte, en otros tiempos, era una gran osadía –expresa la actriz Leonor Manso–. En la época de la colonia estaba Trinidad Guevara, una mujer que se atrevió a pisar un escenario desdeñando los ataques de la moral en boga que consideraba a las artistas como “cómicas”, poco dignas del respeto social. Ella provocaba por el simple hecho de ser libre. Durante siglos nos tildaron de brujas, nos quemaron en la hoguera. Creo que no es casual que justamente ahora que las cuestiones de género se están equiparando un poco, haya un recrudecimiento de violencia machista hacia la mujer».
La actriz rescata el surgimiento de directoras y guionistas jóvenes. Según la protagonista de Luisa, esos espacios siempre estuvieron liderados por hombres. «Cuando les decía a algunos conocidos que iba a dirigir Esperando a Godot –cuenta–, veía sus caras y pensaba que me estaba metiendo en una cosa gorda. Con el tiempo me di cuenta de que si eso lo hubiera dicho un hombre, no habría habido ningún cuestionamiento, nadie habrían puesto cara de terror como la que me ponían a mí».En los ámbitos deportivos, las mujeres siempre fueron vistas como frágiles y vulnerables. Hoy, a fuerza de perseverancia, resistencia y lucha, hay cada vez mayor presencia femenina en disciplinas deportivas tradicionalmente masculinas como las artes marciales, el boxeo y el fútbol, entre otras. Un excelente ejemplo es el caso de Marcela «La Tigresa» Acuña, quien fue punta de lanza para introducir en nuestro país el boxeo femenino como una disciplina reconocida. También las Leonas (seleccionado femenino de hockey) jugaron en este espacio un papel preponderante.
También en la esfera de la ciencia y la tecnología la participación femenina tuvo, tradicionalmente, un carácter de excepción. Con el objetivo de analizar la situación de género en el sector y visibilizar su evolución en los últimos años, un grupo de investigadoras creó la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT). En el procesamiento de datos, la Red evalúa distintos parámetros: sexo, disciplina, categoría, franja etárea, entre otros. «Si se toma la cantidad de mujeres en total en relación con la cantidad de hombres en total, no hay diferencias, pero se produce el efecto pirámide, esto quiere decir que hay más mujeres en los puestos inferiores, a medida que aumenta la jerarquía en el cargo el número de mujeres va decreciendo y en los estratos superiores, la presencia femenina prácticamente desaparece». Uno de los puntos invisibilizados son las becas de doctorados, que generalmente requieren el traslado al exterior. En ese aspecto se advierte una limitación importante para las mujeres, porque no se prevén formas especiales para poder cursarlas. Una solución sería ofrecer becas fragmentadas para que las investigadoras dejen sólo por un tiempo a su familia y no por todo un año. Esto no preocupa a los varones, porque es la mujer es la que generalmente se queda cuidando a los hijos», señala Kochen.
De acuerdo con los estudios, en el mismo grupo de edad es mayor la cantidad de investigadores casados con hijos que de investigadoras porque muchas mujeres, para poder desarrollarse profesionalmente, postergan la maternidad. «Lamentablemente, sin la posibilidad de doctorarse es muy probable quedar fuera de la carrera de investigador», afirma la neuróloga.
La investigadora reconoce que, desde hace dos décadas, las cosas están cambiando positivamente. Ahora las becarias tienen la posibilidad de hacer uso de licencias por maternidad y guarderías. «Por primera vez en la historia, el Conicet tiene una mujer como titular del directorio, pero en las otras instancias de decisión, las mujeres continúan siendo minoría», comenta Kochen. Según la RAGCyT, en el organismo las investigadoras ocupan el 53,5% de las categorías iniciales y solo el 9,6% del rango más alto.
Hace seis años se sancionó la ley de cupo gremial femenino, pero la mayoría de los sindicatos la violan sistemáticamente. El Inadi, junto con la CGT y la CTA, constituyeron un observatorio para el monitoreo de la ley, que va a estar coordinado por la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades entre Varones y Mujeres del Ministerio de Trabajo y por el Consejo Nacional de la Mujer. La discusión no es sólo salarial sino también sobre condiciones de trabajo. En la CGT, de las 25 secretarías que conforman el consejo directivo, sólo dos están a cargo de mujeres, lo que representa el 8 por ciento. En tanto, en la CTA hay 20 secretarías en total, y seis en manos de mujeres; lo que representa el 30% indicado por la norma. «Quizás esto tenga que ver con el hecho de que el 62% de sus afiliados son mujeres, por el tipo de sindicatos que agrupa la central: Estado, educación, sanidad y además porque es una central de jubilados y desocupados. Éste último grupo está integrado por organizaciones territoriales y barriales donde la presencia femenina es muy fuerte –sostiene Angriman–. En los movimientos sociales hay liderazgos de mujeres, porque allí se juega la vida en forma directa, la supervivencia de la familia y la dignidad de lo cotidiano. En las organizaciones sociales, el 70% son mujeres, pero esto no significa que los que se sientan en la mesa grande a discutir también lo sean», advierte.

Hermanas, madres y abuelas

Para la dirigente sindical, las responsabilidades familiares (niñez y adultos mayores) y los temas domésticos siguen siendo cuestiones de mujeres. «La discusión fundamental tiene que ver con la reproducción social –dice, mientras su hijo la espera en otra sala para que lo acompañe luego a su clase de inglés–, un asunto no tematizado por el conjunto de la clase trabajadora mundial y que recién ahora se está abordado por el enorme impulso femenino. Estos temas son siempre resueltos por cadenas de mujeres: madres, abuelas, hermanas, tías o vecinas, ya que tampoco son visibilizados por los compañeros más progresistas y comprometidos».
En este escenario, la maternidad continúa siendo un obstáculo para avanzar en las posiciones estratégicas de decisión, un espacio en el cual las voces siguen siendo mayoritariamente masculinas. «Conciliar la maternidad con el trabajo es el problema social más importante. Las mujeres están incorporadas al trabajo definitivamente, falta que el sistema laboral sea compatible con la familia», sostiene Irene Meler, del Foro de Psicología y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. El ámbito empresario es un de los más duros y menos flexibles a la hora de abrir espacios a las voces femeninas. «Las mujeres de las cámaras empresarias nos piden apoyo y acciones afirmativas para pelear decisiones en los cargos de administración, contralor y gerenciamiento. Por eso –comenta la titular del Inadi, María José Lubertino– constituimos la Red de Empresas por la Diversidad, para entrenar a las áreas de recursos humanos para desarrollar planes de igualdad dentro de las empresas». Según Laura Di Marco, autora de Las Jefas, sólo en el 40% de las empresas argentinas hay mujeres en los cargos ejecutivos. «No hablamos de CEOs, la función máxima, sino de gerentas o directoras», acota.
Todas las entrevistadas por Acción coinciden en que, más allá de la capacitación y formación alcanzada por las mujeres, incluso en algunos casos superiores a sus pares varones, la palabra femenina tiene un menor peso que la masculina. También concuerdan que los liderazgos ejercidos por las mujeres se estructuran de manera distinta que los de los varones: apuntan, en general, al diálogo, el intercambio de ideas y el trabajo en equipo.
«En la práctica, es más difícil imponer órdenes siendo mujer, sobre todo en ámbitos como el policial, cuyas autoridades superiores generalmente son varones. Tengo el convencimiento que la autoridad no se ejerce ni se gana con gritos ni inspirando temor sino con un trabajo cotidiano arduo y sobre todo con el ejemplo, demostrando contracción al trabajo y coherencia con una línea de conducta», sostiene la jueza Marcela Alomar.
Son innumerables los ámbitos en los cuales la intervención de la mujer sigue siendo relegada a segundos planos. Como dice una representante del género que ha accedido a un importante cargo de decisión, la ministra de la Corte Suprema, Carmen Argibay: «Nunca será una antigüedad seguir hablando de la necesidad de aumentar la participación de las mujeres, sobre todo en el espacio público, donde somos casi invisibles. Es importante para que la mitad de la población tenga su representación y su voz». Para que eso ocurra es necesario un cambio cultural y un nuevo contrato social entre mujeres y varones que lleve al terreno de lo concreto todas las manifestaciones declamatorias.
Silvia Porritelli

www.acciondigital.com.ar

viernes, 4 de septiembre de 2009

¿ Y como andamos con la religion?

De Marx a Dios sin escalas

Autor: Federico Amos

Pocas transformaciones se revelan tan claras en un ser humano como las que experimentaron los militantes de la izquierda revolucionaria de los años 60 y 70. Muchos de ellos adoptaron un nuevo culto: lejos de Lenin, Trostky y de la utopía socialista, ahora le hablan a Dios. Aunque el contraste entre los postulados políticos y religiosos parezcan a priori contradictorios, es bueno poder abordar el tema para intentar discernir si realmente lo son y para entender el porqué de este camino sin escala de un paradigma a otro.
Los protagonistas de esta historia son dos: la izquierda, como ideología que se presenta a sí misma como transformadora, y la religión. Durante los 60 y 70, en su tiempo de esplendor, y según definió el politólogo Norberto Bobbio[1], la izquierda ponía el acento en la igualdad entre los seres humanos. Así, las luchas de la izquierda se desarrollaban en pos de un mejor reparto de las riquezas. Sus militantes luchaban por la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos y, en el caso de la izquierda marxista, por la abolición de las clases sociales. Sus demandas eran amplias: luchaban por la libertad de los pueblos y por garantizar las libertades individuales. Era la época en que mediante la secularización se trasladó a la política la función integradora que hasta entonces cumplía la religión. La religiosidad era señalada por estos grupos y por los intelectuales que los sostuvieron ideológicamente, como un obstáculo en el camino hacia la reivindicación definitiva de la política: era ubicada del lado de lo reaccionario. Es decir, lo religioso era considerado uno de los mayores obstáculos para alcanzar el éxito revolucionario: el oscurantismo religioso de las creencias se opone al progreso de la ciencia. La política, en cambio, era identificada como un lugar de privilegio para satisfacer el espíritu de toda una generación. El objetivo: la posibilidad de construir un mundo mejor.
A fines de la década del 90 se materializó el cambio de paradigma y definitivamente se instaló en la sociedad argentina. Esto fue detectado con mucha precisión en algunos análisis sociológicos que confirmaron la tendencia: “el 93 por ciento de los argentinos mayores de 14 años se define como una persona "religiosa"[2].
Estos datos sirven como base empírica para cuestionar al mismísimo Sigmund Freud, quien a principios del siglo pasado pronosticaba que las disciplinas científicas que pudieran explicar los fenómenos de la naturaleza y de la cultura iban a ganarle terreno a las creencias religiosas. Era el pensamiento del siglo de la modernidad y la racionalidad. Esta afirmación del padre del psicoanálisis fue acompañada, y aún hoy es desarrollada y sostenida, por un grupo de cientistas sociales norteamericanos que utilizan categorías de análisis que indican que se está dando una evolución continua y lineal de un proceso histórico de modernización y secularización en el cual las pautas de racionalidad van desalojando poco a poco el mito y lo sagrado. Según esta corriente, la secularización (en sus diferentes concepciones: mundo sin Dios, muerte de Dios, fin de las creencias, progreso infinito de la razón, o pérdida de las influencias de las instituciones eclesiales) es un proceso irreversible, que engloba por igual a todos los hombres de todas las sociedades; es una realidad en los países “desarrollados”. En los países “en desarrollo” dicho proceso acompañará a la modernización o industrialización[3]. Aunque algunos lo siguen sosteniendo, los números y los hechos parecen decir otra cosa.
“Freud se equivocó” aseguró el psicoanalista Juan Carlos Volnovich hace unos años. “Este fin de siglo, en donde el desarrollo de la ciencia y de la técnica es inconmensurable, coincide con un auge de las creencias religiosas que ocuparon el lugar de los grandes proyectos emancipa torios como el marxismo”. Volnovich explica este nuevo paradigma en “el derrumbe de los dogmas del marxismo y del racionalismo han dejado un desierto en el que compiten por el dominio de esa tierra las religiones monopólicas y las creencias alternativas”[4].

¿Lejos de la razón y cerca de Dios?

El filósofo Tomás Abraham es contundente a la hora de describir la actualidad y de responsabilizar a las religiones de las grandes tragedias de la humanidad. “Las religiones tienen que ver con las guerras entre pueblos. En este momento hay un choque no de civilizaciones sino de monoteísmos. El evangelismo fanático de Bush y el islamismo, igualmente fanático, usan a la democracia y a la defensa de los valores autóctonos como blasones que encubren intereses que tienen que ver con grupos de poder. A esta guerra le podemos agregar el fundamentalismo judío que en Israel obstaculiza el proceso de paz, y la prédica intolerante e incomprensible de parte del Vaticano respecto al SIDA y a las políticas de la sexualidad”.Sin embargo, Abraham rescata el papel de la espiritualidad en este comienzo de siglo. “Hay que distinguir espiritualidad y religión. No son lo mismo. Los caminos de la espiritualidad son individuales y a veces ejemplares, las más de las veces anónimos. El camino de la espiritualidad, que antiguamente también se llamaban de sabiduría, es difíciles de comprender, se hacen en voz baja, y tienen que ver con el modo en que el ser humano encara el dolor”.En América latina este “nuevo” fenómeno religioso interesó cada vez más a numerosos científicos sociales. Lo que caracteriza a las investigaciones más recientes es la comprensión de lo religioso no solo como legitimador de un orden social, sino también como generador de resistencias, luchas y enfrentamientos a un determinado orden social que se concibe como no religioso, pecaminoso. El fenómeno religioso es analizado dentro de un contexto social y nacional, atravesado por tensiones y conflictos dentro y fuera de su propio campo. Esto permite descubrir que la religiosidad es vivida de manera diferente según los diversos sectores sociales, la que para algunos sirve de legitimación, a otros le sirve de fundamento para la resistencia. En estos trabajos se concluye que la religión no es solo rezar e ir al culto, sino también cantar, hablar, participar, comprometerse, organizarse, festejar, peregrinar, solidarizarse, educarse, construir. Las funciones sociales que cumplen son infinitas y es posible organizar “toda la vida desde lo religioso”.
Simultáneamente se resalta el papel altamente integrador de la religión en la sociedad: la religión viene a sacralizar el orden establecido, a dar sentido a la vida de los hombres, pudiendo así llegar a ser el instrumento más efectivo de legitimación.
¿Se produjo un cambio paradigmático en la sociedad en la cual los hombres cambiaron aquella idea de la revolución como salvación colectiva por esta búsqueda de lo religioso como lugar ideal para depositar las expectativas?
El psicoanalistas Natan Sonis, si bien detectó este fenómeno, cree que es importante no generalizar cuando se tratar de entender porque se produjo esta reacción. Prefiere detenerse y analizar solo la mutación que sufrieron algunos militantes de los 70 que hoy no se reconocen ni ellos mismos. “Aquellos jóvenes que abrazaron la causa progresista pero con la rigidez del fanatismo, una vez extinguida la causa de los setenta encontraron nuevas causas para vincularse del mismo modo. Una de esas es la religión”. Sonis eligió para “ilustrar” su pensamiento una frase de Bertrand Russell: "Es preferible una incertidumbre fundada a una certidumbre infundada. El problema con el mundo es que los imbéciles y los fanáticos están siempre tan seguros de si mismos y las personas razonables tienen siempre tantas dudas."“Aquellos que no dudan, que no tienen más que certezas probablemente hayan sido militantes de los setenta pero con una modalidad religiosa que en nada aportaba a la construcción de una alternativa en que la duda y la creatividad que exige la búsqueda de respuestas hayan encontrado espacio”,agrega Sonis.En una misma línea de pensamiento, el filósofo y ensayista Ricardo Forster cree que este auge de la religiosidad se debe a las profundas crisis de los ideales de izquierda. “La ausencia de referencias discursivas más la caída del mundo soviético con el descubrimiento de la falacia de ese sistema provocaron un vació en mucha gente que solo la religión parece haber podido llenar. No se encontraron alternativas seculares luego del fracaso de los grandes proyectos emancipa torios. Quizás la democracia apareció como la construcción política y social en la que los viejos militantes de izquierda podrían haber canalizado sus demandas pero la profunda crisis que experimenta este sistema no lo permitió”.Para Forster, el éxito de la alternativa religiosa está ligado a la crisis de los grandes relatos y tiene que ver con la profunda crisis que experimenta el individuo. “El retorno a lo religioso tiene que ver con el avances gigantesco de la soledad, con la destrucción de los lazos sociales y la perdida de los vínculos.”, concluye.La fallecida periodista Viviana Gorbato, quien se dedicó a explorar estas nuevas tendencias reconoció hace algunos años que no existían demasiadas diferencias entre lo que pensaban los “revolucionarios de los 70 y lo que piensan los “religiosos” de las posmodernidad: “Los que cambian son los dioses. Me consideraba atea en los 60 y no lo era. Era supersticiosa de la revolución y nada más. Eran otros dioses. La necesidad religiosa, en el sentido amplio es inherente al hombre. La humanidad nunca perdió su religiosidad”[5].Este “triunfo” de lo religioso sobre lo política que se experimenta en este inicio de siglo parece

http://www.nuevasion.com.ar/

martes, 1 de septiembre de 2009

La importancia del asombro

La Importancia del Asombro

Nada más triste que no sentir el asombro. El mundo se vuelve opaco, de una uniformidad exasperante. Cuando todo resulta obvio y evidente, nada sacude la monotonía cotidiana. Todo parece parte de un mismo paisaje que creemos eterno. Y todo se "naturaliza" en ese paisaje: la frivolidad, la injusticia, la deshonestidad, la violencia...

Hace 2400 años, Aristóteles sostuvo que todos los hombres tienen el impulso de conocer y, en ese sentido, que son todos filósofos (amantes del saber). Aunque no hagan de la filosofía un oficio o un (dudoso) medio de vida.

El asombro es el primer paso. "En efecto, el asombro ha sido siempre, antes como ahora, la causa por la cual los hombres comenzaron a filosofar. Al principio se encontraron sorprendidos por las dificultades más comunes. Después, avanzando poco a poco, plantearon problemas cada vez más importantes, tales como aquellos que giran en torno a los fenómenos de la luna, del sol o de los astros, y finalmente los concernientes a la génesis del universo. Quien percibe una dificultad y se asombra, reconoce su propia ignorancia." (Aristóteles, Metafísica, I, 2, 982b)

Asombrarse es preguntar y preguntarse. Es el primer paso para no aceptar las respuestas habituales, "lo dado", lo que se nos aparece como la única realidad posible y con la cual no podemos sino conformarnos con distintos grados de resignación.

Sin embargo, a pesar de su importancia, el asombro es sólo el inicio de un arduo recorrido. Porque buscar nuevas respuestas a viejos males no es un camino sencillo ni que pueda emprenderse en soledad. Se torna imprescindible hacerlo con otros.

Marta Albergo

www.periodicovas.com