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viernes, 7 de noviembre de 2014

El corte de luz

El corte de luz


Hernan hacía fletes con su auto. Llevando cosas que le encargaban. Como frutas y verduras del Mercado Central, ropa o regalería del bario de Once, libros. Tambien sobres que llevaba o traía de bancos o escribanías.

Un día, andando por Avellaneda se encontró con un piquete. Eran vecinos que cortaban la autopista Buenos Aires-La Plata por falta de luz. Enojado. Tuvo que desviarse y dar toda una vuelta.

Al atardecer llegó a su casa. Ubicada en el barrio de Villa Luro. Ahí lo esperaba Marina, su novia. Quien era maestra jardinera. Tomaron mate mientras miraban tv. Cuando terminaron Hernan se fue a bañar. Y a la noche Marina sacó unas pizzas del freezer para ponerlas al horno. Después se fueron a la cama. Ya que Marina se levantaba temprano. Hicieron el amor. Al finalizar ella se durmió enseguida. El se quedó leyendo un libro hasta que le ganó el sueño.

A la mañana siguiente Hernan observó otra manifestación. Por las mismas razones que las de la jornada anterior. Pero en la General Paz. Lo que nuevamente le produjo fastidio al verse obligado a abandonar aquella avenida.

Dos días despues un episodio similar. Esta vez en el barrio de Paternal. Se acercó un poco mas. Notó que entre el grupo de personas que prendían fuego y cortaban la avenida San Martin estaba su hermana. Estacionó su auto. Se acercó hacia ella. Quien le comento que no tenían luz hacia mas de noventa y seis horas. Y al vivir en departamento tampoco tenia agua. Llamaba a los engargados u organismos de control pero no le llevaban el apunte. Tras ofrecerle su casa para bañarse o guardar alimentos Hernan siguió su camino.

De nuevo en su hogar, Hernan miraba en la tv como los apagones se multiplicaban por toda el area metropolitana. Tanto la Capital como el Gran Buenos Aires. Tambien en varias ciudades del interior. A la vez que Mariana la decía que muchos chicos que iban al jardin tampoco contaban con energía eléctrica en sus domicilios.

Al otro día la misma historia. Hernan esquivando las protestas por la falta de luz. Solo que una fue mas violenta. Algunos automovilistas estacionaban delante de los manifestantes. Se bajaban de sus vehículos para insultarlos. Les arrojaban agua, monedas, y piedras que encontraban en el camino. Hernan decidió no involucrarse. Dar marcha atras y retomar por otra calle.

De noche, mientras cenaba junto a Marina lo llamó Nancy, su madre. Ella vivía en un departamento a pocas cuadras de él. Se quedó sin suminstro eléctrico desde la mañana. A las pocas horas sin agua. No sabía que hacer. Hernan le dijo que viniera a su casa. Habilitó un sofacama que tenía en un cuarto vacío para que durmiera allí.

Así se iba pasando el tiempo. Hernan notaba como los piquetes eran cada vez mas grandes. Con conductores enfurecidos que en muchos casos no los respetaban. Pasaban por encima de los manifestantes. Quienes debían correrse por la fuerza. Mientras que estos últimos les tiraban piedras rompiéndoles la chapa o el parabrisas. En uno un cascote se incrustó contra la ventanilla de un colectivo. Hiriendo a un pasajero que dormía con el rostro apoyado en el vidrio. En tanto que en otro un auto se llevó por delante a una señora que cortaba la calle y huyó. Mientras que su novia le comentaba que en su salita aumentaba el grado de tensión tambien entre los chicos. Había peleas entre los que tenían luz y los que no. Y su madre, que jornada tras jornada iba a su domicilio para ver si le reestablecieron la energía. Cosa que era en vano. Gritaba contra el Gobierno, las empresas. Le decía a su hijo que hiciera algo. Pero él no sabía que mas hacer. Se canso de llamar sin tener respuestas claras.

Despues de una semana Hernan, como era habitual, se levanto para desayunar mate con galletitas. Solo que ahora tambien se fue acostumbrando a la presencia de su mamá. Al rato apareció Marina. Le resultó extraño, ya que ella se levantaba antes para ir al jardin. Esta le dijo que la escuela se quedó sin luz. Y que no vaya hasta que no le avisaran que regresó. Hernan la abrazó y la consoló. Mas tarde salió con su auto.

Mirando la locura que crecía entre la gente. Como una protesta donde un conductor de una camioneta se bajo y comenzó a disparar. Al que luego una botella de vidrio impacto contra su cabeza desmayandolo de inmediato. A él tambien se le dficultaba el trabajo. No solo por la cantidad cada vez mayor de cortes que tenía que esquivar. Sino porque a veces debía retirar estudios medicos en clínicas que estaban sin luz. De modo que se veía obligado a posponerlo para otra ocasión. Lo mismo en los frigoríficos de Mataderos donde lo mandaban a comprar carne. Y estos se hallaban con las persianas cerradas por razones similares. O cuando traía agua o productos de limpieza para señoras mayores que vivían en departamentos. Y como no había electricidad debía subirlos por las escaleras.

Otra tarde, al regresar, Hernan noto que en su casa tampoco tenía luz. Llamó por teléfono al número que figura en la boleta. Lo atendió una operadora. Le dijo que su reclamo fue anotado. Pero no sabia cuando retornaría el servicio. De modo que tanto él, como Marina y Nancy debieron cenar a oscuras.

A la mañana siguiente la luz todavía no volvió. Llamo para protestar pero le repetían que su reclamo ya estaba. Tambien le preguntó por el de su madre. Que llevaba mucho mas tiempo. Aparte le decían que no tenían información de cuando se reestablecería el suministro. Angustiado, con calor y despues de haber dormido mal salió a trabajar. En la calle el panorama se recrudecía. Ahora se sumaban vecinos sin luz que iban a las casas de los que si tenían para pedirles agua fresca, remedios o algo de comer.

De nuevo en su casa debía acostumbrarse a pasarla sin electricidad. Se agregaba el ruido de cacerolas que provenía de una avenida situada a dos cuadras. Nancy estaba angustiada. Con la incertidumbre se no saber cuando regresaría todo a la normalidad. Viviendo en lo de su hijo y futura nuera cuando podría hacerlo tranquilamente en su departamento. Se sentía incómoda. Cada tanto le salían lágrimas. Algo parecido le ocurría a Marina. Sin tener idea de cuando volvería de nuevo a trabajar. Con la escuela cerrada por las mismas causas. Y ahora véndose a ellos en la misma situación. Ella tenía 27 años, Hernan 30. Querían tener un hijo. Pero con todo esto que estan atravesando en eso es lo que menos pensaban.

Otra vez en la calle Hernan veía y escuachaba por la radio como decenas de damnificados se dirigían hacia las sucursales de las centrales eléctricas. De pronto lo llamó su novia. Su madre se cayó. Fue a su domicilio lo mas rápido que pudo. Allí se encontro con una nota. Estaba internada en el hospital. Al llegar vio a Marina junto con su hermana. Les dijeron que estaba en terapia intensiva. Había sufrido un infarto. Corrió a la sala a verla. Tenía los ojos cerrados, su cuerpo rodeado de cables. Junto a aparatos y un enfermero que la controlaba. Al salir se puso a llorar desconsoladamente. Su hermana lo abrazó. Los tres se sentaron en un banco situado en el pasillo. Aunque a las pocas horas apareció un médico informando de su fallecimiento. Que su cuerpo no resistió. Hernan quiso pegarle pero Marina lo contuvo. Mientras que su hermana no paraba de llorar y gritar. Hernan empezó a pegar patadas cuanto banco y puertas se le cruzaban. Pero otra vez Marina lo frenó. Tambien lo abrazó. Después Hernan se abrazó con su hermana y se fundieron en llantos.

Mientras tanto la pantalla de un televisor situado en la parte superior de un pasillo informaba sobre la salvaje represion policial sobre las personas que iban a reclamar a las sucursales de las centrales eléctricas. Con varios heridos. Y policias que disparaban sobre los menifestantes. Hernan se fué a su casa con su novia. Los acompaño su hermana. Querían estar un rato juntos. No se solían ver muy seguido. Hernan estaba destrozado. Confundido ante esta situación totalmente inesperada. Sin ánimo de nada. Mientras que su hermana era mas combativa. Quería hacer protestas frente al hospital, saber si hubo mala praxis, quemar la sucursal barrial de energía.

Después de varios díasla luz aún brillaba por su existencia. Un atardecer fue con su novia a un bar donde si tenían. Pidieron cerveza fría. Estaban hartos de todo esto. Deseaban olvidarse por un rato. A pesar de que Hernan era mas pacífico, no como su hermana que quería romper todo. Aunque eso no duro mucho. Ya que en lo alto una pantalla mostraba como la gente se dirigía hacia el Congreso y Plaza de Mayo. Sumado a los hechos de represión que hubo frente a las sucursales de las empresas. Alli el panorama fue aun peor. Tanto en el Congreso como en la Casa Rosada los esperaban cordones policiales frente a esos edificios. Tambien había carros hidrantes. Una vez que llegaron la policía comenzo a avanzar. Luego del interior de estos dos sitios salieron decenas de uniformados a caballo que se dirigieron sobre las personas que protestaban. Tiraban gases lacrimógenos, balas de goma y de plomo. La mayoría de los manifestantes se escapaban como podían. Aunque había otro grupo que respondian arrojando piedras o botellas. Al rato la tele informo sobre el primer manifestante herido de gravedad.

Se fueron de nuevo a su casa. Hernan cargo unos bolsos en el auto. Marina hizo lo mismo. Ya era de noche. Despues ambos volvieron a subirse al vehiculo. Hernan empezo a manejar. De pronto se vio en la avenida Juan B. Justo. Siguio por esta para despues doblar por la General Paz. La mayoria del recorrido lo hacia a oscuras. Sorteando piquetes, cacerolazos, quema de bolsas de basura. Llegó a la Panamericana. La cual tampoco tenía iluminacion. Al igual que los barrios que la bordeaban. Solo que alli se encontró con caravanas de autos, camiones, colectivos. Tambien motos y bicicletas. Hasta gente caminando. Todos sentido al norte.

Mientras ellos seguían la fila discutían sobre si regresar algun día o ya no. Si radicarse en algun otro lugar de la Argentina o en un país vecino.