Una historia
A continuación vas a conocer una historia. Pero una historia de verdad. De aquellas que te sorprenden.
Podés leerla cuando y como quieras. En la cama, tomando sol en algún parque, en el colectivo...
Es apta para todo público. De uno a cien años. No contiene pornografía, mensajes ofensivos o incitación a la violencia.
Si tenes ganas de ir al baño andá ahora. Digo así estás mas cómod@ y la lees mas tranquil@
Para acompañar todo también podes hacerte mate con galletitas, prender algún cigarrillo, destapar una cerveza, etc
Si tenes frío ponete un abrigo, si tenes calor sacatelo. Si estas bien así no te pongas ni saques nada.
Bueno ahora sí. Quitate los auriculares de tus oidos, apagá la televisión y no le lleves el apunte a tu celular.
Pensá... ¿ Cuanto dura tu vida ? Décadas. ¿ Cuanto tardás en leer esto ? Minutos. Así que en promedio no te hace perder demasiado tiempo.
Espero que no me insultes. Si lo haces te pido que sea solo yo el destinatario de tus palabras. No metas en el medio a mi familia que no tiene nada que ver.
Preparate.
¿ Y si te digo que todo termina acá ? ¿ Que solo es esto y después ya no hay mas nada ?
¡ Siii... ! Todo era una broma. Esa " historia " nunca existió.
domingo, 21 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
A 18 años
Y hoy se cumplen 18 años del atentado a
la Embajada de Israel en Buenos Aires.
Atentado que produjo 29 muertos y mas de 200 heridos. Atentado que aún sigue impune, como tantas cosas en nuestro país. Parece mentira. A casi dos décadas de haberse producido todo esta como al principio. Como si el atentado hubiese ocurrido ayer. Una verguenza.
Por Walter Goobar
Secretos y complicidades, a 18 años del atentado a la embajada de Israel
17-03-2010 /
Walter Goobar
Bastó un instante del miércoles 17 de marzo de 1992 para que el paraíso afrancesado de Buenos Aires se transformara en una postal del infierno. A las 14.47 una camioneta Ford F-100 con cúpula blanca y chapa B-1.275.871, estalló frente a la embajada de Israel que ocupaba una vieja mansión en Arroyo y Suipacha.
Calles alfombradas con dos toneladas de cristales a seis cuadras a la redonda, árboles y postes de alumbrado arrancados de cuajo, paredes medianeras rasgadas como si fueran de tela, vecinos asomándose aterrorizados por ventanas descalabradas, cuerpos destrozados en las veredas, sangre corriendo por las alcantarillas de l.de 29 personas y dejó más de 240 heridos se ha convertido en un sinónimo de impunidad. Una compleja trama de secretos, lealtades, complicidades e ineficiencia rodea esta causa que a lo largo de estos 18 años no ha registrado un solo avance, ni en el plano local ni internacional.
Por tratarse de una embajada, el caso quedó en manos de la Corte Suprema que pouso al frente de la investigación al secretario del tribunal, Alfredo Bisordi, que nunca escondió sus simpatías filo nazis. Ni Bisordi –que luego llegó a ser juez de Casación– ni sus sucesores lograron esclarecer el papel que jugó la Policía Federal que liberó la zona del atentado.
El día anterior al ataque, la embajada había sido puesta en "alerta de área", un alerta general. Informada de ello, la jefatura de la PFA barajó la posibilidad de redoblar la vigilancia. Sin embargo, por alguna razón no lo hizo.
El cabo de la Policía Federal Antonio Ojeda era uno de los dos custodios que debían estar en la garita de la embajada. Cumplía el horario de 6 a 14 y ese día se retiró a las 14.15. Otro cabo, José Antonio Carracedas, hacía guardia de 13 a 20, pero inexplicablemente dejó su puesto a las 13.30. Mientras la Policía Federal sostiene que acompañó al embajador Yitzhak Shefi, el diplomático lo desmintió tajantemente. El agente Oscar Horacio Chiochio debía tomar la guardia en la garita, pero se retrasó porque –según declaró ante el juez– "realizaba tareas de carpintería en las puertas de los boxes de las caballerizas de la Policía Montada y no podía dejar el trabajo incompleto". El patrullero que debía pasar por el lugar y controlar si el agente estaba en su puesto o mandar un sustituto esa tarde hizo un recorrido diferente del habitual.
Pese a que el atentado se perpetró en territorio israelí y que se cobró la vida de varios miembros de esa legación diplomática, el Estado de Israel nunca se presentó como querellante en la causa. Una alta fuente de la Cancillería israelí confió al autor de esta nota que más allá de razones formales, Israel no se presentaba como querellante porque no quería incomodar a Carlos Menem que a partir de 1991 se había alineado con los Estados Unidos e Israel durante la primera Guerra del Golfo. Más aun, cuando el embajador Yitzhak Shefi se tornó en un testigo molesto para ambos gobiernos, Menem pidió a Tel Aviv su remoción y Shefi fue remplazado por el más amigable Yitzhak Aviran, quien de manera excepcional consiguió prolongar su estadía en Buenos Aires durante toda la década menemista.
La Cancillería argentina tampoco ha explicado el papel de la diplomacia argentina. Aduciendo la falta de evidencias judiciales, el Gobierno argentino optó por una estrategia diplomática en la que negoció secretamente con Irán tras el atentado contra la embajada de Israel y lo denunció histéricamente dos años más tarde, cuando se produjo el ataque contra la AMIA.
Después de la voladura de la embajada, representantes del gobierno argentino se reunieron secretamente con los iraníes en el exterior, prometieron armas y cereales como compensación por el contrato nuclear cancelado por presiones estadounidenses poco antes del primer ataque. Hubo por lo menos seis reuniones secretas: cuatro se realizaron en el hotel Bristol, una en el hotel Lutetia y otra en un departamento de la avenida Kleber de París. En dos reuniones que se llevaron a cabo el 2 de febrero de 1993 y en un simbólico 17 de marzo, fecha en que se cumplía un año del atentado a la embajada de Israel, funcionarios argentinos tomaron la lista de pedidos para armar a los musulmanes de Bosnia violando el embargo impuesto por la ONU.
Coincidiendo con el primer aniversario, el canciller israelí israelí Shimon Peres declaró públicamente que "sabemos más o menos quién voló nuestra embajada", pero se negó a dar explicaciones con el pretexto de que la investigación no había concluido. En realidad, se había ordenado al jefe del Mossad, Shabtai Shavit archivar el expediente, según revela el periodista británico Gordon Thomas en el libro Mossad: la historia secreta.
En 1996, cuando David Yatom remplazó a Shabtai Shavit como jefe del Mossad, quiso reabrir la investigación sobre el atentado, pero el gobierno israelí le comunicó que los expedientes de ambos atentados debían continuar cerrados.
El 12 de febero de 2008, el Mossad ubicó en Damasco, la capital de Siria a Imad Fayez Mughnieh, el líder del aparato de seguridad exterior de Hezbollah, que estaba imputado como uno de los encargados de planificar no sólo el atentado a la Embajada de Israel sino también el de la sede de la AMIA en Buenos Aires. Utilizando la cuestionahble doctrina de asesinatos selectivos con la que se eliminó a los perpetradores de la masacre de los atletas israelíes en las Olimpiadas de Munich de 1972, el primer ministro israelí decidió la eliminación de Mugniyeh.
Su auto explotó cuando Mugniyhe se retiró de los festejos por el 29º aniversario de la Revolución Islámica, en la Embajada de Irán en Siria. La vieja lógica del ojo por ojo no hizo más que obstruir el camino de la verdad.
http://www.elargentino.com/
http://www.elargentino.com/
http://www.elargentino.com/nota-82275-Secretos-y-complicidades-a-18-anos-del-atentado-a-la-embajada-de-Israel.html
domingo, 14 de marzo de 2010
A las mujeres
A las mujeres, salud
Por Gabriela Navarra
Noticias de Revista: ( La Nacion revista)
Al cabo de haber leído estas líneas -si es que usted llega hasta el final- habrá sucedido tres, cuatro veces. Todo depende de su velocidad de lectura. El dato es que a cada minuto muere una mujer dando a luz en el mundo. Es decir, más de medio millón cada año. Básicamente, por falta de asistencia médica adecuada.
En un planeta comunicado a lo ancho y a lo largo por tecnologías cada vez más avanzadas y mientras un equipo de astronautas instala un mirador panorámico de siete ventanas en la Estación Espacial Internacional, la mortalidad materna sigue siendo un flagelo.
"Cada año hay unos 2,5 millones de muertes por causa de complicaciones en partos y embarazos, una cifra mayor que las causadas por el sida, la malaria o la tuberculosis -dice el doctor Yves Bergevin, coordinador de Salud Materna del Fondo de las Naciones Unidas para la Población-. La mortalidad materna es una emergencia humanitaria." Nuestro país no está fuera del ranking. Aquí nacen unos 700 mil niños por año, pero se calcula (no existen datos oficiales) que hay medio millón de abortos, y sí está claro que las complicaciones de estas intervenciones (ilegales, hechas en la clandestinidad) son la causa principal de mortalidad materna, con unas 300 vidas femeninas sesgadas anualmente.
A fines del año pasado, la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), doctora Margaret Chan, difundió el primer informe sobre la situación sanitaria de las mujeres en el mundo y dijo que el principal obstáculo en la salud de la mujer no es médico, sino social y político. El sida -por ejemplo- avanza entre la población femenina, y a menudo la mujer se contagia el virus en su propio lecho conyugal. ¿Cómo? Con frecuencia, carece de "la capacidad de protegerse y de negociar relaciones sexuales sin riesgo", explica la doctora Chan, ya que para muchísimas mujeres es muy difícil pedirle a su pareja que use preservativo si él no quiere ponérselo.
Hay lugares donde el sufrimiento femenino alcanza niveles insospechados. En el Congo, donde han muerto casi 7 millones de personas en los últimos 12 años debido a la guerra civil, según el columnista de The New York Times Nicholas Kristof -dos veces premio Pulitzer- la práctica más habitual de los rebeldes hutus sobre las niñas y las jóvenes son las violaciones, que ocurren aun cuando las víctimas están embarazadas; una vez que los cuerpos no soportan semejantes atrocidades y mueren, se las aparta, se las deja por ahí, para que no estorben. Qué decir de la ablación del clítoris, que anualmente mutila a más de 90 millones de niñas en Africa. Quienes sobreviven a la cirugía jamás sentirán placer sexual, pero, para asegurar que además de ausencia de placer sepan también lo que es el dolor, la maniobra se completa con la extracción de los labios vaginales, que disminuye la lubricación durante las relaciones, además de complicar el parto.
Todo esto asusta, indigna, pero parece ser un relato novelado cuando nos miramos a nosotras mismas o a nuestras parientes, vecinas, conocidas. Sin embargo, hagamos la prueba y, a poco de pensarlo, fácilmente se verá que aun a altísimos niveles persisten diferencias de género. Las diferencias existen, son una realidad, y no necesariamente negativa, siempre y cuando no vengan de la mano de la iniquidad. O, al menos, de iniquidades tan pero tan extremas.
Si esas desigualdades no persistieran, el Parlamento Europeo seguramente no perdería su tiempo en promover, como lo hizo hace 20 días, una resolución que facilite a las mujeres el "control de sus derechos sexuales y reproductivos a través de un acceso ágil a la anticoncepción y el aborto", además de la prevención y la lucha contra todas las formas de violencia, incluyendo la trata, que hay, y mucha.
"Hay una falta de voluntad política en todo el mundo para proteger la vida de las mujeres. Si la salud materna fuera un problema de hombres, tendríamos un ministerio para resolver vigorosamente esta situación", expresó el doctor Yves Bergevin desde las Naciones Unidas, en su condición de hombre y entendido en el tema.
En el día internacional dedicado a la mitad del planeta, no está mal soñar con que, al cabo de leer este texto -si es que usted llegó hasta el final-, ninguna otra mujer haya muerto dando a luz en el mundo.
La autora es subeditora de LNR
Por Gabriela Navarra
Noticias de Revista: ( La Nacion revista)
Al cabo de haber leído estas líneas -si es que usted llega hasta el final- habrá sucedido tres, cuatro veces. Todo depende de su velocidad de lectura. El dato es que a cada minuto muere una mujer dando a luz en el mundo. Es decir, más de medio millón cada año. Básicamente, por falta de asistencia médica adecuada.
En un planeta comunicado a lo ancho y a lo largo por tecnologías cada vez más avanzadas y mientras un equipo de astronautas instala un mirador panorámico de siete ventanas en la Estación Espacial Internacional, la mortalidad materna sigue siendo un flagelo.
"Cada año hay unos 2,5 millones de muertes por causa de complicaciones en partos y embarazos, una cifra mayor que las causadas por el sida, la malaria o la tuberculosis -dice el doctor Yves Bergevin, coordinador de Salud Materna del Fondo de las Naciones Unidas para la Población-. La mortalidad materna es una emergencia humanitaria." Nuestro país no está fuera del ranking. Aquí nacen unos 700 mil niños por año, pero se calcula (no existen datos oficiales) que hay medio millón de abortos, y sí está claro que las complicaciones de estas intervenciones (ilegales, hechas en la clandestinidad) son la causa principal de mortalidad materna, con unas 300 vidas femeninas sesgadas anualmente.
A fines del año pasado, la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), doctora Margaret Chan, difundió el primer informe sobre la situación sanitaria de las mujeres en el mundo y dijo que el principal obstáculo en la salud de la mujer no es médico, sino social y político. El sida -por ejemplo- avanza entre la población femenina, y a menudo la mujer se contagia el virus en su propio lecho conyugal. ¿Cómo? Con frecuencia, carece de "la capacidad de protegerse y de negociar relaciones sexuales sin riesgo", explica la doctora Chan, ya que para muchísimas mujeres es muy difícil pedirle a su pareja que use preservativo si él no quiere ponérselo.
Hay lugares donde el sufrimiento femenino alcanza niveles insospechados. En el Congo, donde han muerto casi 7 millones de personas en los últimos 12 años debido a la guerra civil, según el columnista de The New York Times Nicholas Kristof -dos veces premio Pulitzer- la práctica más habitual de los rebeldes hutus sobre las niñas y las jóvenes son las violaciones, que ocurren aun cuando las víctimas están embarazadas; una vez que los cuerpos no soportan semejantes atrocidades y mueren, se las aparta, se las deja por ahí, para que no estorben. Qué decir de la ablación del clítoris, que anualmente mutila a más de 90 millones de niñas en Africa. Quienes sobreviven a la cirugía jamás sentirán placer sexual, pero, para asegurar que además de ausencia de placer sepan también lo que es el dolor, la maniobra se completa con la extracción de los labios vaginales, que disminuye la lubricación durante las relaciones, además de complicar el parto.
Todo esto asusta, indigna, pero parece ser un relato novelado cuando nos miramos a nosotras mismas o a nuestras parientes, vecinas, conocidas. Sin embargo, hagamos la prueba y, a poco de pensarlo, fácilmente se verá que aun a altísimos niveles persisten diferencias de género. Las diferencias existen, son una realidad, y no necesariamente negativa, siempre y cuando no vengan de la mano de la iniquidad. O, al menos, de iniquidades tan pero tan extremas.
Si esas desigualdades no persistieran, el Parlamento Europeo seguramente no perdería su tiempo en promover, como lo hizo hace 20 días, una resolución que facilite a las mujeres el "control de sus derechos sexuales y reproductivos a través de un acceso ágil a la anticoncepción y el aborto", además de la prevención y la lucha contra todas las formas de violencia, incluyendo la trata, que hay, y mucha.
"Hay una falta de voluntad política en todo el mundo para proteger la vida de las mujeres. Si la salud materna fuera un problema de hombres, tendríamos un ministerio para resolver vigorosamente esta situación", expresó el doctor Yves Bergevin desde las Naciones Unidas, en su condición de hombre y entendido en el tema.
En el día internacional dedicado a la mitad del planeta, no está mal soñar con que, al cabo de leer este texto -si es que usted llegó hasta el final-, ninguna otra mujer haya muerto dando a luz en el mundo.
La autora es subeditora de LNR
miércoles, 10 de marzo de 2010
Dia internacional de la mujer.
Y este Lunes se conmemoró el día internacional de la mujer. No se. Pero para mi si queremos poner en igualdad los dos géneros tambien tenría que haber un día del hombre. Y si no que no haya días para ninguno de los dos. Porque poniendo un día especial solo para la mujer es como que la estaríamos diferenciando. O sino llamarlo "Dia internacional de los derechos de la mujer" ¿ Sonaría mejor no?
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora (o también Día Internacional de la Mujer) se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia y reflejada por Aristófanes en Lisístrata, quien empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución francesa: las mujeres parisienses, que pedían "libertad, igualdad y fraternidad", marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos.
Cronología
Se ofrece a continuación una breve cronología de los acontecimientos más destacados.
La Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés.
Año 1911
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia y reflejada por Aristófanes en Lisístrata, quien empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución francesa: las mujeres parisienses, que pedían "libertad, igualdad y fraternidad", marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos.
Cronología
Se ofrece a continuación una breve cronología de los acontecimientos más destacados.
La Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés.
Año 1911
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
Años 1913 y 1914
En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
Año 1917
En el año 1917, como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar, y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
Desde esos primeros años, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica. El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de México.
El día de la mujer en el movimiento obrero.
Aún con los hechos redactados en la anterior cronología, la historia más extendida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, cuando murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.
También se reconoce como antecedente a las manifestaciones protagonizadas por obreras textiles el 8 de marzo de 1957, también en Nueva York.
En el estudio realizado por Isabel Álvarez González y publicado bajo el título Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945 (KRK-Ediciones, Oviedo, 1999), el incendio que se vincula con la celebración de esta fecha no fue el 8 de marzo sino el 25 de marzo de 1911, pocos días antes de la celebración del primer Día Internacional de la Mujer, en la empresa Triangle Shirtwaist.
La manifestación a la que muchas veces se hace referencia, no habría ocurrido el 8 de marzo de 1908 ni de 1857, como muchas fuentes señalan, sino el 27 de septiembre de 1909; a partir de noviembre de 1908, según otras fuentes, en el marco de una huelga de más de trece semanas de duración que las empleadas y empleados del sector textil realizaron en el East Side de Nueva York. Participaron más de 20.000 obreros, en su inmensa mayoría mujeres. Durante esas 13 semanas padecieron hambre, ataque de esquiroles, detenciones (más de 600), despidos... pero consiguieron las peticiones reclamadas. El 8 de marzo de 1909 se convocó una manifestación exigiendo, de nuevo, mejoras de condiciones para las mujeres emigradas y la abolición de la explotación infantil así como el derecho al voto de las mujeres.
Las historiadoras Liliane Kandel y François Picq afirman que el mito que sitúa la manifestación en el año 1857 fue creado en 1955 para eliminar el carácter comunista que más tarde adquiriría el Día Internacional de la Mujer.
Aun así, tal y como reconoce la historiadora Mari Jo Buhle en su obra Women and American Socialism 1870-1920 (Las mujeres y el socialismo norteamericano 1870-1920), el incendio de la Triangle Shirtwaist Company fue de una gran transcendencia en la historia social de los Estados Unidos y del movimiento obrero y feminista, al dar muerte a las obreras que en 1910, el año anterior al mismo, habían protagonizado la primera huelga llevada a cabo exclusivamente por mujeres en demanda de mejoras en su situación laboral.
Celbración del 8 de marzo en Dhaka, organizado por Jatiyo Nari Shramik Trade Union Kendra (Sindicato de unidad nacional de mujeres trabajadoras) de Bangladesh
¡Y gano!
viernes, 26 de febrero de 2010
Carnaval toda la vida
Y bueno. Ya se termina el mes. Otro Febrero que se nos va. Y entre tantos vaivenes que tuivimos con el clima, la política, la economía, etc no hay que dejar de pasar por alto los festejos del Carnaval. Y aca en este blog se lo recibe así.
Tambores que suenan bajo la luna
y diablos que salen a bailar.
Desparramando amor y alegría
por los barrios de la ciudad.
Vengan políticos retrógrados
individuos con arma o traje militar.
Los parches seguirán sonando
y nadie los va a callar.
Tambores que suenan bajo la luna
y diablos que salen a bailar.
Desparramando amor y alegría
por los barrios de la ciudad.
Vengan políticos retrógrados
individuos con arma o traje militar.
Los parches seguirán sonando
y nadie los va a callar.
jueves, 18 de febrero de 2010
En una tarde de verano.
En una tarde de verano.
En una tarde de verano
me decidí por escribir esta poesía.
Mirando los árboles y escuchando a los pájaros
que con su canción me hacían compañía.
Imaginando cuando hayan pasado mas de mil Sábados
de que modo encontraría a mi vida.
Si mi corazon alguna vez latiría en vano
o si se hallaría saltando de alegría.
En una tarde de verano
me decidí por escribir esta poesía.
Sintiendo como el viento acariciaba mis brazos
mientras el sol dibujaba todo el paisaje desde arriba.
Pensando en los momentos que por el camino se fueron cruzando
para luego archivarse en la bolsa de manera definitiva.
Y viendo como el tiempo anda tan acelerado
que ni siquiera llegamos a notar lo rápido que camina.
Por eso te digo a vos que estas del otro lado
que no dejes de bailar durante el tiempo que le resta a tu vida.
Sin dejar para después lo que hoy pudiste haber realizado
porque cuando uno se va ya no hay nada que le sirva.
En una tarde de verano
me decidí por escribir esta poesía.
Mirando los árboles y escuchando a los pájaros
que con su canción me hacían compañía.
Imaginando cuando hayan pasado mas de mil Sábados
de que modo encontraría a mi vida.
Si mi corazon alguna vez latiría en vano
o si se hallaría saltando de alegría.
En una tarde de verano
me decidí por escribir esta poesía.
Sintiendo como el viento acariciaba mis brazos
mientras el sol dibujaba todo el paisaje desde arriba.
Pensando en los momentos que por el camino se fueron cruzando
para luego archivarse en la bolsa de manera definitiva.
Y viendo como el tiempo anda tan acelerado
que ni siquiera llegamos a notar lo rápido que camina.
Por eso te digo a vos que estas del otro lado
que no dejes de bailar durante el tiempo que le resta a tu vida.
Sin dejar para después lo que hoy pudiste haber realizado
porque cuando uno se va ya no hay nada que le sirva.
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