El sol se cayó en el horizonte.
Aparecieron gigantes globos metálicos. Se ubicaron encima de los cerros hallados en las afueras de aquel pueblo. De su parte inferior se abrieron compuertas. Brillaba una luz celeste. Bajaron montones de seres. También de metal. Con dos brazos y dos piernas. Que podian andar tanto en dos o cuatro patas.
Al otro día se dirigieron en manada hacia el pueblo. Atacaron a todos los seres de allí. Mediante rayos rojos que salían de un hueco situado en el cráneo. Los fulminaban al instante.
La gente estaba desorientada. No sabía que hacer. Algunos escapaban en sus autos. Otros intentaban hacerlo a pie pero era en vano. Estos seres los superaban en velocidad. Tampoco les fue bien a aquellos que optaron por encerrarse en sus casas. Se trepaban a los techos, a golpes rompían las puertas.
Sumado a que también fueron víctimas gatos, perros, caballos.
Cuando no quedaba mas nadie con vida los fueron cargando uno por uno. Depositándolos en la plaza principal. Vinieron nuevamente esos globos metálicos. Estacionaron unos metros encima de la plaza. Abrieron otra vez la compuerta de su parte inferior. Como si fueran aspiradoras gigantes chuparon a todos los cadáveres.
Una vez concluida la tarea levantaron vuelo y se perdieron de vista.
Días siguiente esas naves hicieron lo mismo con los los ríos,lagos y arroyos que rodeaban ese sitio. Se llevaron toda el agua.
Entonces los nuevos habitantes, con las piedras y rocas que había levantaron enormes muros. Para que nadie pudiera ingresar.