Miramar de Ansenuza es una población ubicada en el noreste de la provincia de Córdoba, Argentina,sobre la costa sur de la gran laguna de Mar Chiquita. (es la única población situada a la vera de "La Mar", como la llaman sus habitantes.
Su clima es muy agradable, templado cálido con abundante heliofania (brillo solar) casi todo el año. El balneario se desarrolló rápidamente entre los años 1940 y 1960 merced a las propiedades terapéuticas de los barros y aguas saladas de la gigantesca laguna de Mar Chiquita o Mar de Ansenuza(Es el espejo de agua más grande de la Argentina y segundo de Sudamérica, después del Lago Titicaca, sito entre Bolivia y Perú). Hacia 1970, Miramar llegó a tener una población estable de unos 4500 habitantes y 110 hoteles más un casino.
Historia
Si bien Miramar comenzó con asentamientos espontáneos desde el año 1903, se declaró como la fecha de su fundación el 18 de noviembre de 1924, día en que el gobernador Julio A. Roca (h.), firmó el decreto de fundación legalizando el plano del pueblo. Es el único asentamiento humano organizado que vive en la ribera de la mayor cuenca cerrada de Sudamérica, la laguna Mar Chiquita (o Mar de Ansenuza), espejo de agua salada que existe desde hace aproximadamente 30 mil años. Se trata de una zona que al parecer nunca fue atravesada por el paso de la colonización españolas y que antes fue comarca sanavirona. La historia de la localidad se cuenta a través de sus hoteles y el comportamiento de la laguna, que se ha alejado y ha subido sobre el poblado que atardece mirando al sol perderse en un inmenso horizonte azul y marino. Las primeras construcciones hoteleras preceden a la aprobación del primer loteo, propiedad de Diehl y Ayerza (1921). Lorenzo Barone construyó lo que se considera el primer alojamiento para turistas en 1908: unas 20 habitaciones levantadas con la técnica constructiva del rancho criollo: barro y postes de quebracho. Entonces, el agua para beber se traía de Pozo de los Bueyes, a 25 km de la costa, hasta que alrededor de 1910 se descubrieron pozos surgentes con agua potable. A partir de 1912, los turistas podían llegar en tren a Balnearia, y tras cruzar 12 km de tierra, arribar a Miramar (el camino recién se pavimentó en 1954). Pero además de paseantes, el ferrocarril trajo habitantes a este poblado que, sin gobierno comunal, caminos ni electricidad, comenzaba a delinear sus formas. El emprendimiento de Victorio Rosso, en la década del 20 fue, indudablemente, un hito urbano. Por aquellos años, se ingresaba al pueblo por este hotel y el cartel que anunciaba su nombre: Mira-mar es para muchos el antecedente que da nombre a la localidad. Cubriendo una extraordinaria oferta de servicios, era visitado por cordobeses, rosarinos, porteños, santafesinos y algunos extranjeros. Un Ford T carrozado unía Balnearia con Miramar y ésta con El Tío, servicio que se considera el primer transporte interurbano de pasajeros de Córdoba. Alrededor de estos primeros esfuerzos la costa de la Mar Chiquita se fue ocupando con muelles, casillas, vestuarios, embarcaciones, lanchas, veleros, flotadores y visitantes cubiertos de barro. La fangoterapia fue uno de los principales atractivos del lugar. En países como Alemania e Italia se recomendaban los tratamientos de agua y barro de esta enorme extensión de agua salada. Con el tiempo, a su economía se sumó el desarrollo de la cría de nutrias falsas en cautiverio y el asentamiento de una producción hortícola intensiva. En 1951 la cría de nutrias producía 200 mil pieles y la Cooperativa de Criadores de Nutria (creada en 1949) nucleaba a 100 criaderos. En 1948 se construyó el primer canal de 1500 metros de largo por 20 de ancho y un metro de profundidad. Y pese a la sequía que se extendió desde 1944 a 1955, las virtudes termales estaban potenciadas: el agua de los canales tenía más de 200 gramos de residuos salinos por litro y el fango era de fácil extracción. En 1957 la laguna volvió a acercarse a Miramar, avanzando dos años después sobre su costanera, por lo que a fines de 1959 llegaban a Balnearia las piedras que darían cuerpo a sus defensas costeras. Pero en 1961 las aguas retrocedían otra vez anunciando una nueva sequía.
El Gran Hotel Viena
No obstante existir hasta 1977 más de 100 establecimientos hoteleros de diverso tamaño en Miramar, uno de ellos marcó la diferencia: El Gran Hotel Viena, iniciado en 1941 y concluido en su totalidad en 1947 (aunque ya desde 1943 comenzó a funcionar). El edificio fue construido por el Ingeniero Máximo Pahlke, quien hasta entonces había trabajado en la filial argentina de la empresa alemana Mannesmann. Dadas las propiedades curativas del agua y del barro de la laguna, Pahlke decidió junto a su familia, invertir en la localidad, vendiendo terrenos que poseía en el sur argentino.
Este hotel, concebido en modernas líneas puras racionalistas, y dotado del último grito en confort para la época (contaba hasta con aire acondicionado central, ascensores Siemens, generador de electricidad propio, etc.), era uno de las más importantes de la provincia de Córdoba, y en él se alojaban numerosas familias de clase media alta y alta argentinas, muchas de ellas de origen alemán. Estaba situado casi a la vera de la laguna de Mar Chiquita y, la mayoría de los huéspedes del hotel se untaban en el barro de la laguna porque se decía que éste tenía propiedades terapéuticas y que podía curar enfermedades como la tuberculosis, etc..
Durante la inundación que comenzó en 1977, el hotel fue seriamente afectado en su estructura y hoy en día funciona como un atractivo turístico más, realizándose visitas guiadas por sus deterioradas dependencias.
Se han formado todo tipo de leyendas alrededor del establecimiento, pero no son más que eso, fábulas totalmente faltas de veracidad,
Y con argumentos totalmente falsos también se ha intentado relacionar a la familia Pahlke con el nazismo «nacionalsocialismo», siniestro régimen que rigió los destinos de Alemania desde 1933 a 1945.
Inundación de 1977 y crecida de 2001
A partir de 1977, se produjo una gran inundación debido a los excesivos aportes hidricos del río Dulce, el principal tributario, y de los ríos Suquía y Xanaes. La colosal entrada de agua se produjo como consecuencia del Hemiciclo Húmedo "Florentino Ameghino" (El primero fue de 1870 a 1920 y el actual comenzó en 1970 y durará hasta 2020 aproximadamente). Tal fenómeno resultó catastrófico por su carácter abrupto, causado por las masivas deforestaciones en las yungas y en los bosques y selvas autóctonas de la región chaqueña, ya que al faltar una importante cobertura arbórea, el agua discurrió superficialmente y laminarmente a gran velocidad en una onda hasta encontrar su nivel de base en la Mar Chiquita. Desde 1977 y hasta 1981, la inundación que afectó a Miramar, y otras poblaciones, sumergió la planta original de la población, unas 37 manzanas, quedando numerosas viviendas, hoteles y comercios bajo el agua y significó una emigración masiva de sus pobladores.
Muy lenta y gradualmente el poblado se fue refundando a partir de mediados de los años 1980, tomando como su centro, las manzanas que quedaron a salvo de la invasión de las aguas salobres. Tal relocalización se ha efectuado al sur de la primera, alejada del nivel máximo que puede alcanzar la laguna.
En 2003, nuevamente ingresó un caudal importante de agua al "Mar de Ansenuza", amenazando con superar la nueva cota del pueblo, razón por la cual la población de Miramar se mantuvo en vigilia durante algunos meses. A partir de 2005 el nivel del agua comenzó a bajar sostenidamente hasta aproximadamente 2012. En esa oportunidad comenzaron a observarse nuevamente, después de más de 30 años, los ruinosos vestigios del que fuera el antiguo y próspero centro de la localidad. En los primeros meses de 2016, y como consecuencia de las intensas precipitaciones de los dos últimos años, el "Mar de Ansenuza" ha visto incrementado nuevamente su nivel, pero sin presentar riesgo alguno para Miramar.
Miramar en la actualidad
Actualmente Miramar se encuentra en un período de florecimiento económico, ayudado por el arribo de una gran cantidad de turistas, procedentes en su mayoría del este de las Provincias de Córdoba y Santa Fé, quienes han elegido esta segura y apacible localidad para vivir durante el período de vacaciones. También, aunque en menor caudal acuden turistas de diversos puntos del país y del extranjero.
En 2008 el área de Mar Chiquita fue declarada 1.ª Maravilla Natural de Córdoba, distinción que permitió un exponencial crecimiento del número de visitantes, considerada hoy la nueva frontera turística de Córdoba.
El municipio ha destinado recursos para remozar las diferentes playas de Miramar, construyendo duchas de agua dulce, plataformas de madera, y escaleras de hormigón, para facilitar el acceso de los turistas a la laguna. Durante los meses de verano, sus playas se colman de visitantes desde horas muy tempranas y hasta la caída del sol, aprovechando las bondades terapéuticas de sus cálidas aguas salobres, que se mantienen así durante todo el período estival.
Desde que comenzó su recuperación, Miramar ha visto incrementada su capacidad de albergue, debido a la ampliación de su hotelería y la construcción de numerosas cabañas.
Miramar contaba hasta 2010, con 2023 habitantes (INDEC, 2010), lo que representa un incremento de casi el 2% frente a los 1.979 habitantes (INDEC, 2001) del censo anterior.
ESTO NO LO ESCRIBI YO