Y esto jamás se me hubiera ocurrido ponerlo. Pero ayer vi la película "Identidad sustituta " y onda que me dejó pensando. Tantos foros virtuales, blogs, facebook, fotoshop, juegos en donde cada uno puede meterse en la "piel" de algún personaje, etcHablamos con gente de todo el mundo. Personas que tal vez ni siquiera llegaremos a ver en vivo jamás. Hasta yo mismo en Facebook tengo gente que conozco personalmente, otros que me contacto solo de manera virtual y nunca estuve cara a cara con ellos y otros que ni siquiera conozco. Tanto virtual como personalmente.Y mientras nuestros "YO" virtuales postean, opinan, se meten en foros, chatean, tienen nuevos "amigos", intercambian fotos, música, etc... NOSOTROS, los humanos, los de carne y hueso no hacemos mas que pasarnosla horas solos sentados frente a una pantalla. Haciendo sedentarismo, que dicen que no es bueno, quizá tambien perjudicándonos la vista o comiendo algún que otro sandwiche o golosina que nos ayude a engordar. ¿ Onda que da para pensarlo no? ¿ Cuanto hay de esa película realmente en nuestras vidas? Y si hace unos diez años Internet recién se popularizaba y no se conocía todo esto...¿ como estaremos dentro de otros diez años ? No vaya a ser cosa que lo que se ve se haga finalmente realidad.Aca va parte del comentario de esa pelicula para que el que no la vió tenga una idea.CUANDO EL FUTURO NOS ALCANCE
por Laura Molina
lauramolina@periodicovas.comIDENTIDAD SUSTITUTA. (Surrogates). Dirección: Jonathan Mostow. Guión: John Brancato y
Michael Ferris. Libro: cómic de Robert Venditti. Reparto: Bruce Willis (Tom Greer), Rosamund Pike (Maggie), James Francis Ginty (Canter), James Cromwell (Canter, anciano), Ving Rhames (el profeta). Origen: Estados Unidos. 2009.
La acción ocurre en el año 2054, cuando la mayoría de las personas han dejado de exponer sus cuerpos y comandan desde sus casas robots que trabajan por ellos, y hasta se encargan de la vida de relación de sus dueños. Las personas ven, sienten, e interactúan a través de estos sustitutos. Los robots son como depurados Kens y Barbies tamaño natural, hermosos y hermosas, incansables, inmunes al dolor, capaces de saltar entre los edificios y otras proezas aeróbicas. Mientras, sus operadores y operadoras envejecen y engordan tendidos en anatómicos sillones, con anteojos virtuales y cubiertos de cables y sensores en el refugio de sus casas.
Han disminuido los crímenes y los accidentes, la ciudad está limpia porque los androides no producen basura, el trabajo es más eficiente, aumenta la productividad, el cuerpo de los sustitutos es más estético y deseable. Las personas no sufren dolor ni tienen estrés. Parece el umbral del Mundo Feliz, pero ocurre algo que lo trastorna todo. Un crimen. Alguien ha eliminado dos sustitutos con un arma especial y ha matado también a los operadores. Aparece una grieta en el sistema. Si existe un arma que disparada contra un robot puede matar por acción remota al operador del robot a kilómetros de distancia, entonces no hay más seguridad, la sustitución pierde una de sus ventajas.
El agente del FBI Tom Greer será el encargado de resolver el caso y hallar el arma para neutralizarla. Una línea de investigación lo lleva a interrogar al huraño Canter, el inventor del sistema de sustitución; y otra línea lo lleva hasta un área de la ciudad, restringida a los robots, donde hay un movimiento de opositores a la sustitución y un profeta violento que presagia el fin de la era virtual y lidera una revolución para volver a los valores humanos. De modo que Greer debe prescindir de su robot, para entrar en el área, y hacer el trabajo en persona. La realidad que ve por sí mismo, el culto a la apariencia, y el rechazo de su esposa Maggie, que es adicta a la vida virtual, harán que el detective cambie de opinión respecto al sistema.
Finalmente, las líneas de investigación convergen, Greer descubre que el famoso inventor Canter se ha transformado en un villano mesiánico que planea destruir a todos los robots y matar a sus operadores (el 90 % de la población) para iniciar una nueva era con la gente del área restringida.
Se trata de una producción de 80 millones de dólares con buenos efectos y escenas de animación muy logradas. Bruce Willis encarna al detective y hace con eficiencia su papel de siempre, el del policía duro de matar. El resto del elenco acompaña, la mayor parte del tiempo disfrazado de androide, que resulta un límite expresivo. Tal vez por el predominio de las escenas de acción, o porque la película tiene varios cortes, no haya un desarrollo importante de la situación colectiva ni de la psicología de los personajes.
Además, respecto a la verosimilitud del mundo planteado, no se entiende cómo se reproducen las personas a través de los sustitutos; ni tampoco por qué hay en la ciudad tantos autos manejados por androides, si éstos tienen una movilidad mayor que los autos.
Al detective Greer, como suele suceder en estas películas, le toca salvar el mundo. Lo original es que no lo salva del todo. Greer impide la matanza de los operadores pero decide eliminar a los robots, y con ellos al sistema de sustitución. Es decir, abandonando la mirada ingenua y haciendo una proyección a nuestros días, Greer (el héroe y portador del mensaje mediático) decide, por el bien de la humanidad, eliminar la cibernética y la realidad virtual que tanta popularidad y desarrollo tienen en la actualidad.
En el tiempo de la película, año 2054, la sustitución se ha apoderado del mundo, dice el director Jonathan Mostow, apoyando en alguna medida la decisión final del protagonista. No está bien que la sustitución -una mezcla de cibernética y realidad virtual- se apodere del mundo, nos dice el mensaje.
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