domingo, 8 de septiembre de 2024

El pintor

 El pintor


Martín se decidió a pintar su departamento. Tanto los techos como las paredes cada vez estaban mas resquebrajados. Muchas veces iba al living o la cocina y se encontraba con pedazos de pintura en el piso. 

Hace varios años que tenía pensado hacerlo. Por fiaca lo iba dejando pasar. Primero pensaba pintar él. Mas tarde se arrepintió. Creyó que era conveniente llamar a alguien que supiera mejor como hacer el trabajo. 
Preguntó en una ferretería si conocían algún pintor y le pasaron una tarjeta con su nombre y contactos de Facebook, Instagram o Whatsapp. Martín se comunicó. Éste le dijo que pasaría el sábado temprano a la mañana a ver el departamento. Se llamaba José.

José apareció el sábado pasado el mediodía. 
Empezó a revisar las distintas habitaciones. Pieza, living, cocina y baño. Tocaba y golpeaba techos y paredes. También pegaba puñetazos haciendo que cayera polvo y trozos de pintura. Le preguntó a Martín cuanto hacía que las habían pintado. Él le dijo que no tenía idea. Que vivía ahí hace ocho años y siempre estuvo así. José le explicó que el que pintó anteriormente hizo un desastre. 
Una vez que terminó José le dijo que no podía hacer nada. Martín se sorprendió al escucharlo. Quiso saber los motivos. José culpó al pintor anterior por todo el daño que había hecho en los techos y paredes. Lo acusó de estafador, aprovechador, ladrón. Le hizo saber que para solucionarlo había que romper todas las paredes y después ver como empezar de nuevo. También insultó al empleado de la ferretería que le dio la tarjeta y al encargado del edificio por ser cómplices.

-¿ Entonces como lo resuelvo? - quiso saber Martín
-No se - respondió José - ya te dije que el otro pintor hizo todo mal. De este modo yo no puedo trabajar. 
-Después le pregunto a Martín si sabía su WhatsApp, Instagram o algún que otro sitio.
-No tengo idea
-Uh que pena. Si no lo destrozaría en todas las redes.

Apenas terminó José dijo que no tenía más que hacer ahí.  Martín siguió insistiendo que quedaría todo sin pintar.
-José se enfadó y empezó a gritar- ¿¡ No me escuchaste!? ¿¡O vos también estás en el otro bando!? Si es así no me jodas más. Hay que terminar con esa manga de seudo pintores que no cumplen con los horarios y no saben como usar los pinceles. Se nota que no entendés nada idiota. ¡Anda con el atorrante del otro pintor ya que tanto lo queres!
Ya en planta baja José toco el timbre del encargado pero éste no contestaba. Quería desquitarse con él también por permitir que cualquiera venga al edificio a hacer lo que se le cante. 
Antes de irse le hizo saber a Martín que iba a ir a la ferretería a buscar al sinvergüenza del empleado que le dio la tarjeta. 

Cuando Martín se quedó solo seguía asombrado. Jamás había recibido un trato así de parte de gente que le hizo arreglos. Como el plomero que llamó hace varios años cuando le perdía la bacha de la cocina. O el gasista que vino dos meses atrás cuando quedaba encendido el calefón después de usar el agua caliente y debía apagarlo a mano. Estos se enfocaban en hacer los trabajos y listo. 
Ahora debía probar en ir de nuevo a alguna otra pinturería o ferretería para ver si conocían a alguien que podría pintar.