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sábado, 12 de febrero de 2022

Remeras blancas

 

Remeras blancas

 

Verano. Remeras blancas que, según dicen, sirven para aguantar mejor los rayos del sol. Remeras blancas que muestran la pureza. Blanco como el algodón, como la espuma que generan las olas del mar cuando rompen, como las límpidas nubes flotando allá en el cielo. Blancos también son los guardapolvos de los niños en las escuelas, la nieve que cubre los paisajes gélidos, los glaciares, la sal, la leche que nutre a los cuerpos a temprana edad, las hojas de papel, las frías lunas de invierno, la espuma que deja el jabón al lavar la ropa. Toda esa pureza blanca. Esa inocencia reflejada ahora en las remeras. Remeras blancas. Livianas. Dicen que bancan mejor el calor.

Todo muy lindo. Al no ser por otras cosas. En las remeras blancas se notan mas las manchas. Sumado a que en ciertas partes, producto de la transpiración toma un color cremita. Entonces hay que llevarlas a lavar. O hacerlo uno mismo. Una vez vueltas a usar aprietan. Quedan mas ajustadas. Achicadas. Como si alguien les hubiera quitado un trozo de tela. Al pegarse con mayor facilidad a la piel lleva a que esta transpire mas. Y la remera se manche otra vez de sudor dándole ese tono beige. La lavamos de nuevo. Se vuelve a consumir. Nos aprieta aún mas. Logrando que se ensucie con mayor facilidad. Provocando un círculo vicioso. Se mancha. La lavamos. Nos ajusta. Se ensucia con mayor frecuencia. La volvemos a lavar. Nos aprieta mas que antes.

Llegando un momento donde ya no nos entra. O lo hace de manera incomodísima. Entonces dejamos de usarla. Cosa que no pasa con tanta facilidad con las remeras de otro color.