El caseron de José
José vivía en un amplio caserón. Era un ermitaño. No salía a ninguna parte Pedía los remedios o las compras necesarias por teléfono. Cuando se sentía mal hacía lo mismo con los médicos.
Todas las noches, antes de acostarse, se dirigía al jardin que se ubicaba al fondo. Se sentaba un rato en el pasto al lado de la tumba de Alicia, su ex mujer. La tocaba, acariciaba mientras le decía algunas palabras.
Alicia tenía cancer. Con el tiempo se le fue agravando. En los últimos meses terminó postrada en la cama. El día de su fallecimiento José cavó un pozo en la tierra depositando su cuerpo allí. Luego de enterrarla puso cemento encima para después pintarlo de blanco. Y encima en letras negras puso su nombre, fecha de nacimiento y de deceso.
Desde allí, con la promesa de no abandonarla no salió mas de la casa.
Tenía un gato negro. A quien lo cuidaba. Lo mimaba, le daba de comer, lo bañaba. Lo había encontrado una noche asomado en una de las ventanas que daba a la calle. Jose le dió agua y comida y el gato entró. Desde ahí aquel felino pasó a ser su única compañía.
También le gustaba tocar cada tanto el piano. Solo que cuando lo hacía le venían recuerdos de Alicia, ya que ella era la que mejor se desempeñaba. Aparte de ser profesora y participar en una orquesta. Su pasión eran los libros. En una habitación tenía una enorme biblioteca. Había ejemplares de Shakespeare, Marx, Borges, Roberto Arlt, Agatha Christie. Contaba con tantos que con el tiempo se los olvidaba y volvía a releerlos.
Su otra pasión era la música. En el living tenía un tocadiscos. Coleccionaba obras de Vivaldi, Mozart, Beethoven. Se la pasaba horas escuchándolas en un sillón. Cerraba los ojos para concentrarse mas. Lo transportaban. Le venían recuerdos de cuando salía con Alicia al teatro, al cine, a cenar. Imágenes de su adolescencia, de sus padres que ya hace años que ya no estan.
Una mañana José no despertó. Su gato, quien dormía en el piso a su lado al ver que no se levantaba le lamía la cara, apoyaba sus patas como para despertarlo. Pero el cuerpo continuaba inmóvil.
Sin embargo por las noches, en aquel caserón, se veían las lámparas encendidas. Se oía música clásica a todo volumen. Las ventanas completamente abiertas. Y el gato que no paraba de maullar.
Los afectados superan los 27.000. Entre Ríos tiene el mayor número de damnificados que asciende a mas de 14.000 y en Santa Fe, el número subió a 2.520, con 2300 evacuados y 160 aislados. 9 de 19 departamentos de Santa Fe se encuentran bajo el agua y el acceso a varias ciudades de Entre Ríos está imposibilitado, como es el caso de Santa Elena y Villa Paranacito.
Para Macri las inundaciones son producto del “cambio climático”. Ningún político dice nada acerca de las condiciones de las obras públicas, su retraso o directamente la ausencia de un plan serio para evitar las consecuencias de las lluvias y la crecida de los ríos. En este terreno Cambiemos cambió muy poco. Tanto el kirchnerismo como el macrismo, y también los gobiernos provinciales como los del socialismo en Santa Fe, han priorizado un modelo productivo basado en la degradación del medio ambiente, la expansión de la frontera sojera y la tala indiscriminada de bosques nativos. Las consecuencias están a la vista.