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sábado, 11 de marzo de 2017

Cosas de la Argentina


Lucas Fernández, precursor del socialismo en el Río de la Plata

El genocidio negro en Argentina

argenpress.info
El primer genocidio en la Argentina y porqué desapareció la nación de color. En el siglo XIX, entre 1850 y 1870, hubo una cultura de la negritud.

El socialismo llegó al Río de la Plata mucho antes que la corriente inmigratoria de origen europeo.
Un intelectual negro, Lucas Fernández, creó y dirigió el semanario El Proletario, que vio la luz el 18 de abril de 1858, el cual expresó servir los "intereses de clase", los de la "clase de color". El movimiento se llamó Democracia Negra y se frustró porque se produjo el exterminio de la comunidad negra durante los aciagos días de la epidemia de fiebre amarilla.
La izquierda argentina está en deuda con esos pioneros negros, borrados de la historia y de la memoria. Salvo un trabajo del escritor Dardo Cúneo (El Primer Periodismo Obrero y Socialista en la Argentina, Editorial La Vanguardia, Buenos Aires, 1945) no se ha tenido en cuenta aquel movimiento precursor, mucho más vigoroso y expresión de las clases oprimidas de la época, que las referencias saintsimonianas de Esteban Echeverría y Sarmiento, estudiadas por José Ingenieros en la Evolución de las ideas argentinas.
Esa experiencia y su interrupción abrupta está ligada a uno de los hechos trágicos de la historia argentina: el aniquilamiento de la raza negra, el primero de los genocidios producidos en la Argentina. El segundo fue el de los indios, en la ya famosa Conquista del Desierto, que fue una conquista porque en realidad no era un desierto. A los aborígenes, especialmente los del Sur, se les aplicó la guerra bacteriológica mediante el envío de comerciantes a las tolderías que les entregaban mantas que habían estado en contacto con enfermos de viruela. Así fueron diezmados y luego asesinados -hombres, mujeres, niños y ancianos- por el ejército de línea.
De todas maneras no fuimos los creadores de esa anticipación vernácula del nazismo. Los norteamericanos utilizaron ese método para la conquista del Oeste y el exterminio indígena. Por mucho tiempo se creyó que había sido el célebre general Custer su inventor, pero nuevas investigaciones realizadas por historiadores de los Estados Unidos, según estudió David Viñas, han comprobado que ese método ya se empleaba desde fines del siglo XVIII.

El esclavismo en el Río de la Plata
La cuestión negra, es decir la del sistema de la esclavitud, estaba ligada a los comerciantes porteños, particularmente desde mediados del siglo XVIII hasta la Revolución de Mayo.
El partido esclavista era muy fuerte durante el sistema colonial español, y tuvo todavía, en los primeros años de la Independencia, una presencia política importante. 
Teniendo en cuenta que en 1816, el general José de San Martín tuvo en su poder un censo de esclavos negros posibles de reclutar militarmente, y que ascendía a 400.000, la pregunta es qué pasó con esos seres humanos en estas tierras.
La esclavitud no fue totalmente abolida hasta la consagración de la Constitución Nacional de 1853, es decir, cuarenta y tres años después de haberse iniciado el proceso emancipador. Esta demora se produjo por dos razones, una, porque los negros esclavos fueron utilizados, en esa calidad, como fuerza de los ejércitos criollos; en segundo lugar, porque el partido esclavista era muy poderoso entre los comerciantes porteños.
De todas maneras, la esclavitud era incompatible con la ideología del liberalismo burgués (aunque no en la práctica de ese liberalismo). El liberalismo revolucionario nutría a las corrientes más progresistas de la Revolución de Mayo de 1810. Por eso, en la Asamblea Constituyente de 1813 se otorgó la "libertad de vientres", es decir que quedaron libres los niños negros por nacer, pero los otros, toda la masa humana en poder de los amos, continuaron bajo el régimen de la esclavitud o en distintas formas de servidumbre.
Fueron esos negros los que nutrieron con su sangre y sacrificio a los ejércitos libertadores y San Martín reconocerá el valor de sus tropas negras y también el ambiente racista de la época ya que no logró unir los batallones negros con los de los mulatos y blancos. Los negros esclavos morirían en la lucha por la Independencia, "por separado", es decir, en riguroso "apartheid".


El movimiento Democracia Negra
El movimiento progresista de la negritud estaba dirigido, en primer lugar, a formar conciencia entre los negros bonaerenses, particularmente a los sectores alfabetos. Pero tenía, indudablemente, un mensaje hacia los blancos, de todas las clases sociales, previendo los prejuicios y el racismo latentes, salía a identificarse con formas más evolucionadas de la organización social.
Defendía en su primer manifiesto los "intereses" de las "clases desvalidas" y apuntaba a fortalecer "la inteligencia que se nota en la generación que se levanta, ávida de ideas y saber", es decir en las nuevas generaciones. Quería que los hombres y mujeres de color se integraran a la sociedad de Buenos Aires desde sus propias raíces pero cultivando las nuevas ideas de redención social.

La tragedia
 Si se cruza el Río de la Plata, aún hoy, a principios del siglo XXI, se encontrarán barrios montevideanos habitados por personas de color. A lo largo del siglo XX, especialmente en la primera mitad, aparecieron revistas, periódicos, diarios, movimientos, como Nuestra Raza, que difundió la cultura de la negritud. A fines de los años cuarenta recibieron la visita del poeta e intelectual cubano Nicolás Guillén que fue agasajado con actos y fiestas. El movimiento negro en Montevideo estaba dirigido por Valentini Guerra.
¿Por qué en la Argentina no ocurrió lo mismo? ¿Qué pasó con los negros anteriores a los años setenta del siglo XIX? Porque si hay entre nosotros negros, muchos de ellos pertenecen a las oleadas inmigratorias posteriores, especialmente caboverdiana, que datan de fines del siglo XIX. ¿Qué ocurrió con las generaciones anteriores?
Hay una explicación. Cruenta como trágica. Fueron suprimidos de manera cínica, brutal. Durante la fiebre amarilla de 1871 (en realidad la epidemia reunió variadas enfermedades contagiosas), los barrios más castigados por el flagelo fueron los que habitaban los negros. Eran barrios desprovistos de higiene en una Vieja Aldea que carecía de toda organización sanitaria. Eran los barrios más pobres y en donde la vida era más dura. Allí se desató la tragedia alentada por el hacinamiento, la promiscuidad, la miseria, la suciedad. No eran mejores las condiciones sanitarias y de vida en los barrios blancos, pero en los que habitaban los negros, era peor por la miseria reinante.
Había llegado la hora de la venganza y en medio del horror generalizado por la epidemia que no perdonaba ni discriminaba por el color de la piel, el ejército rodeó a los barrios negros y no les permitió la emigración hacia la zona que los blancos constituyeron el Barrio Norte como producto del escape de la epidemia. Los negros quedaron en sus barrios, contra su voluntad, allí murieron masivamente y fueron sepultados en fosas comunes. Algunos historiadores consideran que una de las zonas donde existirían esas fosas es en la Plazoleta Dorrego, en pleno San Telmo. Los historiadores, especialmente los que han dedicado su esfuerzo a la historia del movimiento obrero y social argentino, están en deuda con Lucas Fernández y el movimiento Democracia Negra, una página memorable de la lucha social en la Argentina.
Bibliografía:
"El negro en el Río de la Plata", por Ricardo Rodríguez Molas. En: Historia Integral Argentina. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, tomo 1, págs. 38-56.
"Itinerario de los negros en el Río de la Plata", por Ricardo Rodríguez Molas. En: Todo es Historia, Buenos Aires, Nº 162, noviembre de 1980, tomo 29. Número especial dedicado a la cuestión de la negritud. Director: Félix Luna; Jefe de Redacción: Emilio J. Corbière.
La trata de negros. Datos para un estudio en el Río de la Plata, por Diego Luis Molinari. México, Fondo de Cultura Económica, 1944.
El primer genocidio, por Emilio J. Corbière, en "Nuestro Tiempo", en diario Tiempo Argentino.
Un testimonio sobre la esclavitud en Montevideo. La memoria de Lino Suárez Peña, por Jorge Emilio Gallardo, Idea viva, Colección El Barro y las Ideas, 1987.
El primer periodismo obrero y socialista en la Argentina, por Dardo Cúneo, Editorial La Vanguardia, Buenos Aires, 1945.
Bibliografía afroargentina, por Jorge Emilio Gallardo, Idea viva, Colección El Barro y las Ideas, 1987.
La trata de negros en el Río de la Plata durante el siglo XVIII, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Investigaciones Históricas, 1958.
rodelu.net

Fuente: 

El genocidio negro en Argentina - rebelion.org

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¿Qué pasó con los afroamericanos?
Autor: Felipe Pigna

 1Ya el primer paso en este ninguneo histórico se dio durante los orígenes mismos del tráfico de esclavos, cuando para someterlos se les negó toda particularidad humana que no fuese el color de piel. Así como los conquistadores convirtieron en indios a los pueblos originarios de América, la gran diversidad nacional, idiomática, cultural y política de los habitantes del África subsahariana fue suprimida de un plumazo para convertirlos en negros, “infieles” a los que las bulas papales autorizaban a esclavizar y emplear a modo de “animales de trabajo”. Una pregunta recurrente es cómo, de una sociedad que a comienzos del siglo XIX tenía entre el 30 y casi el 60 por ciento de población descendiente de africanos, según las regiones, pasamos a fines de ese mismo siglo e inicios del siguiente a la “desaparición de los negros”, que ya por entonces señalaban tanto quienes se alegraban de ella como quienes la lamentaban. Se estima que a comienzos del siglo XX, apenas entre el 2 y el 3 por ciento de la población argentina reconocía su ascendencia africana.
Tradicionalmente se dan como principales causas su exterminio, como “carne de cañón”, en las guerras de la Independencia, las civiles que vinieron luego y, en particular, la del Paraguay (1865-1871), a lo que se sumaron las epidemias de cólera (1861) y de fiebre amarilla (1871) que provocaron gran mortandad entre los más pobres, incluidos los afroargentinos.
Aunque ambas causas tuvieron un papel importante, hay otras de las que suele hablarse bastante menos y que ocultan la herencia racista de la Argentina. En esa sociedad donde, supuestamente, “los esclavos eran bien tratados por sus amos”, hay dos datos que llaman poderosamente la atención de los investigadores: la baja tasa de natalidad entre la población de origen africano, tanto esclava como liberta, y su altísima tasa de mortalidad, no solo como producto de guerras o brotes epidémicos, sino en situaciones “normales”.

2 Las razones tienen que ver con el grado de explotación a que se veían sometidos, las restricciones a su libertad (incluso en el caso de los libertos) y, en consecuencia, las pésimas condiciones de vida. Para tener una idea, más de quince años después de la “libertad de vientres”, la mortalidad de los recién nacidos entre la población de origen africano casi duplicaba la de los “blancos”, alcanzando en 1828 la pavorosa cifra del 44,24 por mil. Pero, además, la natalidad era muy baja, incluso en comparación con otras sociedades latinoamericanas. Los amos evitaban a toda costa el casamiento de un esclavo, al igual que el embarazo de una esclava, con el argumento de que esto le impedía “prestar todos los servicios para que fue comprada”, además del riesgo de morir en “un mal parto”.

3 En esa sociedad racista, a los amos les resultaba más “económico” reemplazar con nuevas importaciones de seres humanos la escasez de nacimientos y la alta proporción de muertes. Una prueba de ello es que el padrón levantado por orden del director Alvear en 1815 mostraba que más del 70 por ciento de los negros que habitaban entonces en la campaña bonaerense eran nacidos en África, es decir, esclavos traídos recientemente. Hasta comienzos del siglo XIX, cuando los Álzaga, Sarratea o Martínez de Hoz podían seguir trayendo “piezas de Indias” desde África y Brasil, su proporción en la población rioplatense se mantuvo alta.
Pero a partir de 1807 los ingleses tomaron medidas para impedir el tráfico internacional de esclavos. Sus motivos no eran para nada humanitarios.La política británica de cortar el tráfico negrero, para generalizar la explotación más “racional” del trabajo mediante el salario, y desde 1813 el fin de la trata (implícitamente incluido en el decreto de la Asamblea General Constituyente) llevaron a que en las décadas siguientes la presencia africana empezara a mermar aceleradamente en las para entonces Provincias Unidas.
Sobre esa realidad actuaron las guerras que casi acabaron con la población africana masculina, las grandes epidemias de la segunda mitad del siglo XIX y, por falta de hombres de la propia comunidad, un mayor “mestizaje”. En una sociedad que mantenía sus rasgos racistas, donde los negros tenían más que limitado su acceso a la educación, a los cargos administrativos y políticos y, en general, a toda forma de “sociabilidad” que no fuese la de sus propias instituciones de ayuda mutua, como las “naciones” organizadas por descendientes de africanos, que tuvieron un gran desarrollo en Buenos Aires entre fines del período rivadaviano y la caída de Rosas, fueron las primeras asociaciones de “socorros mutuos” de nuestro país. Además de reunir fondos para comprar la libertad de esclavos, ayudar a viudas, huérfanos y enfermos, estas sociedades mantuvieron el acervo cultural afroamericano, en sus “tangos” y “candombes”. Muchos de sus descendientes se fueron “acriollando”, en la mayoría de los casos negando u olvidando su herencia africana.
Y aunque muchos argentinos lo olvidemos a diario, zambamilonga y tango (por no hablar de malambo, kilombo o candombe) son voces afroamericanas, como el origen de esas músicas, tan argentinas como nuestra morocha.
Referencias:
1 Daniel Shávelzon, Buenos Aires negra. Arqueología de una ciudad silenciada, Buenos Aires, Emecé, 2003.
2 Véanse, por ejemplo, los artículos de Marta Goldberg, “Mujer negra rioplatense”, en Lidia Knecher y Marta Panaia, La mitad del país. La mujer en la sociedad argentina, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1994, y en coautoría con Silvia C. Mallo, “La población africana en Buenos Aires y su campaña. Formas de vida y subsistencia. 1750-1850”, Temas de Asia y de África, vol. 2, Buenos Aires, 1994.
3 Silvia Mallo, “La libertad en el discurso del Estado, de amos y esclavos”, Revista de Historia de América, vol. 112, México, 1991.
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8 comentarios:

Rosana Martí dijo...

Esta lacra de la esclavitud asoló casi todos los países del mundo. Donde los que creían ser una raza inferior (tal vez por su color). Pasaron a ser esclavos hasta en sus propios países. Una pena que algunas personas se crean superiores a otras, cuando en realidad todos venimos para aprender (no para destruir) y nos iremos todos cuando hayamos aprendido la gran lección que es la vida. Para que malgastar los años que nos regalan en hacernos daño los unos a los otros. Reflexivo lo que hoy nos presentas Gus. Un abrazo y feliz domingo!!

maria cristina dijo...

Gracias Gustavo por traer toda esta información, "si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia" Un abrazo!

Gustavo dijo...

Hola Rosana. Si. Incluso, salvando las distancias tambien ocurrio algo parecido en los Estados Unidos. Los esclavos, aca estaban los gauchos y alla los vaqueros, el conquistador asolando territorios donde vivian comunidades originarias, luego la gran llegada de inmigrantes europeos a principios del siglo XX huyendo de la miseria y guerras que habia en ese continente. Estados Unidos se llama Estados Unidos. Y Argentina a los comienzos se llamaba Provincias Unidas. Te mando un gran abrazo para vos tambien

Gustavo dijo...

Asi es Maria Cristina. A mi eso en la escuela nunca me lo enseñaron. Aporendi mas escuchando y leyendo posteriormente a historiadores como Felix Luna, Felipe Pigna, etc que en la propia escuela. Dicen que se enseña la historia Argentina de manera engorrosa con nombres, años, batallas etc para que la gente mucho no sepa y muchas cosas no se sepan. Hasta Cabral decian que era negro. No como lo pintaban las revistas infantiles. Hasta el origen del tango. Siempre me llamo la atencion porque habia ciudadanos de piel negra en Uruguay, Brasil, Colombia, etc y aqui no.
Te mando un abrazo

Verónica O.M. dijo...

Desconocia estos hechos.
Gran información has recopilado.
Me he quedado horrorizada, la de cosas que no sabemos...
Un abrazo

CRISTINA dijo...

Hola Gustavo, yo también desconocía estos hechos. Cuantas cosas hay en el mundo como estas que no salen a la luz, no se cuando nos vamos a darnos cuenta que todos somos iguales y que estamos aquí para evolucionar como seres humanos, respetando a nuestro semejantes.
Un abrazo.

Gustavo dijo...

Hola Veronica. Si. Aunque uno que vive en otro pais tampoco puede saber la historia de lo que ocurre en la historia de cada uno de los estados de otro continente. Si conocer a nivel general. Por ejemplo de España se que estuvo la Inquisicion, luego la guerra civil, y que con la caida del franquismo pudieron salir adelante. Pero despues tampoco conozco a fondo la historia de cada pais. No me caberia en la cabeza.
Te mando un abrazo

Gustavo dijo...

Hola Cristina. Si, lamentablemente. Cosas como el Holocausto, el Apartheid, la Inquisicion, la conquista de America, la guerra en Vietman, Hiroshima y Nagasaki, la tragica matanza en Ruanda entre los Hutus y los Tutsis, la invasion a Irak, el ISIS, la masacre en Siria, los abusos del ejercito israeli en Gaza, la crisis de los refugiados en Europa y tantas otras cosas que lamentablemente, parecen no tener fin. Te mando un abrazo