Red de escritores en español

sábado, 16 de mayo de 2009

Buenos Aires 2020

Dengue, Chagas, rios contaminados, humo, empresas mineras a cielo abierto, basurales por todas partes.
¿Donde vamos a parar si seguimos asi?

























Espero que nunca nos pase esto que escribí.
Buenos Aires 2020.

Transcurría el año 2020. La gente de clase media vivía en Capital. El norte y oeste del Conurbano eran zonas exclusivas de quintas y barrios privados. Varios Kilómetros al sur del Riachuelo se extendía una enorme villa de emergencia. La cual estaba rodeada de gruesos muros de cemento terminados en alambres de púa electrificados para evitar que alguien se escape. También era vigilada por centenares de militares armados.
En los dos primeros sectores la gente leía las noticias solo a traves de internet. No había diarios ni revistas debido a que los bosques corrían peligro de extinción y por lo tanto estaba prohibido el uso de la madera. Razón por la cual los muebles eran de plástico y los asados se hacían colocando el menú sobre una hornalla a gas ubicada en el interior de cada parrilla. Los chicos no iban a la escuela, sino que los maestros y profesores eran pagados por sus padres para que fueran a enseñarles a sus casas. El fútbol y los conciertos de música se hacían a puertas cerradas. La gran atracción eran los Entreteniment watch, especies de cibercafés desparramados por todos los barrios en donde uno abonaba y se sentaba frente a una pantalla. Allí luego de ponerse un audífono y anteojos tridimensionales podía mirar en directo el partido que prefiera, algún recital o pelicula que recién se haya estrenado.
En cambio los habitantes del último sector, que eran la mayoría, vivían hacinados en casillas de chapa y lona. No tenían luz, gas ni teléfono. El agua corriente era escasa. Tampoco había hospitales ni centros de salud. Las enfermedades causaban decenas de muertes por día.
Horacio miraba tv en el living de su casa. Fué a ver y no encontró nada extraño. Cuando abrió la alacena se le abalanzaron unos insectos parecidos a las cucarachas pero mucho mas grandes. Los cuales estaban recubiertos de un grueso pelaje marrón y tenían una larga cola. Empezaron a caminarle por todas partes sin que pudiera hacer nada para espantarlos. Luego le clavaron un aguijón que poseían entre sus patas delanteras hasta dejarlo sin vida.
Carlos manejaba su camión mientras escuchaba música. Repartía carne para una cadena de supermercados. De pronto fué atacado por unas criaturas similares a las anteriores que le hicieron perder el control del vehículo.
Ana atendía un almacén. Cuando se fijó en una pantalla lo que había en las heladeras vió que en una los quesos estaban mordidos, había pedazos desparramados por todos lados. Como si algún roedor los hubiese atacado. Al abrirla comprobó que esa imagen era cierta. Bajó la viista y se encontró con una enorme cantidad de esos insectos. Estos la picaron por todo el cuerpo provocándole la muerte inmediata.
En todos los casos los familiares de las víctimas no sabían que hacer ni donde ir. Solo se limitaban a llorar por sus seres queridos y cuidar la higiene en sus hogares.
Semanas después un grupo de empleados del Gobierno realizaban una limpieza en los bosques de Palermo. Debían terminar antes del mediodía como era habitual. Momento en el que activaban las cámaras de seguridad y abrían el enrejado que lo rodeaba para permitir el acceso al público. Sin embargo eso no ocurrió. En un zanjón hallaron varios huevos grises del tamaño de una manzana.
Luego fueron atacados por varias de esas criaturas. La mayoría logró huir. Otros tantos no corrieron igual suerte.
A la mañana siguiente arribaron algunos de esos empleados acompañados por personal de seguridad. Al ver que se multiplicaban y no dejaban de acercarse los miembros de este último grupo decidieron abrir fuego. Lo que hizo que algunas escaparan y otras fallecieran al instante. Pero que una gran mayoría se abalanzara sobre las personas que estaban allí provocándoles heridas importantes e incluso la muerte. Finalmente atraparon a una y la llevaron a analizar.
Luego de varios días y en vivo para las principales cadenas de radio y televisión el Ministro de salud explicó que esos animales nacieron en las orillas del Riachuelo y lentamente fueron expandiéndose hacia otras zonas. También dijo que son omnívoros, tienen rápida reproducción y descienden de las ratas, cucarachas y otras especies de insectos. Pero mayor preocupación causó al comentar que se desconocen los motivos que los originaron y son resistentes a los venenos tradicionales. Que la única solución es evacuar la ciudad para después dinamitarla.
A partir de ese instante la gente no hablaba de otra cosa que no tuviera relación con ese tema. Desde los medios aconsejaban abandonar Buenos Aires. Los accesos se llenaban de coches a la vez que las empresas de transporte no daban abasto con los pedidos. En internet se multiplicaban los avisos referidos a negocios inmobiliarios.
También había enfrentamientos entre la policía y grupos de derechos humanos, organizaciones de izquierda. Estos pedían que el Gobierno construya viviendas populares en otras zonas, ponga micros gratuitos para hacer mas fácil la evacuación, ayude a irse a los que menos tienen. Pero desde el poder, con el argumento de que las protestas estaban prohibidas, solo se limitaban a reprimir con balas de plomo y unos rayos verdes que mataba instantáneamente a todo aquel que lo alcanzara.
Mientras tanto esas criaturas seguían causando desastres. Hubo una tarde en la que se fueron encima de las personas que estaban en los juegos mecánicos ubicados en un sector del Parque Centenario. Otra mañana el Mercado Central amaneció plagado de esos insectos, lo que llevó a las autoridades a dinamitarlo. La linea A de subtes, a raiz de los numerosos ataques producidos en la estación General Paz, dejó de funcionar. Algo parecido ocurrió con el club privado que ocupaba el predio donde antiguamente se hallaba la Reserva Ecológica, al cual por seguridad se lo prendió fuego y se construyó un muro sobre la avenida Costanera para evitar que alguien ingrese.
Una vez que ya no quedaba mas nadie toda la ciudad fué bombardeada. Incluso la villa de emergencia, cuyos habitantes, al no tener ayuda del Gobierno ni forma de irse se tuvieron que quedar.
Semanas después todo era diferente. Lo que había sido Buenos Aires y el Conurbano ahora era un enorme manto de cenizas y escombros. La nueva capital pasó a ser Córdoba. Esto trajo algo de alivio en el Gobierno. Sobre todo porque ya no debía cargar con los millones de individuos que poseía esa villa y en el pais se redujo el número de pobres.

viernes, 15 de mayo de 2009

El nuevo vecino

El nuevo vecino.

Los vecinos de aquel barrio vivían con miedo. Temían a un hombre que se había mudado hace varios meses. A quien casi nunca cruzaban por la calle y la mayoría de las noches lo veían salir con su auto para volver recién al otro día.
Nadie sabía a que se dedicaba.Tampoco conocían su familia porque siempre lo hallaban solo. Muchos decían que integraba una secta o secuestraba niños. Otros lo relacionaban con los robos que se producían cada tanto.
Un día un camión se descompuso frente a la puerta de su casa. Su conductor bajó y apenas abrió el capot para intentar arreglarlo apareció aquel individuo. Por miedo a que le hiciera algo suspendió la actividad.Sin embargo este último solo se limitó a ofrecerle agua y preguntarle si necesitaba ayuda.
Estuvieron hablando un largo tiempo y el dueño de aquella casa le dijo que por las noches trabaja en la guardia de un hospital, razón por la que aprovechaba buena parte del día para dormir. También le hizo saber que anteriormente vivía con su hijo en el Centro, pero luego se cansó y decidió mudarse a un sitio mas tranquilo.

miércoles, 29 de abril de 2009

El canario de los Gonzalez

El canario de los Gonzalez.

Aquel canario se la pasaba cantando en la jaula que los Gonzalez tenían en el fondo de su casa. Miraba a los otros pájaros que volaban libremente y se lamentaba por no poder hacer lo mismo.
Un día la hija menor de la familia se quedó sola con su abuela. No tuvo mejor idea que abrir la puerta de esa jaula dejando libre al animal.
Cuando sus padres regresaron la retaron duramente por lo que hizo escondiéndole todos sus juguetes preferidos y dejándola un mes sin ver televisión.
Sin embargo la niña no se puso triste. Estaba contenta al ver como ese canario pudo recuperar su libertad.

Dia del animal

Y hoy 29/4.... Dia del animal!
Pensar que ellos solo matan por necesidad cuando tienen hambre. No contaminan, no desmontan selvas, no ponen bombas, no coimean, no torturan, no invaden o destruyen ciudades, no someten pueblos a la miseria.
A veces yo pienso. Que felices estuviesen ellos en caso de que no existiera el hombre. Que paz que tendrian.























































lunes, 27 de abril de 2009

Denge dengue dengue

“Médicos sin Banderas” asegura que hay 100 mil casos de dengue en el país
Publicado el 25 Abril 2009 a las 10:43 TSerias declaraciones de Ariel Umpiérrez, de la ONG “Médicos sin bandera”, quienes son profesionales de la medicina y los que calcularon los 100 000 casos registrados en Argentina.ags: , , ,

Argentina: Con el Dengue, ¿peor el remedio que la enfermedad?
Publicado el 27 Abril 2009 Tags: , , , , , ,
“Salir a fumigar a toda la población en general o refumigar en acciones desesperadas de salud pública, no son buenas políticas de salud pública. Ahí vemos como se entremezclan los temas de seguridad química con cambio climático cuando uno no entiende bien los procesos”

¿La culpa la tiene el mosquito?
Dengue, tuberculosis, chagas, malaria, fiebre amarilla. El protagonismo de las amenazas sanitarias tras el alerta por el dengue, primero, y por la fiebre porcina, después, puso al descubierto la existencia de otras enfermedades igualmente peligrosas, que dejan cientos de muertos todos los años y para las que el sistema de salud no está suficientemente preparado Por Lorena Oliva
Todo hacía pensar que, en pleno siglo 21, bastaba con estar vacunado, usar condón, cuidarse con protector solar, ingerir diariamente lactobacilus y comprar lavandinas antibacteriales para ganarles la batalla a los gérmenes y las enfermedades.
Pero no. La irrupción en escena de los virus del dengue y la influenza A -devenidos epidemia con peligrosa rapidez- ha inaugurado formalmente una nueva era en la que el cambio climático, la extrema pobreza y el veloz tránsito mundial, por citar sólo algunos factores, se conjugan a favor de cualquier enfermedad volviéndola más peligrosa e impredecible.
La reciente confirmación del primer caso de gripe porcina en nuestro país así lo prueba. No alcanzó ni con la medida extrema de suspender los vuelos desde y hacia México, que provocó críticas encendidas por parte del presidente de ese país, Felipe Calderón, y un cortocircuito diplomático entre ambas naciones.
Y si bien es cierto que el contraste con el dengue establecido por el presidente mexicano es exagerado con respecto al número de muertos, sus reparos con respecto a la efectividad de los mecanismos locales está siendo confirmado por la propia realidad: pasajeros recién llegados de México ingresan en el país sin control alguno, como constató LA NACION.
Pero si aun tratándose de una enfermedad de alto peligro debido a la facilidad de contagio, el Estado se permite semejante nivel de distracción, ¿qué se puede esperar con otro tipo de enfermedades de menor visibilidad, fuera del radar de los medios, y que despliegan su mayor virulencia en poblaciones con poca incidencia en la agenda política?
La evolución del dengue es un inquietante ejemplo. Con un aumento en el número de infectados tan veloz como preocupante (de 40 en 2008 a más de 23.000 en lo que va de mayo) no bastó con que la ministra de Salud chaqueña Sandra Mendoza, que terminó renunciando el viernes, le echara la culpa al mosquito por los miles de casos en su provincia, ni que la ministra de Salud Graciela Ocaña cargara las responsabilidades sobre el calentamiento global para que el Aedes aegypti evitara ser letal en el terreno político. A la renuncia de la esposa de Capitanich, este viernes, se sumó la amplificación del rumor sobre el alejamiento de Ocaña.
Es que las críticas que hoy se le hacen al sistema de salud no son nuevas. Hace apenas unos meses, en noviembre pasado, la Sindicatura General de la Nación ya había dado un alerta que fue desatendido: criticó la falta de acciones concretas para el manejo de las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores.
En octubre del año último, durante una reunión del Consejo Federal de Salud (que nuclea a las instancias sanitarias de todas las provincias) se dedicó especial atención hacia algunas de ellas, como la leishmaniasis visceral, la fiebre amarilla, el dengue, el Chagas y otra ligada históricamente con la pobreza: la tuberculosis, con 11.000 casos nuevos y 800 muertes por año.
Allí los diferentes organismos se comprometieron a redoblar esfuerzos para hacerles frente. Pero, a la luz de lo que ocurriría pocos meses después con el dengue, parece evidente que la retórica sanitaria no es, por sí sola, lo suficientemente eficaz como barrera de contención.
"Estas son las delicias del federalismo. El manejo de salud es descentralizado...; tenemos entendido que el Ministerio de Salud está estudiando la posibilidad de volver a la vieja usanza y establecer programas centralizados, porque la descentralización está dejando un saldo verdaderamente negativo." La que habla es Sonia Tarragona, directora general de la Fundación Mundo Sano, una ONG que busca mejorar las condiciones sanitarias de numerosas regiones olvidadas del país.
El director nacional de Epidemiología, Juan Carlos Bossio, lo desmiente y dice que la descentralización es la manera más efectiva para llegar a todo el país. "De todas maneras, con las enfermedades de transmisión vectorial estamos tendiendo a un sistema mixto, con una coordinación nacional y brigadas de control de vectores tanto nacionales como locales", explicó el funcionario.
Sin embargo, pese al alerta de la sindicatura que ponía en blanco sobre negro los flancos débiles del sistema nacional de salud -falta de insumos, fallas informativas, déficits en el control y tratamiento de enfermedades transmitidas por vectores-, Bossio es otro de los que parece pensar -al igual que Ocaña- que el calentamiento global es el actor central de esta escena. También desliza, aunque con cautela, responsabilidades sobre dos aspectos que cuestionan al Estado: las condiciones socioeconómicas en las que viven muchos individuos y la falta de planificación en materia de gestión de residuos. "Hay que asumir que a partir de ahora convivimos con enfermedades que antes no teníamos. Sabiendo que esta es nuestra nueva realidad y que vamos a convivir con ella, debemos adquirir la información que nos permita actuar de manera eficiente", dijo.
Bossio se refiere a todo un grupo de enfermedades que emergieron o reemergieron en forma silenciosa en los últimos tiempos convirtiéndose en problemas de salud pública que hoy coexisten con otros más conocidos como la desnutrición o, en el plano de las enfermedades, la tuberculosis, que suma 11.000 casos nuevos y 800 muertes por año.
Algunos las llaman enfermedades tropicales, otros las relacionan directamente con la pobreza. Y, de acuerdo con los registros del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad Nacional de Rosario, en nuestro país suman más de diez los focos infecciosos que demandan mayor atención.
Fiebre amarilla (transmitida por el mismo vector que el dengue), malaria, mal de Chagas, hantavirus, leishmaniasis cutánea (también conocida como la lepra del siglo 21), leishmaniasis visceral (altamente mortal en otros países), leptospirosis, brucelosis, fiebre tifoidea, rabia, hidatidosis, toxocariasis, larva migrans, encefalitis del Nilo occidental y encefalitis de Saint Louis. No todas tienen el mismo impacto mediático, pero todas pueden llegar a ser graves y de todas hay focos en el país; focos que, si no son debidamente contenidos o erradicados -como lo demostró el dengue- pueden ampliar su amenaza.
Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, en 2008 se registró un caso nuevo de leishmaniasis visceral, 6 de fiebre amarilla, 133 de malaria, 248 de Chagas congénito, 593 de Chagas sin especificar, 80 de hantavirus, 78 de leptospirosis y 40 de dengue.
Como se ve, la gravedad de los brotes varía con cada enfermedad. Pero lo que tienen en común todas ellas es un escenario de pobreza y distracción estatal que se vuelve casi una invitación para que se propaguen.
La falta de impulso a la investigación científica para descubrir curas y plaguicidas efectivos, según denuncian investigadores del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa, complica aún más la situación. En el caso de la leishmaniasis visceral, el Consejo Federal de Salud reconoció que la enfermedad se ha introducido en algunas áreas del país con un importante potencial de expansión hacia otras zonas.
Antonio Montero, investigador adjunto del Conicet y director científico de la institución antes mencionada, ubica a la leishmaniasis en el grupo de las infecciones poco conocidas pero muy preocupantes, grupo que también integran la encefalitis del Nilo occidental y la encefalitis de Saint Louis.
"De leishmaniasis hay focos en la mesopotamia, en Tucumán, y pequeños focos en Salta. La encefalitis del Nilo llegó de los Estados Unidos y, por sus características, es difícil diferenciarla de la polio. De la de Saint Louis se han visto focos en Córdoba y Rosario. Las tres son transmitidas por insectos", explica.
En este punto, Montero vuelve, como Ocaña y Bossio, a la explicación climática: alerta acerca de los desmontes y todo tipo de intervenciones humanas sobre los ecosistemas. "Un clima templado sumado a condiciones de vida propias de la Edad Media son un criadero ideal de mosquitos. Una villa de emergencia es un ecosistema destruido, porque tenés gente asentada en cualquier lugar en condiciones absolutas de insalubridad. Por otra parte, nunca como ahora proliferaron tantos envases plásticos descartables que, luego de una lluvia, suelen transformarse en reservorios de larvas." Una fatal combinación
El sentido común y los hechos indican que cualquier enfermedad que se disperse dentro de un país siempre golpeará con mayor fuerza en las regiones pobres. Y el caso de las enfermedades tropicales no es la excepción. De ahí la relación directa que suele hacerse con la pobreza.
"Muchas de estas enfermedades se comienzan a mitigar directa o indirectamente con agua segura, trabajo y vivienda digna. Como técnicos podemos disminuir la carga de la enfermedad, pero como ciudadanos debemos trabajar para reconstruir las estructuras de poder que permitan una sociedad mejor y más sana física, social y mentalmente", reconoce Daniel Salomón, director del Centro de Endemo Epidemias de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) e investigador del Conicet.
Salomón recuerda que, hasta hace pocos siglos, la mayor parte de las enfermedades se extinguían en la aldea donde ocurría la epidemia, a menos que hechos excepcionales como una guerra o el comercio entre naciones las expandieran, siempre que los soldados o los comerciantes llegaran vivos de regreso. "Hoy, una población equivalente a una pequeña villa medieval viaja en un Airbus y llega a cualquier punto del mundo antes de que se hayan manifestado los síntomas", compara el funcionario.
La extensión geográfica y temporal de los climas templados -como efecto del cambio climático- es mencionada con frecuencia como un factor determinante para la mayor proliferación de estas enfermedades. El experto, también investigador del Conicet, coincide con esta apreciación, aunque con cierta cautela: "No olvidemos que la fiebre amarilla urbana, con el mismo insecto transmisor que el dengue, hizo estragos en la Buenos Aires de fines del siglo 19. Es cierto que el calentamiento global puede aumentar la intensidad, distribución o persistencia estacional de muchas infecciones, pero lo cierto es que también sirve para no demonizar a ningún culpable en particular y naturalizar la aparición de epidemias", alerta. Viejos conocidos
Durante aquella epidemia de fiebre amarilla -ocurrida en 1871- en la que murieron 14.000 personas, no se sabía nada acerca del mosquito que la transmitía (el Aedes aegypti), pero sí ya se mencionaba la combinación de ciertos factores como el hacinamiento, la acumulación de agua, los saladeros y la contaminación del Riachuelo como un caldo de cultivo letal.
Aunque hoy en día el dengue y la influenza A concentren la mayor parte de la mirada pública, a Sonia Tarragona, de la fundación Mundo Sano, le parece que, entre todas las infecciones que todavía persisten en nuestro país, el mal de Chagas merece encabezar la lista de las más preocupantes.
"Este año se cumple el centenario de la detección del primer caso. Sin embargo, tenemos entre 2,5 y 3 millones de infectados, más un número indeterminado de enfermos que no lo saben. Como es asintomática, si no se hace una búsqueda activa de infectados no se puede saber quiénes la tienen. Y es muy excepcional que un médico, frente a ciertos síntomas propios de la enfermedad como alteraciones cardíacas o digestivas, pida un dosaje de Chagas", alerta.
El Chagas es también una enfermedad propia de la pobreza. El hábitat natural del insecto que lo transmite es el rancho de paja. Durante años, y gracias a un fuerte trabajo de prevención, la Argentina había sido declarada libre de transmisión vectorial (estatus que hoy tienen Chile y Uruguay), pero luego de la crisis de 2001 -según informa Montero- se dejó de fumigar y visitar ranchos. Y aunque no tiene ribetes de epidemia, volvió la transmisión por picadura de vinchuca.
El Chagas integra la nómina de enfermedades olvidadas sobre las que trabaja la organización internacional Drugs for Neglected Diseases Initative (Iniciativa Drogas para las enfermedades olvidadas), que tiene sede en Ginebra y está impulsada por la Agrupación Médicos Sin Fronteras y el Instituto Pasteur. En su página web denuncia que, en los últimos 25 años, sólo el uno por ciento del total de medicamentos desarrollados se destinó a este tipo de enfermedades, entre las que también se encuentran la malaria y la leshmaniasis.
José Castro, director del Centro de Investigaciones Toxicológicas Citefa Conicet amplía: "Los grandes laboratorios, capaces de solventar el desarrollo de un nuevo medicamento, no están interesados en este tipo de enfermedades porque los clientes son los Estados, y los Estados son malos pagadores".
Claro que Castro reconoce que los laboratorios son, en definitiva, corporaciones económicas que hacen negocios y no beneficencia. Por eso, está convencido de que las investigaciones deben ser responsabilidad de los Estados. Pero, acto seguido, reconoce que para ello se requieren inversiones millonarias.
En el rubro de los plaguicidas la situación no es mejor. Eduardo Zerba dirige el Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas (Cipein) del Citefa y denuncia que las grandes empresas internacionales productoras de agroquímicos no están dispuestas a invertir en desarrollos para combatir todo tipo de vectores, entre otras razones, porque no son los suficientemente redituables.
"Para el caso del Chagas, hay buenos insecticidas, pero no son muy modernos y su uso intensivo está llevando a casos de resistencia en poblaciones de vinchucas en el norte de Argentina y en Bolivia. Para el dengue hay algunas buenas herramientas tomadas individualmente. El control de vectores de leishmaniasis es un problema relativamente nuevo y no son muchas las herramientas disponibles", ejemplifca Zerba.
El Cipein trabaja en el desarrollo de nuevos compuestos. En forma reciente, Zerba y su equipo fueron noticia por haber desarrollado un plaguicida efectivo para el dengue, tanto frente a los mosquitos como frente a las larvas.
Luego del alud ocurrido en Tartagal en febrero último, circularon numerosas voces que recordaban la incidencia de la deforestación sobre este tipo de tragedias. Poco tiempo después, comenzaron a circular los casos de dengue y hantavirus en esa provincia, lo que generó el reclamo masivo de la instalación de un laboratorio de enfermedades tropicales. El mes último se anunció su próxima construcción en Orán.
Pero de acuerdo con la visión de Montero, del Centro de Medicina Tropical de Rosario, la construcción de nuevos laboratorios no es lo más prioritario en la materia: "El país necesita una política coherente de vigilancia epidemiológica traducida en medidas concretas. No sirve de nada contar los mosquitos, como he visto que se ha hecho en la ciudad de Buenos Aires, si después no se hace demasiado con esa información. Lo que se necesita es un Centro de Medicina Tropical que centralice las decisiones en este sentido", remarca.
Sonia Tarragona coincide en que la construcción de nuevos laboratorios que analicen muestras infectadas no es, precisamente, lo más sagaz si se quiere avanzar por el camino de la prevención. "En las carreras de Medicina no se cuenta con una cátedra de Medicina Tropical, excepto en las universidades del norte. Los médicos no están lo debidamente preparados para diagnosticar estas infecciones porque confunden sus síntomas con enfermedades más frecuentes", denuncia.
El mismo director nacional de Epidemiología, Juan Carlos Bossio, reconoce que los médicos han comenzado a vérselas con enfermedades que, hasta no hace mucho, eran infrecuentes. "En casos como el dengue y la fiebre amarilla hemos editado unas guías y estamos distribuyéndolas para que todo el personal de la salud cuente con ellas", informa el funcionario.
Por todo esto, Montero compara la escena epidemiológica local con un cachetazo de realidad que, de una manera u otra, ha comenzado a desplegar su amenaza por todo el país. "Creíamos que en materia sanitaria éramos Bélgica, pero esto nos recuerda que tenemos tantos flancos débiles como cualquier país del subdesarrollo."
No es de extrañar, entonces, que en pleno siglo 21 todas las prevenciones no alcancen para evitar la sensación de vulnerabilidad. Aunque los repelentes y los barbijos se sigan vendiendo como pan caliente.
© LA NACION


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SOCIEDAD › EN EL PAIS, CADA SEMANA MUEREN DIEZ PERSONAS COMO CONSECUENCIA DE LA ENFERMEDAD
Las muertes evitables del mal de Chagas
Se trata de la principal enfermedad endémica de la Argentina, donde se estima que hay dos millones de infectados. “Hay pocas acciones para detectarla en chicos”, advirtió el director del Programa Nacional de Chagas

Por Mariana Carbajal
Cada semana mueren alrededor de diez personas en promedio en el país como consecuencia de la enfermedad de Chagas. Hay cerca de dos millones de infectados, según estimó el director del Programa Nacional de Chagas, Héctor Freilij. Pero el mal no afecta a turistas que viajan al exterior de vacaciones. Y entonces, poco se habla de su impacto. No es una enfermedad explosiva: es silenciosa y permanente, es la principal enfermedad endémica de la Argentina. Los que se mueren son los más pobres. Algunos ni siquiera se enteran de que estaban infectados por el parásito que transmite la vinchuca antes de sufrir muerte súbita. Pero de la mano de la migración interna y de la ausencia de planes sistemáticos para combatir la presencia del insecto en las casas, el Chagas llegó a las ciudades y dejó de ser un problema exclusivo de las áreas rurales: en la capital sanjuanina hay vinchucas en edificios deshabitados de una zona residencial, reveló Freilij.
El Programa Nacional del Chagas tiene apenas un presupuesto de 16 millones, al que se suma un financiamiento del Banco Mundial que elevaría el monto a unos 50 millones de pesos para todo el 2009. El presupuesto no supera lo que gastará el Ministerio de Salud de la Nación para comprar unos 110 mil tratamientos del antiviral recomendado para los pacientes con gripe porcina y reforzar el stock que ya tenía de 500 mil dosis, unos 70 millones de pesos.
“Hay pocas acciones de pesquisas para detectar la enfermedad en chicos, cuando se calcula que el 80 al 90 por ciento se cura con un tratamiento de dos meses”, advirtió Freilij, jefe de Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la ciudad de Buenos Aires. Una ley nacional que se aprobó hace un año y medio y obliga a realizar test a todos los recién nacidos de madres seropositivas y a todas las embarazadas, nunca fue reglamentada y no se aplica. “Estamos frente a un homicidio por omisión, por no hacer nada”, se lamentó el especialista.
Freilij está al frente del Programa Nacional desde 2008. Se dedica al problema del Chagas desde que era médico residente. Conoce el interior del país y también otros territorios latinoamericanos afectados por la vinchuca. Brasil, Uruguay, Chile y recientemente Guatemala han cortado la transmisión por el vector. “Si se hicieran las cosas bien, en tres, cuatro o cinco años Argentina podría llegar a esa situación”, se esperanza.
La estrategia básica para eliminar la vinchuca de las viviendas es fumigarlas, repetir la operación a los seis meses y controlar y estar atentos cuando vuelven los bichitos para volver a fumigarlos, explicó. Pero las tareas de fumigación, que alguna vez estuvieron centralizadas a nivel nacional y luego fueron delegadas a las provincias, han ido disminuyendo con el correr de los años. “De los 3000 fumigadores que había en la década del ’80, quedaron alrededor de 300. En el último año se nombraron 400. El ministerio les ofreció a las provincias que nombraran rociadores nuevos, la cantidad que necesitaran, y que por dos años se encargaba de pagar los sueldos. Pero al término de ese plazo cada jurisdicción debía absorberlos, y no quisieron asumir ese costo salarial. Para hacer una acción como corresponde se requieren entre 1000 y 1500 rociadores”, precisó Freilij.
Santiago del Estero, Chaco, San Juan y La Rioja son cuatro de las provincias con mayor índice de infestación. Jujuy, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén y Río Negro han sido certificadas por la OMS como libres de transmisión domiciliaria por vector. Pero Freilij tiene sus dudas de que actualmente esa situación se mantenga. “Tengo información de que ha vuelto a detectarse vinchuca infectada domiciliaria”, observó. Las migraciones internas han llevado la vinchuca y el Chagas a centros urbanos: en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, casi el 3,2 por ciento de los donantes de sangre tienen Chagas; en Santiago del Estero, donde se registra la prevalencia más alta, el 14 por ciento de los donantes es seropositivo.
No sólo se trata de rociar y controlar las viviendas. También hay que vigilar la presencia de la vinchuca en los gallineros y alrededores de las casas, en las zonas rurales, las más afectadas. “La vinchuca no se puede erradicar, pero sí controlar”, aclaró el especialista. En parajes de la localidad santiagueña de Añatuya, la Fundación Mundo Sano logró en tres años bajar de un 45 por ciento de viviendas infestadas a apenas un uno por ciento (ver aparte). Según información del Programa Nacional de Chagas, la provincia de Santiago del Estero tenía programada la fumigación en 2969 localidades en 2008: apenas cubrió al 34,4 por ciento. En La Rioja, de las 690 localidades agendadas para realizar tareas de rociado domiciliario, sólo se llegó al 20,6 por ciento. Después de años de olvido, en El Impenetrable se empezó a fumigar para combatir la vinchuca a partir de una presentación judicial de la ONG Nelson Madela que llegó a la Corte Suprema. En 2008, en el Chaco se trataron más de 300 niños infectados con la enfermedad.
“Todas las embarazadas deberían ser testeadas. Es muy importante la rápida detección del niño que nace con Chagas. Un tratamiento farmacológico de 60 días permite la cura en un 80 a 90 por ciento de los casos”, destacó Freilij, médico pediatra e infectólogo. Sin embargo, el experto estima que actualmente de las 700 mil mujeres que dan a luz cada año en el país, sólo son sometidas a un testeo entre 400 mil y 500 mil. La ley sancionada por el Congreso en septiembre de 2007 obliga a diagnosticar a cada embarazada y a cada recién nacido de madre seropositiva. A un año y medio de su aprobación, todavía no fue reglamentada.
No hay estadísticas oficiales. Pero Freilij señala que las estimaciones indican que hay alrededor de dos millones de afectados en el país. Muchos de ellos desconocen que fueron picados por la vinchuca. La picadura no duele y generalmente se produce de noche. Hay pobladores que no saben que el bicho, que habita fundamentalmente en sus ranchos de adobe y techo de paja, transmite una enfermedad. Las condiciones de la vivienda son otro factor importante para combatir el Chagas. “En estados como Texas y Arizona hay vinchuca, pero como no pueden instalarse dentro de las viviendas porque son de buena calidad, no hay Chagas en humanos”, explicó Freilij. En la mayoría de los casos, el contagio se da por intermedio de la vinchuca. Otras fuentes de transmisión son a través de la placenta, durante el embarazo, de madre a hijo, y menos frecuente, por transfusión de sangre contaminada y trasplantes de órganos infectados. Un 30 por ciento de las personas infectadas desarrollará cardiopatía por Chagas. De ese total, el 10 por ciento muere entre los 45 y 50 años por problemas cardíacos. Es una enfermedad calladita. No viaja en avión. Produce un millar de muertes por año en la Argentina, muertes evitables.

www.pagina12.com.ar

Para saber

Barrick Gold

La empresa minera anglo-canadiense Yamana Gold, concretó hoy la primera colada y elaboró su primer bullón de oro de casi 13 kilos de peso y un valor estimado en unos 430.000 dólares, en la explotación aurífera de Gualcamayo en la provincia de San Juan.
MDZ on line. www.mdzonline.com

Ha venido al país el señor Peter Munk que es el dueño de la Barrick Gold, la minera norteamericana que fue la segunda del mundo. Esta gente ya tiene un emprendimiento en San Juan y ya preparan un en Pascua – Lama, que podría afectar zonas glaciares. Va a ser la mina de oro a cielo abierto más importante de la tierra. Significa dinamitar el monte”.”Los hermanos Gioja tienen intereses sobre el tema”.

Miguel bonasso La mañana www.victorhugomorales.com.ar

El tema de las mineras debería ser tapa de los diarios. Ha desembarcado la Barrick Gold de la mano de José Luis Gioja. Es una verdadera locura porque de eso se llevan el 99% sin retorno”.”En siete provincias consiguieron que se prohíba la minera destructiva. Alguna verdad hay. La Presidenta ha recibido hace diez días al dueño de esta empresa, Peter Munk, de la mano de Gioja”.

Pino Solanas La mañana www.victorhugomorales.com.ar
Confirmando que su veto a la ley de glaciares era el veto de la Barrick Gold, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió hace pocos días al capo de la minera canadiense, Peter Munk, socio y protector del traficante de armas Adnan Kassoghi, conocido por su participación en el escándalo conocido como Irán-Contras que estuvo por costarle la presidencia a Ronald Reagan. En la audiencia estuvo presente el CEO de la Barrick, Aaron Regent, quien había visitado en febrero al gobernador de San Juan, José Luis Gioja, con el fin obvio de concertar la cita con la primera mandataria, para acelerar el proyecto minero binacional de Pascua Lama, cuestionado en Chile y la Argentina por el efecto dañino que puede tener para los glaciares y las zonas periglaciales de la Cordillera de los Andes, que constituyen la principal reserva de agua potable de ambos países. La idea es que en mayo se realice un encuentro chileno-argentino con la presencia de Cristina y Michelle Bachelet y que en septiembre comiencen las operaciones de esta gigantesca mina de oro a cielo abierto: el proyecto más grande de Barrick en América del Sur, que supondrá una inversión de unos tres mil millones de dólares. En el encuentro de marras estuvieron presentes los máximos promotores del veto a la ley de glaciares: el gobernador Gioja y el secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral. Ambos vinculados estrechamente con la industria minera. La cita con la Presidenta desnuda el vínculo estrecho con la segunda minera del mundo y revela que las objeciones presentadas por el Ejecutivo, fundamentando el veto, eran absolutamente retóricas. En el decreto de veto se proponía realizar un foro con la participación de “gobernadores y legisladores de las provincias cordilleranas”, a fin de lograr una ley con mayor consenso y mayor respeto por las autonomías provinciales. Un argumento curioso si se recuerda que la ley en cuestión fue votada por unanimidad en ambas cámaras del Congreso. En rigor, se hizo una sola reunión a fines del año pasado y otra a principios de éste, pero no surgió de estos encuentros ningún proyecto de ley. Tampoco el senador Daniel Filmus, que presidía hasta hace pocos días la Comisión Ambiental del Senado, logró el consenso prometido para redactar una ley mejor. Las discusiones, sin embargo, existen. El 30 de marzo pasado, en mi carácter de presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Cámara de Diputados, convoqué –conjuntamente con el entonces Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino– a una audiencia pública en la que expusieron personalidades del mundo científico y representantes de distintas organizaciones ambientales y vecinales. Habló, entre otros, el ganador del Premio Nobel y copresidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático en Naciones Unidas, Osvaldo Canziani, quien defendió la ley vetada, que nació de una iniciativa de la diputada mandato cumplido Marta Maffei. Un proyecto idéntico, de mi autoría, se encuentra actualmente en trámite. Tiene como contrapartida otro del diputado Juan Carlos Gioja, hermano del gobernador y del senador y empresario minero César Ambrosio Gioja. El Gioja diputado pretende eliminar de la protección a las áreas periglaciales, de importancia estratégica en lo que hace a los recursos hídricos. Fuera del Congreso cobran intensidad los debates entre quienes consideran que el agua es más importante que el oro y los que subordinan la política a sus intereses particulares. En San Juan, donde el poder político está absolutamente subordinado a la gran minería trasnacional, se produjo en estos días el Foro de Protección de los Glaciares y el Ecosistema Andino, que convocó la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). Paralelamente, el gobierno sanjuanino y los empresarios mineros realizaron su propio forito, con el objetivo de minimizar el impacto del encuentro organizado por los defensores del medio ambiente. En este ámbito, se escucharon razonamientos muy sugestivos, como el de Ricardo Martínez, presidente de la Cámara Minera de San Juan, quien llegó a decir textualmente: “Todos los Andes son periglaciales y ahí es donde se complica todo. Así como está el proyecto toda actividad queda restringida a mirar la Cordillera y que no la podamos tocar. Si sale esta ley como está, hay que olvidarse de la minería”. En la audiencia pública, realizada en el Congreso, se insistió hasta el hartazgo en que la ley vetada no era una ley antiminera sino una ley que protege los glaciares. Si los emprendimientos mineros no destruyen ni contaminan lo que constituye nuestra mayor fuente de agua potable, son ajenos al espíritu de la norma. Si en San Juan no hay glaciares, ¿por qué se preocupan entonces? Y si los hay, ¿habría que consentir su depredación en beneficio de una gran trasnacional? La visita del señor Munk permite aclarar el tema. Empezando por el currículum del visitante y por su pretensión, esbozada en la reunión, de obtener una nueva ventaja impositiva que vendría a sumarse a los privilegios ya concedidos por las leyes que pergeñó el gobernador Gioja cuando era diputado menemista en los años 90. Según el periodista Greg Palast, del diario británico The Guardian, Munk fundó la Barrick con dinero del traficante de armas Adnan Kassoghi y fue el fiador de ese delincuente internacional cuando lo llevaron preso en Estados Unidos por un caso de fraude relacionado con el régimen del ex dictador filipino Ferdinand Marcos. Palast, a quien la Barrick Gold intentó querellar sin éxito, demostró que la trasnacional no sólo había producido estragos ambientales en diversos lugares de la Tierra, sino que además había sido responsable –junto a la policía de Tanzania– del asesinato de cincuenta mineros. No es de extrañar, en una empresa que contó en su directorio con la presencia de “influyentes” como el ex director de la CIA y ex presidente norteamericano George Bush senior y con el hombre más rico de Chile, Andrónico Luksic, pinochetista acérrimo y líder del grupo monopólico conocido como “los cocodrilos”. Desgraciadamente, todo lo que hemos venido denunciando en estas columnas ha resultado absolutamente cierto y comprobable. Esperemos que no se compruebe lo que ahora decimos: que Gioja, la presidenta y la Barrick Gold harán lo posible para que no haya ley de glaciares, antes que la dinamita trasnacional comience a pulverizar los Andes sanjuaninos.

Miguel Bonasso www.criticadigital.com.ar

sábado, 25 de abril de 2009

Y otra muestra mas de intolerancia

20-04-2009
Argentina homofóbica
Buenos Aires – (SentidoG.com)En Argentina, la violencia hacia gays, lesbianas y travestis aún sigue teniendo altos niveles de estadísticas. Según el informe anual que presentó la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), los asesinatos de personas homosexuales masculinas se duplicaron, mientras la cantidad de muertes de travestis en acciones violentas continúo igual.La asociación advertía en su momento que a pesar de las campañas "todavía están vigentes en 10 provincias los códigos contravencionales que criminalizan y penalizan a las personas homosexuales y a las travestis".Asimismo, expresó que los proyectos de ley presentados para la legalización de parejas "no han tenido tratamiento en las Comisiones del Congreso", y manifestó que el ministerio de Salud de la Nación "mantiene vigente la resolución que discrimina a los homosexuales y a las/os prostitutas/os el derecho a donar sangre".En un informe realizado por Mauro Federico para La Cornisa (América TV), dirigentes de Organizaciones LGTB y testimonios de agredidos por su orientación sexual, muestran la otra cara de una sociedad que aún continúa siendo homofobica, pese a los avances conseguidos en materia legislativa.

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