domingo, 9 de noviembre de 2025

A destiempo

 

A destiempo

Gonzalo tomo el colectivo. Tenía que dar un parcial en la facultad de derecho. En una esquina el coche en el que viajaba chocó con un camión. Ambos conductores empezaron a discutir para luego irse a las trompadas. Todos los pasajeros se bajaron. Vino la policía a separarlos. Gonzalo debió esperar otro colectivo. Los dos siguientes que vinieron estaban repletos y no le pararon. Después de media hora por fin pudo subirse a uno. Llegó tarde. Fue a hablar con las autoridades de la facultad y le pidieron algún certificado que justificara su tardanza. Al no contar con este le notificaron que el examen quedaba desaprobado. Sólo podía recuperarlo si aprobaba el del próximo cuatrimestre.

Salió. Encendió un cigarrillo y empezó a caminar desconsolado. Llegó a Parque Las Heras y se recostó en el pasto.

Sergio tenía que sacarse una carie. Subió a su moto. A mitad del camino tuvo que volver a su casa para buscar la billetera que había olvidado en un cajón. Esta contenía documentos tanto personales como del rodado, tarjetas y algo de dinero en efectivo. Al no presentarse a tiempo en la recepción le dijeron que la odontóloga podía atenderlo después de tres semanas.

Arrancó la moto y se fue. Hizo una parada en Parque Las Heras.

Natalia tenía una entrevista para ver si conseguía trabajo en una perfumería ubicada en Palermo. Vivía en Villa Luro. Cuando fue a abrir la puerta de su departamento se le partió la llave quedándose encerrada. Tuvo que llamar de urgencia a un cerrajero para que le solucione el problema. Apareció en la perfumería varias horas después. Uno de los chicos que atendía le dijo que la persona encargada ya se había ido. Le dieron un número para que pruebe en comunicarse.

Salió enfurecida, compró una cerveza para ir a tomarla en ese Parque buscando despejarse un rato. 

Nicolás no pudo despedirse de su hermano que estaba de visita en Buenos Aires. Este vivía en Madrid hacía más de una década. La última vez que vino fue hace cuatro años. Nicolás subió a su auto para llevarlo a tomar el vuelo a Ezeiza. El vehículo no le arrancó. Probó varias veces y le ocurría lo mismo. Abrió el capot buscando encontrar alguna falla pero no notaba nada extraño. Debió llamar a un auxilio para que lo deje en el taller mecánico que iba habitualmente. Después de avisarle a su hermano caminó las pocas cuadras que lo separaban del  Parque Las Heras.

Mariana tenía turno para renovar el DNI. Todavía tenía la dirección de la casa donde vivía de chica hacía más de veinte años. 

Llegó en su bicicleta casi dos horas más tarde. Después de almorzar se recostó un rato en un sillón y de quedo dormida. Se presento en uno de los mostradores. Le dijeron que debería pedir un nuevo turno por la web. 

Decidió ir pedaleando a Parque Las Heras a terminar la tarde.

Cada uno de ellos se hallaba enfadado por lo sucedido. Se reprochaban por no haber salido más temprano o tener más responsabilidad. No podían dejar de pensar. Probar en tomar por otro camino, elegir otro medio de transporte, estar más atentos a no dormirse o asegurarse de llevar todo antes de salir.

Natalia estaba a los gritos hablando con su pareja. Maldecía que justo se le vino a romper la llave. Gonzalo, que estaba sentado en el pasto a pocos metros de ella se le acercó. 

Cuando Natalia terminó de hablar Gonzalo le contó su historia y Natalia lo invitó a sentarse a su lado. Mientras ambos conversaban sobre lo ocurrido pasó Mariana con su bici. Al escucharlos se le sumó contándole su historia. Como hablaban fuerte se les acercaron Sergio y Nicolás que se hallaban sentados en unos bancos de al lado. 

Se terminaron abrazando consolándose y dándose ánimo. Se decían que con esto no se acababa el mundo. Había cosas peores. 

Fueron a un bar. Brindaron y se sacaron una foto para tener de recuerdo.