Los menonitas llegaron a la Argentina en 1987 y viven tal como en el siglo pasado: sin luz eléctrica, sin automóviles; no conocen la televisión ni la radio. Su particular lectura de la Biblia los obliga a una vida de aislamiento y renuncia.
Se trata de un pueblo que vive como en la edad media, tratando de mantener sus propias normas, costumbres y leyes. Ellos viven al margen de toda comodidad que brinda la modernidad, poseen sus propias autoridades, tienen sus escuelas e imparten sus propias enseñanzas, tienen prohibido el tabaco, el alcohol y la práctica de deportes. Su idioma es un dialecto del bajo alemán mezclado con holandés.
Guatraché, provincia de La Pampa. Un viento suave pero constante atraviesa la misteriosa colonia menonita. El sol acaba de asomar por un horizonte no tan llano como podría esperarse de este sitio. Ya se hace visible la rima de casas austeras y similares entre sí, con tejados a dos aguas y un estilo más propio de los Países Bajos, pero sobre todo extemporáneas, que se erigen a los lados de las polvorientas calles. Puede observarse, cuando las ciudades todavía no despertaron, el movimiento de los habitantes entrando y saliendo de los establos, atravesando las huertas que ellos tienen por jardines.
Llegaron a estas tierras en el año 1987, procedentes de México y Bolivia (ver Raíces...).
En aquella fecha adquirieron 10.000 hectáreas que a su vez dividieron en diez campos. Cada uno de estos lotes posee una iglesia y una escuela propia. Hoy habitan el territorio cerca de 1.200 personas. En esta cultura, la religión es el principio regidor y fundamental no sólo del orden social sino también de todas las esferas de la actividad humana, incluidas la política y la economía. La lectura ortodoxa de la Biblia los obliga a una vida de profundo aislamiento, austeridad y renuncia.
Cuenta Claudia Everlo, guía de la Municipalidad de Guatraché: “Uno de los requisitos fundamentales para que los menonitas decidan instalarse en una determinada región del mundo, es que el gobierno de esa zona les otorgue una serie de privilegios tales como: la eximisión del servicio militar y la no obligatoriedad de voto entre otros”. Juan Fast es el encargado de la colonia, y en un castellano trabado por su acento alemán, opina “los privilegios son una manera de mantener viva nuestra cultura, de no contaminarla con la modernización. Así podemos vivir aislados sin molestar tampoco a nadie”.
Y en verdad podría definirse a este lugar como una isla, una isla impermeable a la inercia del tiempo: con sus escuelas a cargo de la enseñanza excluyente de la historia de esta cultura y de los enunciados bíblicos; sin otra forma de arte ni de literatura que no esté vinculada con el coro de la iglesia y con las Sagradas Escrituras con sus calles de tierra tímidamente transitadas, no por automóviles sino por unos carruajes tirados por caballos, a los que ellos denominan «boogies»; sin ningún tipo de alumbrado que provenga de la energía eléctrica sino de candilejas, velas y faroles de querosene; sin cables ni antenas que recojan y transmitan las señales de televisión o de la radio; sin prensa, sin computadoras, sin impulsos telefónicos, sin más comunicación con el entorno que la que demanda una transacción obligada en el pueblo.
Esta comunidad encontró que una de las formas de mantener fuertes sus límites es el autoabastecimiento”, sostiene Claudia Everlo. Por esta razón, los menonitas tienden a producir (ya sea bienes materiales o servicios) la mayor cantidad de insumos necesarios para la supervivencia. Las tierras de la Pampa Húmeda les dan una inmejorable posibilidad de sembrar trigo y otros granos que luego utilizan para la elaboración de sus alimentos. El excedente, que suele ser generoso, es vendido a los graneros de la zona. De las huertas, florecientes a un lado de todos los hogares, recogen algunas frutas y verduras.
El destino del ganado está ligado principalmente al tambo, y tal vez radique aquí el ejemplo más representativo de la fraternidad que trama todas las acciones en este lugar. Por las mañanas, mientras las mujeres se abocan a los quehaceres domésticos, los jefes de las familias y sus hijos comienzan en el establo el ordeñe de las vacas. La leche extraída se almacena en tarros. Una vez finalizada la labor,esos recipientes
se acomodan a la vera del camino, para que más tarde sean recogidos por las carretas de la quesería. La quesería pertenece a la comunidad. Al finalizar el día, los tarros son devueltos a cada una de las familias con un tercio de suero de leche, que es utilizado como alimento para animales. Todos contribuyen con el pago a los maestros queseros, y cada familia es remunerada también de acuerdo a la cantidad de leche aportada para la fabricación de los quesos.
En la colonia hay también carpinteros, costureras, personas duchas en la construcción e inclusive una partera. De este modo, las relaciones con el mundo exterior quedan restringidas a la compra de materia prima (telas, materiales, máquinas para trabajar la tierra).
Personalmente quisiera agregar que el trabajo artesanal en madera de calden (bancos, sillas, mesas, muebles en general), árbol típico de La Pampa, es asombroso. No tiene nada que envidiarle a los muebles de algarrobo que valen fortuna en cualquier muebleria de nuestro país.
La renuncia a los lujos no sólo consta en la negación a todo tipo de tecnología moderna; también se hace presente en cuestiones menores: no utilizan, por ejemplo, jabón de tocador (perfumado) para su aseo personal sino que se valen del jabón blanco en barra. “Hay casos en que los menonitas se han comprado tractores para trabajar el campo, pero antes de ponerlos en funcionamiento les quitaban las cabinas por considerarlas lujosas”, comenta Claudia.
Los menonitas son de mirada huraña y huidiza, son cordiales con los visitantes pero permanecen siempre indescifrables. Y no obstante lo romántico (en el sentido amplio del término) y lo atractivo, es la de estos seres una vida realmente ardua. La jornada de trabajo durará lo que tarde el sol en recorrer su eterna parábola. Después, se encenderán las candilejas para alumbrar y bendecir una cena que alivie el cansancio del cuerpo. Y así, muy lejos del continente, se sucederán los días en esta apacible isla que los refugia del tiempo.
RAICES DE UN PUEBLO EXTRAÑO
Los Menonitas son un pueblo extremadamente misterioso cuyo origen lo debemos encontrar en su descendencia del Movimiento Anabaptista del Siglo XVI. Su impulsor, Menno Simmons, era un sacerdote Católico holandés que había roto con la iglesia. Su predica en medio de las persecuciones de las que serían objeto fueron relativamente exitosas y se extendieron en Holanda, Alemania, Polonia y Rusia. Luego, en el Siglo XIX, emigraron a América del Norte y, con la persecución del régimen de Stalin en la Ex-URSS, también se trasladaron a países que les resultaron menos conflictivos como México, Bolivia y Paraguay.
Rechazan el bautismo de los niños y conceden valor al bautismo de los adultos creyentes. Declaran que la Biblia no exige ni enseña formalmente la práctica de este sacramento en los niños. La primera comunidad de devotos del bautismo, que recibió el nombre de menonitas, apareció en Zurich, el 25 de enero de 1525. Víctimas de persecuciones, tanto de ¡os príncipes católicos como de los protestantes, poco antes de 1530 se establecieron mayormente en los Países Bajos y en el noreste de Alemania. En la comunidad de Amsterdam, cuya dirección era ejercida por Jan Mattys, prevaleció el anabaptismo radical y revolucionario. Aquí surge entonces la corriente moderada y pacífica cuya cabeza estaba constituida por Simonsz Menno (1492-1561), sacerdote holandés de quien deviene el nombre de esta comunidad. En la actualidad se encuentran colonias en los Estados Unidos, Canadá, México, América Central, Bolivia y Argentina.
Otra corriente cristiana de doctrina anabaptista son los amish, repartidos en alrededor 22 asentamientos en los Estados Unidos de América y en Ontario, Canadá.
Por ultimo, les dejo para que vean y conozcan, algunas fotitos (las de arriba también lo eran) de "Colonia La Nueva Esperanza", de Guatraché.
Por ultimo, opinen y comenten con total libertad, pero por favor no bardeen. Ellos son gente muy sana, sencilla y agradable. Respetemos su forma de vida.
Espero que les haya gustado hermanos. Paz y Bien.
Fuente: http://www.soydetoay.com.ar/
menonitas/portada.htm