El pronóstico
Luciano vio que anunciaban lluvias y tormentas para el próximo sábado. En la tv, en la aplicación de su celular. Tenía pensado hacer asado en la terraza de su casa e invitar a varios de sus amigos que se reunía para jugar al fútbol en la semana.
Vivía con su novia en Villa Luro. El viernes, Luciano, mientras estaba en el kiosco que atendía escuchaba que el pronostico del tiempo había empeorado. Anunciaban gran caída de agua y granizo. Sumado a fuertes ráfagas y actividad eléctrica. Lo angustiaba. Hace alrededor de un mes tenía planeado ese asado. Sus amigos vivían lejos. Uno en San Martin, otro en Lanús. Tambien había de Colegiales, Castelar.
El Sábado amaneció con sol. Hacía bastante calor. Luciano lo notaba en la pesadez de su cuerpo. Pensaba que debía haber baja presión y alta humedad. En la tv no paraban de anunciar tormentas severas. Lo mismo ocurría al ver el tiempo en su teléfono. Al mediodía el cielo se cubrió de nubes. Empezaron las ráfagas de viento. Esperó a que su novia viniera del negocio de ropa donde trabajaba para almorzar los dos juntos. Una vez que terminaron se fueron a hacer la siesta.
Cuando despertó Luciano notó que el tiempo seguía igual. Nublado y ventoso. Pero no llovía. En la tele mostraban que habían caído fuertes chaparrones en varios lugares, granizo, calles anegadas. Lo mismo en las redes sociales. Luciano, al ver que por donde vive él no llovió no le dio importancia.
Él con su novia fueron a comprar carne, pan, cerveza, tomate y cebolla. Mas tarde Luciano empezó a hacer el fuego. A medida que pasaban los minutos sus amigos se encargaron de avisarle que no podían ir. Había entrado agua a sus casas, no tenían luz, estaban las cuadras inundadas. Luciano pensaba que era una joda. Que lo estaban cargando. Ya que por su barrio no cayo ni una sola gota.
Salió a la vereda. Observó que estaba todo seco. El aire era mas fresco. Hasta había partes donde se dejaban ver las primeras estrellas de la noche. Empezó a insultar contra los pronosticadores. Se preguntaba para que dijeron que habría tormentas si por ahí no llovió. Sus amigos le seguían insistiendo que era verdad. Que no podían ir. Les mandaban imágenes al grupo de watsapp que compartían. Luciano les decía que estaban exagerando. Que eran mala onda.
Volvió a ver tanto el la tv como en fotos que mandaban a facebook de gente con el agua hasta las rodillas, barrios sin luz, arboles y techos derribados. En Quilmes, Almagro, Avellaneda, San Justo, etc.