Un tomate cayó del cielo
reventó contra el techo de un auto.
Las palomas se lo comieron.
_______________________________________________________
Se abrió una boca de tormenta.
De ahí salió una muchacha
que besó a un muchacho que pasaba
y se fueron los dos
______________________________________________________
El sol salió de nuevo a la 1 de la mañana
para ponerse a las 10.
A esa hora apareció la luna
hasta volverse invisible al amanecer del otro día.
____________________________________________________
Desde las vías del subte aparecieron enormes serpientes
que picaron a la gente que esperaba en la estación.
Al rato desaparecieron.
Y el tren llegó.
______________________________________________________
Las aguas del Rio de la Plata se secaron
la gente lo cruzaba en auto, bicicleta o moto hasta Colonia.
Al otro dia todos estos regresaron
Y el rio volvió a su normalidad.
sábado, 13 de diciembre de 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
El corte de luz
El corte de luz
Hernan hacía fletes con su auto. Llevando cosas que le encargaban. Como frutas y verduras del Mercado Central, ropa o regalería del bario de Once, libros. Tambien sobres que llevaba o traía de bancos o escribanías.
Un día, andando por Avellaneda se encontró con un piquete. Eran vecinos que cortaban la autopista Buenos Aires-La Plata por falta de luz. Enojado. Tuvo que desviarse y dar toda una vuelta.
Al atardecer llegó a su casa. Ubicada en el barrio de Villa Luro. Ahí lo esperaba Marina, su novia. Quien era maestra jardinera. Tomaron mate mientras miraban tv. Cuando terminaron Hernan se fue a bañar. Y a la noche Marina sacó unas pizzas del freezer para ponerlas al horno. Después se fueron a la cama. Ya que Marina se levantaba temprano. Hicieron el amor. Al finalizar ella se durmió enseguida. El se quedó leyendo un libro hasta que le ganó el sueño.
A la mañana siguiente Hernan observó otra manifestación. Por las mismas razones que las de la jornada anterior. Pero en la General Paz. Lo que nuevamente le produjo fastidio al verse obligado a abandonar aquella avenida.
Dos días despues un episodio similar. Esta vez en el barrio de Paternal. Se acercó un poco mas. Notó que entre el grupo de personas que prendían fuego y cortaban la avenida San Martin estaba su hermana. Estacionó su auto. Se acercó hacia ella. Quien le comento que no tenían luz hacia mas de noventa y seis horas. Y al vivir en departamento tampoco tenia agua. Llamaba a los engargados u organismos de control pero no le llevaban el apunte. Tras ofrecerle su casa para bañarse o guardar alimentos Hernan siguió su camino.
De nuevo en su hogar, Hernan miraba en la tv como los apagones se multiplicaban por toda el area metropolitana. Tanto la Capital como el Gran Buenos Aires. Tambien en varias ciudades del interior. A la vez que Mariana la decía que muchos chicos que iban al jardin tampoco contaban con energía eléctrica en sus domicilios.
Al otro día la misma historia. Hernan esquivando las protestas por la falta de luz. Solo que una fue mas violenta. Algunos automovilistas estacionaban delante de los manifestantes. Se bajaban de sus vehículos para insultarlos. Les arrojaban agua, monedas, y piedras que encontraban en el camino. Hernan decidió no involucrarse. Dar marcha atras y retomar por otra calle.
De noche, mientras cenaba junto a Marina lo llamó Nancy, su madre. Ella vivía en un departamento a pocas cuadras de él. Se quedó sin suminstro eléctrico desde la mañana. A las pocas horas sin agua. No sabía que hacer. Hernan le dijo que viniera a su casa. Habilitó un sofacama que tenía en un cuarto vacío para que durmiera allí.
Así se iba pasando el tiempo. Hernan notaba como los piquetes eran cada vez mas grandes. Con conductores enfurecidos que en muchos casos no los respetaban. Pasaban por encima de los manifestantes. Quienes debían correrse por la fuerza. Mientras que estos últimos les tiraban piedras rompiéndoles la chapa o el parabrisas. En uno un cascote se incrustó contra la ventanilla de un colectivo. Hiriendo a un pasajero que dormía con el rostro apoyado en el vidrio. En tanto que en otro un auto se llevó por delante a una señora que cortaba la calle y huyó. Mientras que su novia le comentaba que en su salita aumentaba el grado de tensión tambien entre los chicos. Había peleas entre los que tenían luz y los que no. Y su madre, que jornada tras jornada iba a su domicilio para ver si le reestablecieron la energía. Cosa que era en vano. Gritaba contra el Gobierno, las empresas. Le decía a su hijo que hiciera algo. Pero él no sabía que mas hacer. Se canso de llamar sin tener respuestas claras.
Despues de una semana Hernan, como era habitual, se levanto para desayunar mate con galletitas. Solo que ahora tambien se fue acostumbrando a la presencia de su mamá. Al rato apareció Marina. Le resultó extraño, ya que ella se levantaba antes para ir al jardin. Esta le dijo que la escuela se quedó sin luz. Y que no vaya hasta que no le avisaran que regresó. Hernan la abrazó y la consoló. Mas tarde salió con su auto.
Mirando la locura que crecía entre la gente. Como una protesta donde un conductor de una camioneta se bajo y comenzó a disparar. Al que luego una botella de vidrio impacto contra su cabeza desmayandolo de inmediato. A él tambien se le dficultaba el trabajo. No solo por la cantidad cada vez mayor de cortes que tenía que esquivar. Sino porque a veces debía retirar estudios medicos en clínicas que estaban sin luz. De modo que se veía obligado a posponerlo para otra ocasión. Lo mismo en los frigoríficos de Mataderos donde lo mandaban a comprar carne. Y estos se hallaban con las persianas cerradas por razones similares. O cuando traía agua o productos de limpieza para señoras mayores que vivían en departamentos. Y como no había electricidad debía subirlos por las escaleras.
Otra tarde, al regresar, Hernan noto que en su casa tampoco tenía luz. Llamó por teléfono al número que figura en la boleta. Lo atendió una operadora. Le dijo que su reclamo fue anotado. Pero no sabia cuando retornaría el servicio. De modo que tanto él, como Marina y Nancy debieron cenar a oscuras.
A la mañana siguiente la luz todavía no volvió. Llamo para protestar pero le repetían que su reclamo ya estaba. Tambien le preguntó por el de su madre. Que llevaba mucho mas tiempo. Aparte le decían que no tenían información de cuando se reestablecería el suministro. Angustiado, con calor y despues de haber dormido mal salió a trabajar. En la calle el panorama se recrudecía. Ahora se sumaban vecinos sin luz que iban a las casas de los que si tenían para pedirles agua fresca, remedios o algo de comer.
De nuevo en su casa debía acostumbrarse a pasarla sin electricidad. Se agregaba el ruido de cacerolas que provenía de una avenida situada a dos cuadras. Nancy estaba angustiada. Con la incertidumbre se no saber cuando regresaría todo a la normalidad. Viviendo en lo de su hijo y futura nuera cuando podría hacerlo tranquilamente en su departamento. Se sentía incómoda. Cada tanto le salían lágrimas. Algo parecido le ocurría a Marina. Sin tener idea de cuando volvería de nuevo a trabajar. Con la escuela cerrada por las mismas causas. Y ahora véndose a ellos en la misma situación. Ella tenía 27 años, Hernan 30. Querían tener un hijo. Pero con todo esto que estan atravesando en eso es lo que menos pensaban.
Otra vez en la calle Hernan veía y escuachaba por la radio como decenas de damnificados se dirigían hacia las sucursales de las centrales eléctricas. De pronto lo llamó su novia. Su madre se cayó. Fue a su domicilio lo mas rápido que pudo. Allí se encontro con una nota. Estaba internada en el hospital. Al llegar vio a Marina junto con su hermana. Les dijeron que estaba en terapia intensiva. Había sufrido un infarto. Corrió a la sala a verla. Tenía los ojos cerrados, su cuerpo rodeado de cables. Junto a aparatos y un enfermero que la controlaba. Al salir se puso a llorar desconsoladamente. Su hermana lo abrazó. Los tres se sentaron en un banco situado en el pasillo. Aunque a las pocas horas apareció un médico informando de su fallecimiento. Que su cuerpo no resistió. Hernan quiso pegarle pero Marina lo contuvo. Mientras que su hermana no paraba de llorar y gritar. Hernan empezó a pegar patadas cuanto banco y puertas se le cruzaban. Pero otra vez Marina lo frenó. Tambien lo abrazó. Después Hernan se abrazó con su hermana y se fundieron en llantos.
Mientras tanto la pantalla de un televisor situado en la parte superior de un pasillo informaba sobre la salvaje represion policial sobre las personas que iban a reclamar a las sucursales de las centrales eléctricas. Con varios heridos. Y policias que disparaban sobre los menifestantes. Hernan se fué a su casa con su novia. Los acompaño su hermana. Querían estar un rato juntos. No se solían ver muy seguido. Hernan estaba destrozado. Confundido ante esta situación totalmente inesperada. Sin ánimo de nada. Mientras que su hermana era mas combativa. Quería hacer protestas frente al hospital, saber si hubo mala praxis, quemar la sucursal barrial de energía.
Después de varios díasla luz aún brillaba por su existencia. Un atardecer fue con su novia a un bar donde si tenían. Pidieron cerveza fría. Estaban hartos de todo esto. Deseaban olvidarse por un rato. A pesar de que Hernan era mas pacífico, no como su hermana que quería romper todo. Aunque eso no duro mucho. Ya que en lo alto una pantalla mostraba como la gente se dirigía hacia el Congreso y Plaza de Mayo. Sumado a los hechos de represión que hubo frente a las sucursales de las empresas. Alli el panorama fue aun peor. Tanto en el Congreso como en la Casa Rosada los esperaban cordones policiales frente a esos edificios. Tambien había carros hidrantes. Una vez que llegaron la policía comenzo a avanzar. Luego del interior de estos dos sitios salieron decenas de uniformados a caballo que se dirigieron sobre las personas que protestaban. Tiraban gases lacrimógenos, balas de goma y de plomo. La mayoría de los manifestantes se escapaban como podían. Aunque había otro grupo que respondian arrojando piedras o botellas. Al rato la tele informo sobre el primer manifestante herido de gravedad.
Se fueron de nuevo a su casa. Hernan cargo unos bolsos en el auto. Marina hizo lo mismo. Ya era de noche. Despues ambos volvieron a subirse al vehiculo. Hernan empezo a manejar. De pronto se vio en la avenida Juan B. Justo. Siguio por esta para despues doblar por la General Paz. La mayoria del recorrido lo hacia a oscuras. Sorteando piquetes, cacerolazos, quema de bolsas de basura. Llegó a la Panamericana. La cual tampoco tenía iluminacion. Al igual que los barrios que la bordeaban. Solo que alli se encontró con caravanas de autos, camiones, colectivos. Tambien motos y bicicletas. Hasta gente caminando. Todos sentido al norte.
Mientras ellos seguían la fila discutían sobre si regresar algun día o ya no. Si radicarse en algun otro lugar de la Argentina o en un país vecino.
Hernan hacía fletes con su auto. Llevando cosas que le encargaban. Como frutas y verduras del Mercado Central, ropa o regalería del bario de Once, libros. Tambien sobres que llevaba o traía de bancos o escribanías.
Un día, andando por Avellaneda se encontró con un piquete. Eran vecinos que cortaban la autopista Buenos Aires-La Plata por falta de luz. Enojado. Tuvo que desviarse y dar toda una vuelta.
Al atardecer llegó a su casa. Ubicada en el barrio de Villa Luro. Ahí lo esperaba Marina, su novia. Quien era maestra jardinera. Tomaron mate mientras miraban tv. Cuando terminaron Hernan se fue a bañar. Y a la noche Marina sacó unas pizzas del freezer para ponerlas al horno. Después se fueron a la cama. Ya que Marina se levantaba temprano. Hicieron el amor. Al finalizar ella se durmió enseguida. El se quedó leyendo un libro hasta que le ganó el sueño.
A la mañana siguiente Hernan observó otra manifestación. Por las mismas razones que las de la jornada anterior. Pero en la General Paz. Lo que nuevamente le produjo fastidio al verse obligado a abandonar aquella avenida.
Dos días despues un episodio similar. Esta vez en el barrio de Paternal. Se acercó un poco mas. Notó que entre el grupo de personas que prendían fuego y cortaban la avenida San Martin estaba su hermana. Estacionó su auto. Se acercó hacia ella. Quien le comento que no tenían luz hacia mas de noventa y seis horas. Y al vivir en departamento tampoco tenia agua. Llamaba a los engargados u organismos de control pero no le llevaban el apunte. Tras ofrecerle su casa para bañarse o guardar alimentos Hernan siguió su camino.
De nuevo en su hogar, Hernan miraba en la tv como los apagones se multiplicaban por toda el area metropolitana. Tanto la Capital como el Gran Buenos Aires. Tambien en varias ciudades del interior. A la vez que Mariana la decía que muchos chicos que iban al jardin tampoco contaban con energía eléctrica en sus domicilios.
Al otro día la misma historia. Hernan esquivando las protestas por la falta de luz. Solo que una fue mas violenta. Algunos automovilistas estacionaban delante de los manifestantes. Se bajaban de sus vehículos para insultarlos. Les arrojaban agua, monedas, y piedras que encontraban en el camino. Hernan decidió no involucrarse. Dar marcha atras y retomar por otra calle.
De noche, mientras cenaba junto a Marina lo llamó Nancy, su madre. Ella vivía en un departamento a pocas cuadras de él. Se quedó sin suminstro eléctrico desde la mañana. A las pocas horas sin agua. No sabía que hacer. Hernan le dijo que viniera a su casa. Habilitó un sofacama que tenía en un cuarto vacío para que durmiera allí.
Así se iba pasando el tiempo. Hernan notaba como los piquetes eran cada vez mas grandes. Con conductores enfurecidos que en muchos casos no los respetaban. Pasaban por encima de los manifestantes. Quienes debían correrse por la fuerza. Mientras que estos últimos les tiraban piedras rompiéndoles la chapa o el parabrisas. En uno un cascote se incrustó contra la ventanilla de un colectivo. Hiriendo a un pasajero que dormía con el rostro apoyado en el vidrio. En tanto que en otro un auto se llevó por delante a una señora que cortaba la calle y huyó. Mientras que su novia le comentaba que en su salita aumentaba el grado de tensión tambien entre los chicos. Había peleas entre los que tenían luz y los que no. Y su madre, que jornada tras jornada iba a su domicilio para ver si le reestablecieron la energía. Cosa que era en vano. Gritaba contra el Gobierno, las empresas. Le decía a su hijo que hiciera algo. Pero él no sabía que mas hacer. Se canso de llamar sin tener respuestas claras.
Despues de una semana Hernan, como era habitual, se levanto para desayunar mate con galletitas. Solo que ahora tambien se fue acostumbrando a la presencia de su mamá. Al rato apareció Marina. Le resultó extraño, ya que ella se levantaba antes para ir al jardin. Esta le dijo que la escuela se quedó sin luz. Y que no vaya hasta que no le avisaran que regresó. Hernan la abrazó y la consoló. Mas tarde salió con su auto.
Mirando la locura que crecía entre la gente. Como una protesta donde un conductor de una camioneta se bajo y comenzó a disparar. Al que luego una botella de vidrio impacto contra su cabeza desmayandolo de inmediato. A él tambien se le dficultaba el trabajo. No solo por la cantidad cada vez mayor de cortes que tenía que esquivar. Sino porque a veces debía retirar estudios medicos en clínicas que estaban sin luz. De modo que se veía obligado a posponerlo para otra ocasión. Lo mismo en los frigoríficos de Mataderos donde lo mandaban a comprar carne. Y estos se hallaban con las persianas cerradas por razones similares. O cuando traía agua o productos de limpieza para señoras mayores que vivían en departamentos. Y como no había electricidad debía subirlos por las escaleras.
Otra tarde, al regresar, Hernan noto que en su casa tampoco tenía luz. Llamó por teléfono al número que figura en la boleta. Lo atendió una operadora. Le dijo que su reclamo fue anotado. Pero no sabia cuando retornaría el servicio. De modo que tanto él, como Marina y Nancy debieron cenar a oscuras.
A la mañana siguiente la luz todavía no volvió. Llamo para protestar pero le repetían que su reclamo ya estaba. Tambien le preguntó por el de su madre. Que llevaba mucho mas tiempo. Aparte le decían que no tenían información de cuando se reestablecería el suministro. Angustiado, con calor y despues de haber dormido mal salió a trabajar. En la calle el panorama se recrudecía. Ahora se sumaban vecinos sin luz que iban a las casas de los que si tenían para pedirles agua fresca, remedios o algo de comer.
De nuevo en su casa debía acostumbrarse a pasarla sin electricidad. Se agregaba el ruido de cacerolas que provenía de una avenida situada a dos cuadras. Nancy estaba angustiada. Con la incertidumbre se no saber cuando regresaría todo a la normalidad. Viviendo en lo de su hijo y futura nuera cuando podría hacerlo tranquilamente en su departamento. Se sentía incómoda. Cada tanto le salían lágrimas. Algo parecido le ocurría a Marina. Sin tener idea de cuando volvería de nuevo a trabajar. Con la escuela cerrada por las mismas causas. Y ahora véndose a ellos en la misma situación. Ella tenía 27 años, Hernan 30. Querían tener un hijo. Pero con todo esto que estan atravesando en eso es lo que menos pensaban.
Otra vez en la calle Hernan veía y escuachaba por la radio como decenas de damnificados se dirigían hacia las sucursales de las centrales eléctricas. De pronto lo llamó su novia. Su madre se cayó. Fue a su domicilio lo mas rápido que pudo. Allí se encontro con una nota. Estaba internada en el hospital. Al llegar vio a Marina junto con su hermana. Les dijeron que estaba en terapia intensiva. Había sufrido un infarto. Corrió a la sala a verla. Tenía los ojos cerrados, su cuerpo rodeado de cables. Junto a aparatos y un enfermero que la controlaba. Al salir se puso a llorar desconsoladamente. Su hermana lo abrazó. Los tres se sentaron en un banco situado en el pasillo. Aunque a las pocas horas apareció un médico informando de su fallecimiento. Que su cuerpo no resistió. Hernan quiso pegarle pero Marina lo contuvo. Mientras que su hermana no paraba de llorar y gritar. Hernan empezó a pegar patadas cuanto banco y puertas se le cruzaban. Pero otra vez Marina lo frenó. Tambien lo abrazó. Después Hernan se abrazó con su hermana y se fundieron en llantos.
Mientras tanto la pantalla de un televisor situado en la parte superior de un pasillo informaba sobre la salvaje represion policial sobre las personas que iban a reclamar a las sucursales de las centrales eléctricas. Con varios heridos. Y policias que disparaban sobre los menifestantes. Hernan se fué a su casa con su novia. Los acompaño su hermana. Querían estar un rato juntos. No se solían ver muy seguido. Hernan estaba destrozado. Confundido ante esta situación totalmente inesperada. Sin ánimo de nada. Mientras que su hermana era mas combativa. Quería hacer protestas frente al hospital, saber si hubo mala praxis, quemar la sucursal barrial de energía.
Después de varios díasla luz aún brillaba por su existencia. Un atardecer fue con su novia a un bar donde si tenían. Pidieron cerveza fría. Estaban hartos de todo esto. Deseaban olvidarse por un rato. A pesar de que Hernan era mas pacífico, no como su hermana que quería romper todo. Aunque eso no duro mucho. Ya que en lo alto una pantalla mostraba como la gente se dirigía hacia el Congreso y Plaza de Mayo. Sumado a los hechos de represión que hubo frente a las sucursales de las empresas. Alli el panorama fue aun peor. Tanto en el Congreso como en la Casa Rosada los esperaban cordones policiales frente a esos edificios. Tambien había carros hidrantes. Una vez que llegaron la policía comenzo a avanzar. Luego del interior de estos dos sitios salieron decenas de uniformados a caballo que se dirigieron sobre las personas que protestaban. Tiraban gases lacrimógenos, balas de goma y de plomo. La mayoría de los manifestantes se escapaban como podían. Aunque había otro grupo que respondian arrojando piedras o botellas. Al rato la tele informo sobre el primer manifestante herido de gravedad.
Se fueron de nuevo a su casa. Hernan cargo unos bolsos en el auto. Marina hizo lo mismo. Ya era de noche. Despues ambos volvieron a subirse al vehiculo. Hernan empezo a manejar. De pronto se vio en la avenida Juan B. Justo. Siguio por esta para despues doblar por la General Paz. La mayoria del recorrido lo hacia a oscuras. Sorteando piquetes, cacerolazos, quema de bolsas de basura. Llegó a la Panamericana. La cual tampoco tenía iluminacion. Al igual que los barrios que la bordeaban. Solo que alli se encontró con caravanas de autos, camiones, colectivos. Tambien motos y bicicletas. Hasta gente caminando. Todos sentido al norte.
Mientras ellos seguían la fila discutían sobre si regresar algun día o ya no. Si radicarse en algun otro lugar de la Argentina o en un país vecino.
sábado, 25 de octubre de 2014
Nosotros y los colores
Como escribir a veces se torna un vicio y por mas que uno no quiera las ideas aparecen aca va otra nueva entrada. Nosotros y los colores. Cada uno segun como estamos o sentimos nos vamos tornando de diferentes colores. Aca va un ejemplo. Un abrazo y hasta la próxima entrada
.
Nosotros y los colores
Negro
Cuando estamos de luto o frente a un féretro.
Gris
En los momentos de tristeza, amargura y nos parece todo un laberinto sin fin.
Azul
Cuando sentimos la frescura del agua o el viento que viene del sur.
Verde
Cuando apreciamos las hojas de las plantas y arboles renacer en setiembre.
Rojo
Como la pasión, la sangre, la ira y todo lo que nos provoca enojo
Rosa
Las veces que algo o alguien nos enamora.
Naranja
Como el fuego que en las noches de frio con su calor nos tapa.
Celeste
Al igual que el cielo que nos llena de nuevas esperanzas después que amanece.
Amarillo
Semejante a la luz que nos alumbra y hace que nuestros cuerpos no pierdan brillo.
Blanco
Como la pureza que vemos pero no siempre esta en nuestras manos.
.
Nosotros y los colores
Negro
Cuando estamos de luto o frente a un féretro.
Gris
En los momentos de tristeza, amargura y nos parece todo un laberinto sin fin.
Azul
Cuando sentimos la frescura del agua o el viento que viene del sur.
Verde
Cuando apreciamos las hojas de las plantas y arboles renacer en setiembre.
Rojo
Como la pasión, la sangre, la ira y todo lo que nos provoca enojo
Rosa
Las veces que algo o alguien nos enamora.
Naranja
Como el fuego que en las noches de frio con su calor nos tapa.
Celeste
Al igual que el cielo que nos llena de nuevas esperanzas después que amanece.
Amarillo
Semejante a la luz que nos alumbra y hace que nuestros cuerpos no pierdan brillo.
Blanco
Como la pureza que vemos pero no siempre esta en nuestras manos.
sábado, 11 de octubre de 2014
Stand bye
Bueno, por ahora hasta aca llegue. Siento que ya puse, dije todo. Que no me queda mas por hacer. Ya pasaron 6 años desde que inicie el blog alla en el lejano 2008. Y como todo en este vida, esto también tiene un ciclo. Al principio me gustaba ver blogs, subir cosas, comentar. Pero últimamente lo estaba viendo como algo mas rutinario. Como si fuera una obligación. Me estaba empezando a cansar. Y para hacerlo asi porque si no tengo ganas. Tengo otras cosas que hacer. Primero estoy yo. Después mi blog jaja.
Por ahí el dia que se me ocurra subir algo lo hare. Y si no no. O vaya a saber cuando. Siento que es como todo. Primero uno se copa, se entusiasma. Hasta que después de tantos años lo va viendo como una rutina y se cansa.
Muchas gracias a todos por los comentarios y por seguirme en todo este periodo desde el 2008 hasta la actualidad.
Un fuerte abrazo a todos.
Por ahí el dia que se me ocurra subir algo lo hare. Y si no no. O vaya a saber cuando. Siento que es como todo. Primero uno se copa, se entusiasma. Hasta que después de tantos años lo va viendo como una rutina y se cansa.
Muchas gracias a todos por los comentarios y por seguirme en todo este periodo desde el 2008 hasta la actualidad.
Un fuerte abrazo a todos.
sábado, 4 de octubre de 2014
Un dia
El sol salió a la mañana para después ocultarse al atardecer. De Enero a Junio lo hace con menos tiempo a medida que pasan los días. Lo mismo ocurre a la inversa, de Julio a Diciembre, cada vez sale antes y se pone mas tarde. Eso solo los días de sol. Porque en otros lo tapan las nubes. Y puede oscurecerse, llover torrencialmente con truenos y relámpagos o caer piedras.
La gente se levantaba. Unos mas temprano que otros. Algunos desayunaban y salían. Otros se quedaban en sus casas. Los que salían lo hacían caminando, en bicicleta, moto, colectivo, taxi, tren, subte, auto, camión o camioneta.
Se dirigían a donde lo llevaban sus obligaciones.
Comían algo al mediodía. Muchos se llevaban alimentos de sus casas, otros pedían algo en un kiosco o casa de comidas. Aunque también estaban los que preferían comer algo en un restaurante.
Si tenían calor se quitaban el suéter, si tenían frio se ponían saco o campera, y si se hallaban cómodos se quedaban de la misma manera. Eso dependía de cada uno.
Después regresaban a sus hogares. Caminando, en bicicleta, moto colectivo, taxi, tren, subte, auto, camión o camioneta según sus habituales rutinas. Y los que se encontraban en sus casas no necesitaban volver.
A la noche el cielo se puso negro. Salió la luna. Aunque a veces también ocurre que hay Luna nueva y no se ve. Ni hablar de cuando esta nublado o llueve. O truena, relampaguea, cae granizo.
Cenaban cada uno a su horario. Estaban los que comían lo que les quedaba de antes, los que cocinaban o pedían algo. Depende de los antojos de cada cual.
Luego se quedaban viendo tv, con la computadora, leyendo, oyendo música o la radio. Según las preferencias de cada cual. Y mas tarde se iban a dormir. Según su actividad o momento que preferían apoyar la cabeza sobre la almohada.
Y al día siguiente volvían a levantarse. Unos mas temprano que otros.
La gente se levantaba. Unos mas temprano que otros. Algunos desayunaban y salían. Otros se quedaban en sus casas. Los que salían lo hacían caminando, en bicicleta, moto, colectivo, taxi, tren, subte, auto, camión o camioneta.
Se dirigían a donde lo llevaban sus obligaciones.
Comían algo al mediodía. Muchos se llevaban alimentos de sus casas, otros pedían algo en un kiosco o casa de comidas. Aunque también estaban los que preferían comer algo en un restaurante.
Si tenían calor se quitaban el suéter, si tenían frio se ponían saco o campera, y si se hallaban cómodos se quedaban de la misma manera. Eso dependía de cada uno.
Después regresaban a sus hogares. Caminando, en bicicleta, moto colectivo, taxi, tren, subte, auto, camión o camioneta según sus habituales rutinas. Y los que se encontraban en sus casas no necesitaban volver.
A la noche el cielo se puso negro. Salió la luna. Aunque a veces también ocurre que hay Luna nueva y no se ve. Ni hablar de cuando esta nublado o llueve. O truena, relampaguea, cae granizo.
Cenaban cada uno a su horario. Estaban los que comían lo que les quedaba de antes, los que cocinaban o pedían algo. Depende de los antojos de cada cual.
Luego se quedaban viendo tv, con la computadora, leyendo, oyendo música o la radio. Según las preferencias de cada cual. Y mas tarde se iban a dormir. Según su actividad o momento que preferían apoyar la cabeza sobre la almohada.
Y al día siguiente volvían a levantarse. Unos mas temprano que otros.
sábado, 27 de septiembre de 2014
El antiguo caseron
El antiguo caserón
Pablo y Rodrigo eran dos chicos. Cada tanto se sentaban a fumar y tomar cerveza en el frente de un viejo caserón. Este tenía una pared. Donde sobresalían varios tipos de plantas. Y en el medio un escalón con una verja que conducía a un jardin. Lo hacían en sus ratos libres. Hablaban de sus trabajos, de alguna chica que conocieron y les gustaba o de como se adaptaban a este nuevo barrio. Mientras mandaban y recibían mensajes por sus celulares. También sabían que ese caserón no estaba vacío. Ya que cada tanto veían una persona mayor. Quien todas las tardes salía a regar el el plátano que se hallaba en su vereda. O las veces que encontraba un perro abandonado le ponía agua y comida. Al parecer el hombre era macanudo. Jamas los echó. Incluso cuando los veía los saludaba. Pero notaban que aparte hacía cosas diferentes al resto de las personas. Conversaba con algún pájaro que se posaba sobre sus plantas, también con las flores. O bien temprano en las mañanas de calor se sentaba a tomar sol en una reposera. En cuero y con anteojos negros. También había noches que ponía tangos a todo volumen hasta altas horas de la madrugada. Era un señor alto. De cabello blanco prolijamente cortado. Casi siempre vestido con pantalón gris y camisa beige. Aunque en invierno también se ponía un saco marrón.
Una noche de frío Pablo y Rodrigo, como era habitual, se hallaban conversando en el frente de su casa. Esta vez el dueño los invitó a que pasaran. Los chicos dijeron que estaban bien, que no se hiciera problema. Sin embargo este insistió. Y los muchachos terminaron haciéndoles caso.
Contemplaron el jardín y las plantas que observaban tras la verja. Y mas al fondo estaba la casa. Una construcción estilo colonial. Con una enorme puerta en la entrada y dos amplios ventanales. El propietario los llevo a conocerla. Los chicos se asombraban con las cosas que veían. Un tocadiscos, un viejo televisor de los primeros que había a color, un teléfono celeste que se debía discar para llamar. Lo mismo les pasó con la heladera. La cual a Rodrigo le pareció similar a la que tenía su bisabuela. Sumado a las lamparas estilo araña que colgaban del techo. En el fondo había una parrilla, una mesa y un enorme limonero. Este terminaba en una pared que daba a un complejo de edificios que se situaban detrás. Y arriba un lavadero, otro cuarto mas y una pequeña terraza, la cual estaba cubierta por parras de uvas.
Después los hizo pasar de nuevo al comedor. Allí ocuparon los tres sillones que había. El señor quiso saber por que siempre se juntaban en su vereda. A lo que los chicos le explicaron que les resultaba cómodo. Que habitan en una pequeño cuarto a contra frente y no tenían suficiente lugar.
Luego el mismo hombre les pregunto a que se dedican, donde viven. Estos le dijeron que hace alrededor de dos años alquilan un departamento ubicado en un séptimo piso. A la vuelta suyo pero de la manzana de enfrente. Anteriormente vivían en Laferrere. Y como los despidieron de la estación de servicio donde trabajaban vinieron a probar suerte a Capital. Ahora Pablo era mozo en una pizzeria y Rodrigo realizaba tareas de albañilería.
En ese instante pasó una cucaracha. Rodrigo quiso matarla pero el propietario se lo impidió argumentando que ellas también eran sus amigas. Unos pocos que aún lo escuchan.
Pablo le preguntó_ ¿ y vos que hacés, como te llamás, hace mucho que vivís acá?
_ Por empezar yo me llamo José_ respondió el hombre_ en realidad dicen que me llamo José, yo nunca me llamé a mi mismo. Aunque cada vez menos gente me llama_ sonrió.
Se interesó por el nombre de los chicos. También por sus edades. Pablo le dijo que tenía 22 y Rodrigo 23. José les hizo saber que este año, si nada malo le ocurre cumpliría 75.
Esta vez Rodrigo fue el encargado de retomar la conversación_ ¿ vos vivís solo, hace mucho estas acá?
Yo hace un montón_ contestó José _ desde que era un niño. Esta casa era de mi madre. La cual hace tiempo que no esta conmigo. Obvio que yo también de joven tuve un tiempo donde me fui a vivir solo. Me junte, pero en el amor muy bien no me fue. Y a lo último, como mi mamá estaba enferma regresé aquí para cuidarla hasta el final de sus días. Tampoco tengo hermanos.
_ ¿ Y no se aburre solo acá? _ quiso saber Pablo
_¡ Nooo, que me voy a aburrir! Escucho música, leo, cuido las plantas, preparo ricas comidas, converso con las flores, las palomas o cucarachas que son mis amigas. Les doy protección a algún perro o gato que esta abandonado, y ya que esta también me voy haciendo amigo de ellos. No tengo motivos para aburrirme.
Justo sonó el celular de Pablo. Pablo fué a ver que era y José se enfado diciendo_ hablas conmigo o con el teléfono
A lo que este le pidió perdón
José continuó_ la mayoría piensa que estoy loco, que me quedé en el tiempo. Yo antes tenía amigos. De chico jugábamos en la vereda. A la pelota, a las escondidas. Mas tarde íbamos a un bar que había en la esquina o al cine de la otra cuadra. O en verano a la Costanera a bañarnos en el Río de la Plata cuando sus aguas eran limpias. Pero ahora todo cambió. Muchos de mis amigos murieron, otros se mudaron. Sumado a que el barrio no es el mismo. El cine no está, ni el bar. Antes eran todas casas. La gente salía a la calle a hablar con los vecinos. Pero después empezaron a construir mas edificios con gente moderna. Y terminaron con todo.
_ ¿ Que es la gente moderna? _ preguntó de nuevo Pablo
_ Esa gente actual. Que vive encerrada en sus cosas. No conoce al que tiene al lado, enfrente. Se la pasan pegados a la computadora, al celular, piden todo delivery y no tienen tiempo para nada. Se perdió el hablar cara a cara, mirarse a los ojos, cuidar las plantas, preparar una sabrosa comida, contemplar el sol de las mañanas. Esta gente me ve como alguien que no es normal. Que habla con las plantas o cualquier mascota que se cruce. Aunque yo no se si no es mas anormal hablar con un aparato. Me agreden. Cuando pongo música fuerte a la me tiran huevos, monedas, lo mismo las veces que hago asado y el olor les molesta. Hasta me arrojan bolsas de basura.
_¿ Quienes te agreden?_ quiso saber Rodrigo
_ La gente actual. La de los edificios que están detrás de mi casa. Me insultan, me tiran cosas de las ventanas. No son mas que un referente de toda esta gente. Como muestra basta un botón. Todos estos desean verme muerto.
_¿ Por que dice todo esto?_ pregunto otra vez Pablo
_ Porque es así. A nadie le interesa tener un vecino viejo como yo. Quieren que sean iguales que ellos. De menos edad, modernos. Y mas las inmobliarias. El día que me muera aquí harán una torre de no se cuantos pisos. Incluso quisieron comprarme la casa. También me ofrecieron dinero para que me vaya. Pero en todas las ocasiones les respondí negativamente. Así que no me pueden ver. El día que me saquen de aquí deberá ser con los pies para adelante.
Pasó un gato. José lo alzo y se los presento a los chicos_ esta gata es Francisca, una mas de mis amigas. En homenaje a una gata que tenia de chico. Con ella tambien siempre hablo.
Ya eran mas de la una. Rodrigo interrumpió diciendo_ bueno, nosotros nos tenemos que ir.
Esperen_ respondió Jose_ no se vayan todavía.
Se dirigió a la cocina. Sacó de la heladera una botella de vino con tres copas. Luego de llenarlas les dió una a cada uno. Para agarrar él la restante.
_¡ Brindemos! _ gritó_ Ojalá la salud jamás falte. Muchas gracias por la visita. Pueden hacerlo las veces que quieran. Fueron los únicos seres humanos que me escucharon después de no se cuantos años. Los abrazó y los condujo a la salida.
Ya afuera los chicos notaron que el viejo muy normal no era. Pero en algunas cosas tenía razón.
Pablo y Rodrigo eran dos chicos. Cada tanto se sentaban a fumar y tomar cerveza en el frente de un viejo caserón. Este tenía una pared. Donde sobresalían varios tipos de plantas. Y en el medio un escalón con una verja que conducía a un jardin. Lo hacían en sus ratos libres. Hablaban de sus trabajos, de alguna chica que conocieron y les gustaba o de como se adaptaban a este nuevo barrio. Mientras mandaban y recibían mensajes por sus celulares. También sabían que ese caserón no estaba vacío. Ya que cada tanto veían una persona mayor. Quien todas las tardes salía a regar el el plátano que se hallaba en su vereda. O las veces que encontraba un perro abandonado le ponía agua y comida. Al parecer el hombre era macanudo. Jamas los echó. Incluso cuando los veía los saludaba. Pero notaban que aparte hacía cosas diferentes al resto de las personas. Conversaba con algún pájaro que se posaba sobre sus plantas, también con las flores. O bien temprano en las mañanas de calor se sentaba a tomar sol en una reposera. En cuero y con anteojos negros. También había noches que ponía tangos a todo volumen hasta altas horas de la madrugada. Era un señor alto. De cabello blanco prolijamente cortado. Casi siempre vestido con pantalón gris y camisa beige. Aunque en invierno también se ponía un saco marrón.
Una noche de frío Pablo y Rodrigo, como era habitual, se hallaban conversando en el frente de su casa. Esta vez el dueño los invitó a que pasaran. Los chicos dijeron que estaban bien, que no se hiciera problema. Sin embargo este insistió. Y los muchachos terminaron haciéndoles caso.
Contemplaron el jardín y las plantas que observaban tras la verja. Y mas al fondo estaba la casa. Una construcción estilo colonial. Con una enorme puerta en la entrada y dos amplios ventanales. El propietario los llevo a conocerla. Los chicos se asombraban con las cosas que veían. Un tocadiscos, un viejo televisor de los primeros que había a color, un teléfono celeste que se debía discar para llamar. Lo mismo les pasó con la heladera. La cual a Rodrigo le pareció similar a la que tenía su bisabuela. Sumado a las lamparas estilo araña que colgaban del techo. En el fondo había una parrilla, una mesa y un enorme limonero. Este terminaba en una pared que daba a un complejo de edificios que se situaban detrás. Y arriba un lavadero, otro cuarto mas y una pequeña terraza, la cual estaba cubierta por parras de uvas.
Después los hizo pasar de nuevo al comedor. Allí ocuparon los tres sillones que había. El señor quiso saber por que siempre se juntaban en su vereda. A lo que los chicos le explicaron que les resultaba cómodo. Que habitan en una pequeño cuarto a contra frente y no tenían suficiente lugar.
Luego el mismo hombre les pregunto a que se dedican, donde viven. Estos le dijeron que hace alrededor de dos años alquilan un departamento ubicado en un séptimo piso. A la vuelta suyo pero de la manzana de enfrente. Anteriormente vivían en Laferrere. Y como los despidieron de la estación de servicio donde trabajaban vinieron a probar suerte a Capital. Ahora Pablo era mozo en una pizzeria y Rodrigo realizaba tareas de albañilería.
En ese instante pasó una cucaracha. Rodrigo quiso matarla pero el propietario se lo impidió argumentando que ellas también eran sus amigas. Unos pocos que aún lo escuchan.
Pablo le preguntó_ ¿ y vos que hacés, como te llamás, hace mucho que vivís acá?
_ Por empezar yo me llamo José_ respondió el hombre_ en realidad dicen que me llamo José, yo nunca me llamé a mi mismo. Aunque cada vez menos gente me llama_ sonrió.
Se interesó por el nombre de los chicos. También por sus edades. Pablo le dijo que tenía 22 y Rodrigo 23. José les hizo saber que este año, si nada malo le ocurre cumpliría 75.
Esta vez Rodrigo fue el encargado de retomar la conversación_ ¿ vos vivís solo, hace mucho estas acá?
Yo hace un montón_ contestó José _ desde que era un niño. Esta casa era de mi madre. La cual hace tiempo que no esta conmigo. Obvio que yo también de joven tuve un tiempo donde me fui a vivir solo. Me junte, pero en el amor muy bien no me fue. Y a lo último, como mi mamá estaba enferma regresé aquí para cuidarla hasta el final de sus días. Tampoco tengo hermanos.
_ ¿ Y no se aburre solo acá? _ quiso saber Pablo
_¡ Nooo, que me voy a aburrir! Escucho música, leo, cuido las plantas, preparo ricas comidas, converso con las flores, las palomas o cucarachas que son mis amigas. Les doy protección a algún perro o gato que esta abandonado, y ya que esta también me voy haciendo amigo de ellos. No tengo motivos para aburrirme.
Justo sonó el celular de Pablo. Pablo fué a ver que era y José se enfado diciendo_ hablas conmigo o con el teléfono
A lo que este le pidió perdón
José continuó_ la mayoría piensa que estoy loco, que me quedé en el tiempo. Yo antes tenía amigos. De chico jugábamos en la vereda. A la pelota, a las escondidas. Mas tarde íbamos a un bar que había en la esquina o al cine de la otra cuadra. O en verano a la Costanera a bañarnos en el Río de la Plata cuando sus aguas eran limpias. Pero ahora todo cambió. Muchos de mis amigos murieron, otros se mudaron. Sumado a que el barrio no es el mismo. El cine no está, ni el bar. Antes eran todas casas. La gente salía a la calle a hablar con los vecinos. Pero después empezaron a construir mas edificios con gente moderna. Y terminaron con todo.
_ ¿ Que es la gente moderna? _ preguntó de nuevo Pablo
_ Esa gente actual. Que vive encerrada en sus cosas. No conoce al que tiene al lado, enfrente. Se la pasan pegados a la computadora, al celular, piden todo delivery y no tienen tiempo para nada. Se perdió el hablar cara a cara, mirarse a los ojos, cuidar las plantas, preparar una sabrosa comida, contemplar el sol de las mañanas. Esta gente me ve como alguien que no es normal. Que habla con las plantas o cualquier mascota que se cruce. Aunque yo no se si no es mas anormal hablar con un aparato. Me agreden. Cuando pongo música fuerte a la me tiran huevos, monedas, lo mismo las veces que hago asado y el olor les molesta. Hasta me arrojan bolsas de basura.
_¿ Quienes te agreden?_ quiso saber Rodrigo
_ La gente actual. La de los edificios que están detrás de mi casa. Me insultan, me tiran cosas de las ventanas. No son mas que un referente de toda esta gente. Como muestra basta un botón. Todos estos desean verme muerto.
_¿ Por que dice todo esto?_ pregunto otra vez Pablo
_ Porque es así. A nadie le interesa tener un vecino viejo como yo. Quieren que sean iguales que ellos. De menos edad, modernos. Y mas las inmobliarias. El día que me muera aquí harán una torre de no se cuantos pisos. Incluso quisieron comprarme la casa. También me ofrecieron dinero para que me vaya. Pero en todas las ocasiones les respondí negativamente. Así que no me pueden ver. El día que me saquen de aquí deberá ser con los pies para adelante.
Pasó un gato. José lo alzo y se los presento a los chicos_ esta gata es Francisca, una mas de mis amigas. En homenaje a una gata que tenia de chico. Con ella tambien siempre hablo.
Ya eran mas de la una. Rodrigo interrumpió diciendo_ bueno, nosotros nos tenemos que ir.
Esperen_ respondió Jose_ no se vayan todavía.
Se dirigió a la cocina. Sacó de la heladera una botella de vino con tres copas. Luego de llenarlas les dió una a cada uno. Para agarrar él la restante.
_¡ Brindemos! _ gritó_ Ojalá la salud jamás falte. Muchas gracias por la visita. Pueden hacerlo las veces que quieran. Fueron los únicos seres humanos que me escucharon después de no se cuantos años. Los abrazó y los condujo a la salida.
Ya afuera los chicos notaron que el viejo muy normal no era. Pero en algunas cosas tenía razón.
viernes, 19 de septiembre de 2014
Distribuir la poblacion
Últimamente se viene hablando de las tomas, de las villas de la Capital. Somos todos del mismo país. Y lo ideal seria que cada uno fuera a vivir donde quiera. Pero no irse por necesidad.
Estaría bueno que también les exigieran a los gobernadores de las provincias las condiciones dignas para quedarse allí y no verse obligados a dejar sus territorios.
Porque es cuestión de lógica también. Si cada vez somos mas en la ciudad y el Conurbano se vería todo mas colapsado. Y no habría servicios, hospitales o escuelas que alcancen.
Al tiempo que las provincias vez mas vacías. Solo para las familias feudales que las gobiernan o los dueños de grandes hectáreas de campo.
Habría que distribuir mejor la población. Hacer un acuerdo a nivel nacional con la Presidenta y todos los gobernadores. Hacer en distintos puntos del interior mas parques industriales, fuentes de trabajo, centros de salud, culturales, educativos, de recreación, etc. O que vuelva a circular el tren por todo el país como antes y reabran los talleres ferroviarios.
De modo que cada uno se vería en su lugar con todas las comodidades y no tendrían necesidad de irse.
Estaría bueno que también les exigieran a los gobernadores de las provincias las condiciones dignas para quedarse allí y no verse obligados a dejar sus territorios.
Porque es cuestión de lógica también. Si cada vez somos mas en la ciudad y el Conurbano se vería todo mas colapsado. Y no habría servicios, hospitales o escuelas que alcancen.
Al tiempo que las provincias vez mas vacías. Solo para las familias feudales que las gobiernan o los dueños de grandes hectáreas de campo.
Habría que distribuir mejor la población. Hacer un acuerdo a nivel nacional con la Presidenta y todos los gobernadores. Hacer en distintos puntos del interior mas parques industriales, fuentes de trabajo, centros de salud, culturales, educativos, de recreación, etc. O que vuelva a circular el tren por todo el país como antes y reabran los talleres ferroviarios.
De modo que cada uno se vería en su lugar con todas las comodidades y no tendrían necesidad de irse.
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