La rebelión
Aquel teléfono de linea no se dejó guardar en un placard. Con el tubo golpeó en la cara a la mujer que lo llevaba hasta soltarse. Luego con el cable ató el celular que ella usaba. Salió volando por el balcón del octavo piso donde se ubicaba. No sin antes haber arrojado al vacío el celular.
Una cassetera. Cansada de habitar ese altillo junto a herramientas y demás materiales sin usar bajó por las escaleras. Con el enchufe le pegó a los habitantes de la casa para después desaparecer por el patio trasero.
Algo similar ocurrió con un rayador a mano. Apenas el hombre abrió el cajón de la mesada salío volando provocándole heridas en la cara. Aparte de golpear a la picadora eléctrica para fugarse por la ventana de la cocina.
Estos hechos eran insólitos. Nadie jamas había presenciado algo así.
Tambien se repetían en los comercios. En un locutorio un fax que hace mucho estaba en desuso rompió todas las computadoras y escapó.
O el televisor viejo que apareció volando frente al asombro de mozos y comensales de un restaurante. El cual tras abalanzarse contra las dos pantallas lcd que había en una columna se dió a la fuga.
Las noticias se multiplicaban tanto por la tele como por las redes sociales.
Estéreos viejos que dañaban parabrisas de los autos con sus conductores, discos de pasta que salían girando a toda velocidad de cajas donde se hallaban guardados para irse encima de los ocupantes de una habitación, cafeteras que hacían lo mismo tras estar largo tiempo sin ser utilizadas .
En la calle todo era misterio. Esa era la noticia del día. Las vecinas en la vereda, los empleados de las oficinas, pasajeros en los subtes, colectivos. A la mayoría le había ocurrido algo así.
Al atardecer una multitud de coches, tranvías y colectivos de principios del siglo veinte se dirigió hacia el obelisco. Iban solos. Nadie los conducía. Hasta tapar todos los accesos tanto por Corrientes, Diagonal Norte y 9 de Julio.
En la plaza de la República se hallaba montado un enorme escenario con objetos antiguos como disquetes, máquinas de escribir, relojes a cuerda. Sumados a telégrafos, fonolas, videojuegos, wolkman.
Y mas arriba en el obelisco se hallaba colgado una enorme pancarta que decía: " Queremos estar presentes en la actualidad. Ser visibles. Nos negamos a ser olvidados"
Los afectados superan los 27.000. Entre Ríos tiene el mayor número de damnificados que asciende a mas de 14.000 y en Santa Fe, el número subió a 2.520, con 2300 evacuados y 160 aislados. 9 de 19 departamentos de Santa Fe se encuentran bajo el agua y el acceso a varias ciudades de Entre Ríos está imposibilitado, como es el caso de Santa Elena y Villa Paranacito.
Para Macri las inundaciones son producto del “cambio climático”. Ningún político dice nada acerca de las condiciones de las obras públicas, su retraso o directamente la ausencia de un plan serio para evitar las consecuencias de las lluvias y la crecida de los ríos. En este terreno Cambiemos cambió muy poco. Tanto el kirchnerismo como el macrismo, y también los gobiernos provinciales como los del socialismo en Santa Fe, han priorizado un modelo productivo basado en la degradación del medio ambiente, la expansión de la frontera sojera y la tala indiscriminada de bosques nativos. Las consecuencias están a la vista.