Red de escritores en español

miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Y gano!



¡Y ganó nomas! El segundo Oscar para el cine nacional. La primera había sido " La historia oficial" Alla por 1985. Esto demuestra que cuando las cosas están bien hechas, pensadas y trabajadas pueden dar buenos resultados.




viernes, 26 de febrero de 2010

Carnaval toda la vida

Y bueno. Ya se termina el mes. Otro Febrero que se nos va. Y entre tantos vaivenes que tuivimos con el clima, la política, la economía, etc no hay que dejar de pasar por alto los festejos del Carnaval. Y aca en este blog se lo recibe así.


Tambores que suenan bajo la luna
y diablos que salen a bailar.
Desparramando amor y alegría
por los barrios de la ciudad.

Vengan políticos retrógrados
individuos con arma o traje militar.
Los parches seguirán sonando
y nadie los va a callar.





























































































































































































Otros carnavales













jueves, 18 de febrero de 2010

En una tarde de verano.

En una tarde de verano.

En una tarde de verano
me decidí por escribir esta poesía.
Mirando los árboles y escuchando a los pájaros
que con su canción me hacían compañía.

Imaginando cuando hayan pasado mas de mil Sábados
de que modo encontraría a mi vida.
Si mi corazon alguna vez latiría en vano
o si se hallaría saltando de alegría.

En una tarde de verano
me decidí por escribir esta poesía.
Sintiendo como el viento acariciaba mis brazos
mientras el sol dibujaba todo el paisaje desde arriba.

Pensando en los momentos que por el camino se fueron cruzando
para luego archivarse en la bolsa de manera definitiva.
Y viendo como el tiempo anda tan acelerado
que ni siquiera llegamos a notar lo rápido que camina.

Por eso te digo a vos que estas del otro lado
que no dejes de bailar durante el tiempo que le resta a tu vida.
Sin dejar para después lo que hoy pudiste haber realizado
porque cuando uno se va ya no hay nada que le sirva.

martes, 9 de febrero de 2010

El viejo

El viejo

Las embravecidas olas de aquel mar golpeaban contra la costa. Atrás los tamariscos que crecían en los médanos bailaban con el viento. Y a lo lejos el pequeño pueblo aún dormía en aquellas tempranas horas de la mañana. Era un día nublado.
El viejo se hallaba tranquilamente pescando como solía hacerlo habitualmente. Dejaba la caña clavada en la arena y mientras tanto, entre recogida y recogida, se iba a su carpa ubicada a pocos metros. Allí escuchaba la radio mientras tomaba unos mates.Al mediodía se dedicó a limpiar los pocos pescados que había sacado, juntar unas ramas y ponerlos a cocinar en una pequeña parrilla que tenía. Después los comió.
Luego se tiró en la arena a dormir una siesta. Y cuando se levantó se puso a comer un trozo de pan mientras fumaba algunos cigarrillos.Le pareció ver que a lo lejos había una figura humana. Le resultó extraño. Casi nunca pasaba nadie por esa playa. Penso que tal vez se tratara de alguna ilusión óptica.
Cuando estuvo mas cerca comprobó que era real, que era un cuerpo femenino que aparentemente se dirigía hacia donde estaba él.Enseguida la tuvo a su lado. Se trataba de una chica rubia, de ojos verdes, que aparentaba unos veinte años. Quien dijo que vivía en ese pueblo que había mas allá, pero que se peleó con su novio y decidió irse. A la vez que le pidió cobijo.
El viejo le respondió afirmativamente y se puso a pescar. Ella se dedicó a limpiar lo que él sacaba separando la carne que sirve de la que no.Al caer la noche comieron lo que él había pescado. Después hicieron un fogón.
Estuvieron hablando un largo rato hasta que ella empezó a acariciarlo. Enseguida lo tomó del cuello y lo besó. Luego entraron a la carpa y se acostaron abrazándose uno al otro.
La mañana siguiente se presentó de manera espléndida. Sin viento y con un sol radiante que iluminaba unas aguas totalmente calmas. El viejo se levantó y encontró todo normal. Solo que ella ya no estaba.

domingo, 17 de enero de 2010

Black.

Black.

Black se la pasaba jugando en el taller de Ernesto. Mordía las herramientas, se subía a los autos que le dejaban los clientes. Tampoco faltaban las veces que iba a correr al baldío que había enfrente para después volver con alguna rama en la boca. Y luego de cada lluvia salía a la vereda a espantar a las palomas que se bañaban en los charcos de la vereda empapándose todo.
Ernesto hacía varios años que lo tenía. Se lo había regalado un amigo. Cuando su perra tuvo cinco cachorros y no pudo hacerse cargo de todos. Desde entonces él lo crió. Siempre lo bañaba, cada tanto lo llevaba al veterinario. Ademas de hacerle mimos y darle comidas con buena cantidad de alimento.
Un día Ernesto murió. De repente Black se vió solo y sin nadie que lo cuide. Lloraba, le lamía la cara. Iba inquieto de un lado a otro como esperando que se despierte, cosa que jamás ocurrió.
Cierta mañana decidió irse. Recorrió calles, caminos de arena y alguna que otra avenida. Por las noches ya no dormía calentito en su cucha, sino que lo hacía en la vereda. Soportando el frío de las baldosas junto al viento que le helaba el cuerpo. Para calmar la sed tomaba agua de la zanja. Y solo comía cuando encontraba algo en la basura o algún resto de pescado en la playa. Lo que hizo que adelgazara varios kilos.
Otra vez tampoco la pasó muy bien. Unos perros devoraban el cuerpo de una gaviota que había caído muerta en un descampado. Apenas fué a dar un mordisco varios de ellos lo atacaron provocándole heridas en el lomo.
Mas tarde encontró una obra. Si bien no era el lugar ideal estaba mejor que antes. Sus ocupantes muchas veces le ponían un enorme tacho con agua para que tome y cuando hacían asados le daban las sobras. Allí tuvo que acostumbrarse a la presencia de un gato. Primero se llevaban mal. Se peleaban por la comida, por quien iba primero a tomar agua. Black lo mordió varias veces. Al tiempo que este le dió unos cuantos rasguños. Pero luego se fueron acostumbrando a convivir. Jugaban, se repartían la comida. Y dormían uno pegado al otro para cuidarse y darse calor.
Cierto día, debido a que el dueño de esa futura casa se quedó sin plata, esa obra quedó suspendida y sus ocupantes no vinieron mas. Así que Black tuvo que salir de nuevo a la calle a pelear por su supervivencia. Al principio lo hizo junto a su nuevo amigo. Este se trepaba a los árboles para cazar pajaritos y él los despedazaba separando la carne buena de la que no sirve. Después este último se fué tras una gata y Black no lo volvió a ver.
Hasta que finalmente llegó el verano. Al igual que como ocurría año tras año ese pueblo volvía a llenarse de gente. Familias enteras que aprovechaban para estar juntas, fuera del ritmo que imponen la escuela o el trabajo. Abuelos que buscaban tranquilidad o grupos de muchachos que veraneaban siempre allí y se conocían desde hace tiempo. En esa época era cuando Black mejor estaba. La gente al verlo lo acariciaba, le dejaba agua y comida en la puerta de su casa. En la playa los niños le jugaban tirándole pelotitas o discos de plástico.
Una tarde una señora paseaba a su perra. Era de raza siberiana. Pelo blanco y ojos grises. Todo lo contrario de Black, que era bien negro. Se le acercó y estuvieron olfateándose un largo tiempo. Luego la señora se la llevó haciendo que Black volviera a quedarse solo. Sin embargo y sin que su dueña sepa la siguió. Vivía en un chalet de un piso. Con ladrillos en las paredes, tejas rojas y puertas y ventanas de madera barnizada. Allí se pasaba los días. Yendo y viniendo desde el interior de la casa al jardin que había en la entrada. El cual tenía un pino y varios malvones color fucsia.
Al llegar la noche y una vez que se apagaron las luces de la casa apareció Black. Entre las maderas de la verja alcanzó a ver que la perra dormía en el jardin. La saltó. Ella se despertó de un susto. Pero al ver que era él se tiro boca arriba en el pasto dejando que la olfateara. Después ella se levantó y empezó a hacerle lo mismo. Estuvieron un largo tiempo así. Hasta que apareció el dueño. Quien al verlo a Black lo corrió con un palo hasta echarlo. Y a su perra la metió adentro cerrando la puerta de calle.
Otro día los jefes de aquella familia dormían la siesta. Sus dos hijos estaban en la vereda. Jugando con una pelota junto a varios amigos. Loba, su perra, los acompañaba. De pronto llegó Black. Ella se levantó y corrió hacia él. Después ambos se revolcaron. El intentó subirsele encima pero los dueños de Loba se lo impidieron. Lo que hizo que Black se marchara a paso lento. Con la cabeza gacha y la cola entre sus patas de atrás.
Una tarde la señora tomaba sol en la arena. Tenía los ojos cerrados. El resto de la familia había ido al agua. Apenas vió a Black Loba fué en silencio hacia donde estaba él. Se saludaron olfateándose y lamiéndose hasta que empezaron a caminar.
Luego de recorrer varios kilómetros llegaron a un lugar solitario, bastante alejado del pueblo. Allí se bañaron. Y mientras se secaban jugaban a correr a las gaviotas que bajaban a la orilla.
La luna empezaba a asomarse tímidamente. El sol de a poco se fué ocultando entre los tamariscos que crecían en los médanos. Black se metió de nuevo en el mar. Solo que esta vez regresó con un pez en la boca. Al rato trajo otro. Le dió uno a Loba y ambos se pusieron a cenar.
Horas mas tarde la noche los encontró jugando en la arena. Una vez que se cansaron Loba dejó caer su cabeza sobre el lomo de Black y los dos se durmieron.
Días después caminaron de nuevo a la casa de Loba pero sus ocupantes ya no estaban.
De a poco las semanas fueron pasando. Ya terminaba el verano. Se notaba en los días, que eran menos largos y calurosos. Y sobre todo en las casas, que volvían a estar cerradas y con el pasto cada vez mas alto. Ellos seguían siempre juntos. Jugaban, se revolcaban en los médanos, en algún baldío o en el medio de la calle. Total no había nadie. Solo en raras ocasiones pasaban autos, bicicletas o personas caminando. Razón por la cual tambien hacían el amor libremente, sin que nada los interrumpa.
A medida que los meses pasaban Loba notaba que le costaba correr o hacer fuerza al tiempo que no paraba de engordar. Varios perros callejeros habían intentado acercarse a ella pero Black se encargó de espantarlos.
Hasta que un buen día de su vientre salieron cuatro cachorros similares a Black.

lunes, 4 de enero de 2010

Enero

Y ya empieza el mes dse Enero. Un nuevo año, una nueva década. Otro verano.
Dan ganas de dejar esta ciudad gris que nos envuelve y salir a tomar un poco de aire fresco. A ver las olas que lamen la arena, al sol asomándose en un hermoso campo pintado de verde, a la luna reflejándose en las aguas cristalinas de algún arroyo, a las altas montañas que nos hacen saber lo que es sentir las nubes de cerca.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Fin de año

Ya falta tan solo unas semanas para fin de año. Para el comienzo de una nueva década. Que rápìdo pasa el tiempo. Pensar que hace tan... solo? diez años se hablaba de la llegada del 2000, de que todo iba a ser distinto, de que iba a haber autos que vuelan, o del efecto Y2K que iba a dañar las computadoras.
Sin embargo nada de ello ocurrió.
Lo único que en esa época Internet recién empezaba a popularizarse. No había blogs, facebook ni nada. Las cámaras filmadoras eran de un tamaño enorme. Los celulares se asemejaban a un control remoto y solo servían para hablar. Nada de fotos, música o mensajes de texto.