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sábado, 16 de febrero de 2019

En la laguna



En la laguna

Cuatro amigos fueron pasar unos días a una laguna situada a varios kilómetros de Buenos Aires. Matías, Sebastian, Pablo y Agustín. Una vez allí se alojaron en un camping. Se hallaba frente a un enorme espejo de agua. De un lado estaba el pueblo. Y en el otro aquella zona de campings junto a otras mas, cabañas, clubes de pesca. 

Por la noche pusieron a la parrilla chorizos y hamburguesas que habían traido. Después de comer se quedaron escuchando música, jugando a las cartas y tomando algunas latas de cerveza.
A la mañana siguiente Pablo y Sebastian se metieron a la laguna. Hacía bastante calor. Sebastian salió enseguida. Pero Pablo, como le gustaba nadar, aprovecho que estaba solo y fue hacia un sitio alejado.
Era pasado el mediodía. Los chicos notaban que Pablo aún no había vuelto. Tampoco podían verlo en el agua. Empezaron a preocuparse. Hecho que tampoco ocurrió horas después. Estaban alarmados. Trataban de buscarlo pero no tenían rastro alguno. Llamaron a la policía.
Una vez que llegaron los efectivos hicieron rastrillajes pero no hallaron nada. Recorrían las orillas de la laguna, preguntaban a la gente del camping. Nadie sabía nada. Les dijeron que apenas tenían noticias se comunicarían con ellos.
Los chicos estaban anonadados. No sabían que pensar. Menos lo que le pudo haber ocurrido a Pablo. 
Una vez que se levantaron siguieron buscando. Matías y Agustin lo hicieron por tierra. Sebastian se metió a la laguna. Fue hacia la zona donde lo vio alejarse a Pablo hasta perderlo. Al rato un brazo lo agarró del cuello. Pudo ver el rostro de un hombre adulto. Quien, con un objeto cortante lo corto sobre ese mismo lugar. Haciendo que la sangre caiga de a chorros sobre su cuerpo. Después lo empujo hacia abajo. Y Sebastian ya no pudo sentir mas nada.
Matías y Agustin, sin haber encontrado ningún rastro de su amigo regresaron a la carpa. Revisaron el celular de Pablo y no había ninguna novedad. Solo notificaciones de Facebook o mensajes de watsapp que no fueron leidos. No sabían que hacer. Se hallaban en silencio. No tenían ganas de nada. Pasaron varias horas. Les llamaba la atención que Sebastian todavía no haya vuelto. Se comunicaron otra vez con la policía.
Los uniformados, con vehículos, perros hicieron un gran operativo en todos los márgenes de la laguna, pastizales. Ademas de preguntar en el pueblo, adentrarse en la laguna y hablar con la gente del club de pescadores, de la zona de cabañas,  del sitio donde salían los catamaranes. No tuvieron respuesta positiva alguna. Les dijeron a los chicos que seguirían buscando. Y apenas supieran de algo les avisaban.
Matías y Agustín estaban desesperados. Era algo que no esperaban. Jamás lo imaginaron. Pensaban en lo bien que la estarían pasando si nada de esto hubiera sucedido. Pero enseguida volvían a la horrible realidad en la que se encontraban.  
Apenas salio el sol se dividieron para seguir buscando. Agustin recorría la parte de la orilla y Matías el interior de la laguna. Sin perderse de vista. 
Al rato Agustin escuchó una voz. Giró la cabeza. Vió que en el agua alguien estaba tomando del cuello a Matías. Gritó el tambien pero vio que en esa zona no había nadie. Se metió en la laguna acercándose al sitio donde se hallaba su amigo. Escuchó que Matias grito aun mas fuerte. Vio sangre. Le grito a aquel sujeto que pare. Pero este le mostró un cuchillo en señal de amenaza. Y sumergió a Matias hasta ahogarlo. Una vez que el cuerpo salio a flote le ato las manos y los pies a unas bolsas negras para evitar que vuelva a emerger. 
Agustin salió corriendo. Una vez en el camping pidio hablar con los encargados de seguridad. Estos les dijeron que ya habían hecho los rastrillajes sin tener resultado alguno. Ademas de decirle que jamas en la historia de aquel sitio jamas tuvieron un caso así. Le dijeron que seguirian buscando. 
Enojado con las respuestas Agustin fue a la comisaria del pueblo. Los policías le comentaron algo parecido. Que en el pueblo nunca pasao algo como lo que Agustin le explicaba. Ademas de preguntarle si había tomado algo o estaba seguro de lo que les relataba. También le argumentaron que su caso ya fue investigado y ahora estaban con otros temas. 
Agustin no podía mas de la bronca. Fue de nuevo hasta el camping para hacer el bolso. Al terminar fue al pueblo y tomó el primer micro que salía con regreso a Buenos Aires. 
Ya en su departamento se tiró en la cama. En su mente no paraba de girar la imagen de aquel hombre tomándolo del cuello y matando a Matias. Era algo que no se le borraba. Sumado a la perdida del resto de sus amigos. Estaba destruido. 
Busco en la computadora y aparecieron dos portales en internet que le llamaron la atencion. Uno era "Locura en la laguna" y otro "Laguna del horror". Donde detallaban casos similares a los padecidos por sus amigos. Alguien que aparecia en el agua. Lo tomaba del cuello y se lo cortaba. Luego lo sumergía hasta ahogarlo. Para despues atarle las manos y los pies a bolsas pesadas de consorcio evitando que el cuerpo flotara. El último caso era hace menos de un año. No saben si actúa una sola persona o varias. Si es una secta o familia. Sólo se ocupan de mantenerlo oculto para no perjudicar el turismo en aquel sitio