Red de escritores en español

domingo, 13 de octubre de 2019

Gabriela y Ana

Gabriela y Ana

Gabriela vivia en Tostado, provincia de Santa Fe. Su madre era maestra. Ella era artista. Escribía, pintaba, componía canciones. Sin embargo trabajaba en un almacén que era de su padre. Cada vez se sentía mas incómoda allí. Notaba que ese lugar le quedaba chico. Haciendo siempre lo mismo,  hablando o viendo a la misma gente. A no ser por alguien que haya fallecido o ido del pueblo. Estaba cada vez mas cerca de llegar a las tres décadas de vida. 

Su idea era irse a vivir a Buenos Aires. Una ciudad grande, donde nadie la conozca. Y con muchas mas posibilidades de desarrollarse artísticamente. Pero se quedaba allí por su madre. Era hija única. Su padre murió hace varios años en un accidente automovilístico. 

Ana enseñaba por la mañana historia en una escuela de Balvanera. Y por la tarde en un colegio de Saavedra. Hace mas de veinte años que lo viene haciendo.  Aunque siempre estuvo radicada en Mataderos. Desde que nació. Hace mas de cinco décadas. A sus padres ya no los tenía. Era separada. Su hijo alquilaba un departamento con su novia en Flores. 

Ana estaba cansada del ritmo de la ciudad. Los horarios, las distancias, el tránsito. Levantarse a tal hora y salir disparada para no llegar tarde. Al regresar tener que ver si tiene algo para comer. Si no es así irse a comprar, cambiarse, bañarse, preparar la comida. Cada vez lo soportaba menos. Pensaba que todo eso le quitaba tiempo y concentración a lo que realmente sabe y le gusta. A esa edad deseaba irse. Hacer lo mismo pero en un sitio mas tranquilo. 

Los años pasaban en la ciudad de Tostado y Gabriela seguía con su rutina. Solo que ahora debía cuidar a su madre. Tenía cancer de hígado y ya no daba clases. Estaba todo el tiempo en la casa. Acostada, sentada viendo tv o escuchando la radio. Gabriela se encargaba de llevarla al hospital para hacerle los controles, comprar los remedios. Cuando iba a atender al almacén le dejaba las llaves de la casa a una vecina para que la viera. 

Ana seguía con su lucha en Buenos Aires. Cada vez angustiada. Sentía que cada día le costaba mas todo. Hasta hubo veces que se quedó dormida. Sumado a que tambies mas seguido le venía fiebre, dolores estomacales.

Meses después hubo una mañana en la que Gabriela fue a la pieza de su madre. Ella permanecía quieta con los ojos cerrados. Gabriela Se sentó a su lado. La tocaba. Pero era en vano. Gabriela se quebró en llanto. 

Mientras tanto Ana sentía que no podía mas a este ritmo. Se planteo dejar la profesión. 

Las semanas pasaban y Gabriela sentía que en Tostado ya no tenía a nadie. Tampoco tenía demasiadas amigas. Deseaba abandonar la ciudad e irse a Buenos Aires. Se contactó por facebook o watsapp con varios contactos que había visto en las redes.

Ana empezó a buscar avisos docentes en el interior del país. 

Al año siguiente Gabriela alquilaba un departamento con dos chicas en Almagro. Se hablaba por internet desde hace años. Sus compañeras no tuvieron problemas en compartir su habitación con Gabriela. 

A la vez que Ana se hallaba parando en un hotel en Tostado. Le habían comunicado que podría ejercer la docencia allí. Ya que hace años falleció una maestra y no quedaban demasiadas en el pueblo. 

Una de las compañeras de Gabriela le dijo que una amiga le contó de una señora que vivía en Mataderos, a una cuadra de ella, que abandonó la casa. No sabía bien que hacía pero la escucho hablar que se hartó de la ciudad.

A Ana le dijeron la historia de la maestra. Que su hija única no quiso seguir en el pueblo ni en el almacén de su padre. A la vez que le mostraron la casa. A Ana no le parecio mala idea quedarse allí. Era lo que soñaba. Un lugar tranquilo. Donde podría tener mas tiempo para todo. Despertarse con el canto de los pájaros. Ver mas verde. A la noche contemplar mejor las estrellas. Lejos de las bocinas, los edificios, las corridas.

Gabriela fue a ver el sitio donde vivía Ana. Al ver que estaba en condiciones optó por quedarse allí. Y de paso no molestaría a sus compañeras. Sentía que se le abría todo un mundo por delante. Pensaba dar clases particulares de escritura, pintura. Además de ir a mostrar sus cosas en centros culturales, participar de talleres, anotarse en la universidad.

Pasaron cinco años cuando Ana quiso ir a ver como estaba su viejo domicilio de Mataderos. 
Le pareció extraño que su llave no entrara en la cerradura. Toco el timbre. Oyó la voz de Gabriela. Esta la atendió por un pequeño mirador de vidrio que había en la puerta. Ana se cansó de decirle que es la dueña de esa casa. Gabriela finalmente le abrió. Ana le mostró el celular con fotos con ella en su casa. Le preguntó quien era. 

Una vez que Gabriela le contestó Ana se quebró. Le dijo que sabía su historia por lo que le dijeron en Tostado. Gabriela le hizo saber que una amiga de una compañera suya tambien le contó lo de ella. Se abrazaron. Gabriela la hizo entrar. Preparó un café.

Hablaron de todo un poco. De los padres, ex novios, hijos. De los diferentes ritmos de vida entre la ciudad y los pequeños pueblos. De lo que es mejor para cada uno. Sumado a interminables charlas sobre educación, docencia, arte. Sus dificultades que atraviesa, las contradicciones, los puntos en el que se avanzó. Se hicieron amigas. 

Ana le hizo saber sobre ciertos acontecimientos históricos que Gabrlela desconocía y Gabriela sobre arte ,pintores y escritores santafesinos.

Para las vacaciones de verano Ana la invito a Gabriela a pasar unos días en su vieja casa en Tostado. 

sábado, 28 de septiembre de 2019

Estados

La tarde nublada estaba
Aunque detras de las nubes un sol radiante iluminaba

Caluroso se presentó el día
Pero debajo de las sábanas un inmeso frío hacía

Negro el paisaje se vislumbraba
Aunque abriendo la puerta hermosos colores brillaban

De los árboles las hojas caían
Pero el viento las arrojaba de nuevo hacia arriba

La oscuridad de la noche atormentaba
Aunque todo era alegría alrededor de aquel fuego que alumbraba

De muy lejos venían
Pero la llegada estaba en el punto de partida

sábado, 14 de septiembre de 2019

Somos

Somos

Somos una contraseña

Un numero de watsapp

Una foto de perfil

Un nombre de usuario

Una foto de perfil

Un tipo de cliente

Una imagen de fondo

Un codigo de wifi

Una clave de acceso

Pero también somos personas

sábado, 31 de agosto de 2019

Pantallas

Pantallas de cine
mostrando los estrenos que siguen

Pantallas de televisión 
informando lo que se hablara hoy

Pantallas en blanco y negro
que nos transmiten algún recuerdo

Pantallas LSD
con equipos de fútbol dispuestos a vencer

Pantallas de videojuegos
que nos divertían en una tarde de febrero


Pantallas del celular 
diciéndonos como vamos a estar

Pantallas de netbook
que llevan a entretenernos

Pantallas de computadoras 
actualizándose con el correr de las horas

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Antes uno no se veia a si mismo en una pantalla. Al menos que fuese actor, que trabajara en la tv. O músico que grabara videoclips. De otra manera era algo inimaginable. De ciencia ficcion. 
Hoy en día cualquiera puede verse a si mismo en la pantalla del celular o la compu a traves de Facebook, youtube y cuanta red social aparezca en el camino. Re loco no?

sábado, 24 de agosto de 2019

Heridas de la Tierra






No me gustaba el accionar de algunos grupos veganos. Imponiendo su forma de alimentarse, de consumir. Porque, pensaba,  uno tiene de recho a comer como se le antoje. Y no anda criticando a lo que consume el otro, escrachándolo, agrediendolo.

Pero en parte ahora les doy la razón. Estamos matando el planeta. De niño me enseñaron a tomar leche. Y desde que tengo uso de razón a comer carne. Sigo llevando seguido a la boca churrasco, pollo a la plancha, al horno, milanesas de ambos. A veces fiambre, salchichas, atun o paté. Tambien empanadas de carne o jamon y queso. Sumado a pizza, pastas, arroz, galletitas, miel o dulce de leche. Ademas de verduras como tomate, zanahoria, lechuga o pepinos que agregué hace poco por el tema del colesterol o triglicéridos . Y frutas de postre. Estoy acostumbrado a comer de ese modo. Sino siento que me faltaría algo. Mas a esta edad adulta. Calculo que debe sentir lo mismo el fumador si no tiene el cigarrillo. 


Por cada milanesa, bife o suprema que mis dientes mastican se debe ensanchar la frontera agrícola. Deforestar mas montes o selvas nativas para que gente como yo pudiera consumir. Eso multiplicado por millones de personas a nivel mundial. 


Ademas de comprar los alimentos en la carnicería, verdulerías, superchinos, panaderías o pizzerias. Muchos vienen en latas, carton, plástico ayudando a contaminar aun mas el planeta. Por mas que uno los lleve a las campanas verdes o puntos de reciclaje en algun lugar tienen que terminar. 

Seguramente no seré el único que lo hace. Lo harán otros millones mas. 

Estamos acostumbrados o mal acostumbrados a cierto modo de vida. Sera porque vivimos en ciudad y no hay montes ni animales. Por falta de tiempo para ir a cazar, recolectar sumado a la comodidad.


Pero así no vamos bien. Hace pocos años en Argentina tambien teníamos problemas de incendios e inundaciones a la vez. También por la deforestación. Sumado a que hasta el día de hoy se sigue desmontando para la soja o ganadería. Y ahora lo del Amazonas. El principal pulmón del planeta. No se lo que ocurriría de ahora en mas. Veranos hipercalurosos, tormentas mas severas, inundaciones. La calidad del aire que respiramos. No lo se. Pero seguro que va a traer consecuencias. 


Sin contar a las ambiciones de empresarios. Los agronegocios. La ineptitud, corrupción o vista gorda de los Gobiernos. Sus intereses.


Yo siempre imaginé que la Tierra moriría seca y contaminada. Por la simple razón que cada vez somos mas. Y llegará un momento que los recursos se agotarán. Sumado a que se agregan nuevos cuerpos que consumen y generan desperdicios.. 


Solo que lo imaginaba como algo lejano. Cuando ya no viva. Jamás pensé que esto se podría llegar a desencadenar. Un incendio enorme que no se como lo lograran apagar si lo hacen. Y un mundo que parecería no tener vuelta atrás. Con no se cuantas especies que se han perdido para no volver. Con pueblos originarios que ven como se destruye su hogar natural.


Mientras tanto lo seguimos mirando a traves de pantallas de celulares con baterías de litio que le es quitado al medioambiente, tablet o TV de plastico que una vez que se rompan terminarán contaminando algún sitio, de los diarios de papel con madera de algún arbol. Ademas de ir a comprar al super y luego sacar los residuos  que se arrojarán en algún relleno o basural. 


sábado, 17 de agosto de 2019

Vias




Vías



Vías que van

palpando la ciudad

Vias que vienen

estresadas en los aterdeceres

Vias que refrescan

en cada lluvia que llega

Vías que se pierden

bajo una luna resplandeciente





Sin saber hasta donde llegarán
o si alguien les anunciará su final

Llenas de ilusiones

en cada una de las estaciones

Como también de tristezas

en los pueblos donde ya nadie espera


Ellas estan

en cada nuevo sol que nacerá



sábado, 3 de agosto de 2019

A ese sitio

 A ese sitio

Ver como las raíces nacen
mientras el agua de lluvia la tierra absorbe

Al planeta como un globo azul intenso
desde un sitio del universo

Comer los caramelos
que me traía mi abuelo

Con mi perro volver a jugar
y llevarlo a pasear

De la mano de mi abuela ir a la plaza
para después pasame el día en su casa

Tomar la leche chocolatada
que me preparaba mi madre apenas me levantaba

En un lugar sin tiempo
sin que se escuche el ruido del viento

Con mi cuerpo hecho una sombra
donde la luz no lo toca