Red de escritores en español

sábado, 30 de noviembre de 2019

Lucas, Mariano y Agustin

Lucas, Mariano y Agustin 

Lucas, Mariano y Agustin salieron de viaje. Su idea era llegar a Salta. Pero para eso faltaba un monton. Recien andaban por la Panamericana. Iban a turnarse entre los tres para manejar. 

En Salta pensaban pasear por la ciudad. Ir algun que otro boliche, sitio historico. Como asi tambien andar por las montañas, bañarse en algún río. Ver campings para alojarse.

Una vez en Santiago del Estero decidieron descansar en la ciudad de Rio Hondo. Consiguieron una habitacion para los tres. Caminaron un poco por el centro. Despues cenaron algo en un bar. Cuando terminaron se fueron a dormir


Lucas y Agustin eran hermanos. Agustin era el mayor. Se llevaban tres años. Lucas estudiaba periodismo a la vez que conducía un programa de radio en una FM barrial. Agustin cursaba en la facultad de medicina. Quería ser odontólogo. Mariano era un amigo de ambos. Vivía a dos casas de ellos, en el barrio de villa Luro. Era músico, tocaba en una banda de rock. Ademas de trabajar como empleado en un kiosco. 


A la mañana siguiente se levantaron y partieron. En el coche tomaron mate, jugo y comían galletitas.


Mientras avanzaban notaban que en la ruta no pasaban coches como lo hacían durante todo el trayecto. Vieron que aparecían algunos charcos. A medida que seguían la marcha había cada vez mas agua. Incluso anegamientos. Pensaban que había llovido. Aunque ahora se hallaban bajo un sol radiante. De pronto comprobaron que la ruta se convirtió en un río. La cual desembocaba en un gran lago que se perdía en la inmensidad. 

Frenaron. Querían regresar. Cedió el asfalto.  Se hundieron. Salieron del auto antes de quedar atrapados. A Mariano, que viajaba atrás lo ayudaron abriéndoles las puertas. Empezaron a nadar. Llegaron a una isla. Allá tampoco veían la otra orilla. Había una espesa bruma reduciendo notablemente la visibilidad.

Se pusieron a caminar lamentándose por el coche. Si bien era del padre de Lucas y Agustin ellos lo usaban cuando querían. Sumado al dinero,documentos, celulares, bolsas de dormir, una carpa y la guitarra que había llevado Mariano. 

Descubrieron que ese lugar no era mas que el polvo que cubría el piso. Mas allá el agua. Y una espesa niebla que no los dejaba ver demasiado. 

De pronto se les cruzaban esqueletos que, suponían, alguna vez habrían tenido vida. También sombras de cuerpos humanos. No podían creer lo que veían. Se palpaban para ver si no estaban soñando. Estos avanzaban tanto de manera individual como el grupos. Iban de un lado a otro, se hundían en la tierra para después volver a levantarse. También estaban los que se bañaban en el lago.


A ellos los ignoraban. Pasaban sobre sus cuerpos de manera fantasmal. Intentaban hablarles pero era en vano. Eran como invisibles.


Tanto Lucas como Mariano y Agustin se preguntaban que hacían allí. En un lugar sin sentido, donde todo parecía muerto.  Hablaban que a veces cada tanto fumaban algún que otro cigarrillo. Cuando salían tomaban cerveza, vino, fernet. Pero ahora estaban sobrios. Era real. Les pasaba lo mismo a los tres. Solo consumieron mate, jugo y galletitas. 


Fueron hacia el lago. Caminaron hacia la dirección donde habían venido. Cuando no hicieron pie se pusieron a nadar. Continuaron su rumbo. El cansancio los dominó. No estaban acostumbrados a nadar demasiado.  Terminaron ahogados. 


Al morir sus cuerpos se sumaron a los demas habitantes de esa isla. 

domingo, 17 de noviembre de 2019

Un dia de primavera



Una zanahoria pasó volando sobre la ciudad
Ni lento ni perezozo fue corriendo hacia la luz

Divinos fueron aquellos tiempos que no volverán
Indagaban sobre el color de la luna
Andaba por esa ruta que no salía a ningún lado

Donde iremos el día que ya no abriremos los ojos
Envueltos entre sábanas se hallaban hasta que una luz los despertó

Primero debemos saber como arreglar el asunto
Reemplazó su arma por una flor
Intenso era el olor que venía cruzando el mar
Miradas que confunden la ficción con la realidad
A esa estrella es donde llegaremos luego de tanto caminar
Van a venir sin que los escuchemos
En aquella mañana regalaban caramelos
Reía tanto que terminó por llorar
Ahora con los 30 grados que hay mas que primavera  parece un día de verano

domingo, 10 de noviembre de 2019

Otra etapa

Otra etapa



Otro período que acaba, otro ciclo. Otro gobierno. 
Dejando al país bien arriba en lo que se refiere a deuda externa, inflación, riesgo país, tasas de interes.

Yo imaginaba lo que iban a hacer. Típicas politicas neoliberales. Ajuste, endeudamiento y recesión. Lo que no creí que lo harían tan rápido y de manera tan brusca. Lo que al menemismo y la Alianza les demoró doce años estos lo hicieron en cuatro. Y aún mas drástico. 

Suponía que al sacar el subsidio a los servicios y transportes estos aumentarían una o dos veces y nada mas. No las veces que lo hicieron (todavía dicen que van a subir mas) Menos que iban a dolarizar las tarifas. 

También pensaba que al arreglar con los buitres o sacar el cepo al dolar este se mantendría estable. Cosa que estuvo lejos de ocurrir. Algo parecido con la inflación. Imaginaba una recesión parecida a fines de los '90 principios del 2000. Al no haber consumo los precios se mantendrían estables o incluso algunos bajarían. La llamada deflación. Lo que tampoco ocurrió. 

Sabía que iban a volver a pedir plata al FMI como lo hicieron todos los gobiernos neoliberales. Pero no pensaba que lo iban a hacer de la manera que lo hicieron. Con una deuda a cien años y uno de los paises mas endeudados de America Latina. Sumado al mayor desembolso que hizo el FMI a un gobierno de un país.

Pero ahora es hora de dar vuelta la página. Un nuevo gobierno que asumirá en Diciembre. Algunas caras nuevas, otras no tanto. Por lo menos hablan de inclusión, de reactivar la economía, la industria nacional, las pymes. Mejorar salarios, facilitarle la vida a los jubilados. Tener en cuenta  ala ciencia. Ponerle mas atención a la salud, educación. Y sobre todo alimentación. Porque si las nuevas generaciones carecen de todos esos derechos no hay futuro. 

Hay que pensar de una vez por todas el país a cincuenta años. En temas como nutrición, calendario de vacunas, construcción de viviendas, escuelas, hospitales, mejoras en el transporte, etc Que por mas que cambie el signo político que gobierna esas bases perduren.

Ojalá todo eso se ponga en marcha. Y que el país de a poco pueda salir. Por el bien de todos. Y no solo Argentina. Que las democracias en la región sean respetadas. Que se escuchen los reclamos de la gente. Los derechos de cada uno de los ciudadanos. En pleno año 2019 no se puede reprimir de la manera que lo estan haciendo en Chile. Tampoco sacar Presidentes que resultaron ganadores como el Evo en Bolivia. 

Los sectores neoliberales deben respetar las reglas de juego. Dejar de hacer todo a su antojo como mas les conviene. Manejando los medios de comunicación, la justicia, armando causas falsas, inventando falsos líderes, sacando o ensuciando gobiernos. Es hora de poner un freno. Ya se llevaron puesto a toda América del Sur con sus caprichos. Hasta donde quieren llegar.

Que haya paz en la región y todos podamos vivir tranquilos.



sábado, 26 de octubre de 2019

Los años de Martin

Martin se ganaba la vida trabajando en un bazar. Llego allí por la ayuda su tío. Hace aproximadamente seis años.  Quien era amigo del dueño y lo tomó para que atendiera el local. Como se desempeñaba bien continuó allí.  Antes estaba desocupado. Tampoco estudiaba. Ya que a los pocos meses de comenzar la carrera de medicina notaba que lo absorbía, que eran demasiadas cosas.

 Aparte de no sentir la misma pasión por esa profesión como en tiempos  anteriores.

Hace poco cumplió treinta años. Estaba triste. Se sentía solo. Los  amigos con los que salia antes ya se habían casado, puesto de novios o eran padres. Lo mismo que su hermano. En cambio él no llego a hacer nada de eso. Estaba deprimido. Iba de su casa al trabajo o al super a comprar las cosas que le faltaban. Por ahí algun sábado a la noche para despejarse y olvidarse un rato salía a a tomar alguna cerveza en algun bar. Si no se la pasaba todo el tiempo en su casa escuchando música, jugando con la computadora, viendo cosas en tv, en internet, leyendo.

Tras bajarse del colectivo lo siguió un hombre mayor, de larga barba, vestido con ropas gastadas. Paro en un kiosco. Este lo esperó. Al pagar el alfajor que compró siguió su camino. Giró su cabeza y notó que avanzaba detrás suyo. Aunque por su lento caminar no lo podía alcanzar.

Hasta que finalmente Martin llegó a su departamento.

Otra tarde Martin lo encontró nuevamente. Esta vez cuando salió de una verdulería. Le dijo algo. Martin no le prestó atencion. Vio que lo volvía a seguir. Se acordó que le faltaba comprar pan. Cruzó a la panadería situada enfrente. Cuando abandonó el local otra vez se le apareció este hombre. Le gritaba, hacia movimientos con sus brazos. Martin no le llevaba el apunte. Pensaba que no estaba muy bien. Regresó a su domicilio.


Un sábado a la noche fue a un bar. Pidió una cerveza de litro. Como siempre iba solo. Ya que no tenía a nadie con quien hacerlo. Mientras estaba en una mesa se sentó a su lado esa persona. Martin no tenía demasiado que hacer ni con quien hablar. Se dispuso a escucharlo. Este le decía que trate de modificar su vida. Que intente hacer algo que le gustara, ver cosas nuevas, conocer gente, realizar actividades junto a otras personas. Ademas de darle a entender que de esa manera terminaría solo toda la vida. Completamente aislado. Sin nadie a su alrededor. Como le explicó que se hallaba él. Una vez que terminó de decirle esas últimas palabras se levantó y se fue. Martin le gritó que se quedara pero aquel hombre no lo escuchó.


Pasaban los días sin que Martin tuviera noticias de esa persona. Jamás la volvió a ver. Ni cuando se bajaba del colectivo, al hacer las compras o regresar a su hogar. 

Continuaba con su vida rutinaria mientras los meses transcurrían. Sentía que le caló hondo las cosas que le había dicho aquella persona. Ahora deseaba volver a encontrarla para seguir conversando. 
Una mañana lo despertó el celular. Era su jefe. Se quedó dormido. Soño que cantaba en un coro junto a varias personas mas. Luego de terminar lo apaudían un monton de gente. Tanto a él como a los demas. 

Mientras viajaba a su trabajo no dejaba de pensar en aquel sueño. Sentía que todas estas cosas eran un llamado de atención. Notaba que era el momento de dar un giro y hacer algo diferente en su vida.



domingo, 13 de octubre de 2019

Gabriela y Ana

Gabriela y Ana

Gabriela vivia en Tostado, provincia de Santa Fe. Su madre era maestra. Ella era artista. Escribía, pintaba, componía canciones. Sin embargo trabajaba en un almacén que era de su padre. Cada vez se sentía mas incómoda allí. Notaba que ese lugar le quedaba chico. Haciendo siempre lo mismo,  hablando o viendo a la misma gente. A no ser por alguien que haya fallecido o ido del pueblo. Estaba cada vez mas cerca de llegar a las tres décadas de vida. 

Su idea era irse a vivir a Buenos Aires. Una ciudad grande, donde nadie la conozca. Y con muchas mas posibilidades de desarrollarse artísticamente. Pero se quedaba allí por su madre. Era hija única. Su padre murió hace varios años en un accidente automovilístico. 

Ana enseñaba por la mañana historia en una escuela de Balvanera. Y por la tarde en un colegio de Saavedra. Hace mas de veinte años que lo viene haciendo.  Aunque siempre estuvo radicada en Mataderos. Desde que nació. Hace mas de cinco décadas. A sus padres ya no los tenía. Era separada. Su hijo alquilaba un departamento con su novia en Flores. 

Ana estaba cansada del ritmo de la ciudad. Los horarios, las distancias, el tránsito. Levantarse a tal hora y salir disparada para no llegar tarde. Al regresar tener que ver si tiene algo para comer. Si no es así irse a comprar, cambiarse, bañarse, preparar la comida. Cada vez lo soportaba menos. Pensaba que todo eso le quitaba tiempo y concentración a lo que realmente sabe y le gusta. A esa edad deseaba irse. Hacer lo mismo pero en un sitio mas tranquilo. 

Los años pasaban en la ciudad de Tostado y Gabriela seguía con su rutina. Solo que ahora debía cuidar a su madre. Tenía cancer de hígado y ya no daba clases. Estaba todo el tiempo en la casa. Acostada, sentada viendo tv o escuchando la radio. Gabriela se encargaba de llevarla al hospital para hacerle los controles, comprar los remedios. Cuando iba a atender al almacén le dejaba las llaves de la casa a una vecina para que la viera. 

Ana seguía con su lucha en Buenos Aires. Cada vez angustiada. Sentía que cada día le costaba mas todo. Hasta hubo veces que se quedó dormida. Sumado a que tambies mas seguido le venía fiebre, dolores estomacales.

Meses después hubo una mañana en la que Gabriela fue a la pieza de su madre. Ella permanecía quieta con los ojos cerrados. Gabriela Se sentó a su lado. La tocaba. Pero era en vano. Gabriela se quebró en llanto. 

Mientras tanto Ana sentía que no podía mas a este ritmo. Se planteo dejar la profesión. 

Las semanas pasaban y Gabriela sentía que en Tostado ya no tenía a nadie. Tampoco tenía demasiadas amigas. Deseaba abandonar la ciudad e irse a Buenos Aires. Se contactó por facebook o watsapp con varios contactos que había visto en las redes.

Ana empezó a buscar avisos docentes en el interior del país. 

Al año siguiente Gabriela alquilaba un departamento con dos chicas en Almagro. Se hablaba por internet desde hace años. Sus compañeras no tuvieron problemas en compartir su habitación con Gabriela. 

A la vez que Ana se hallaba parando en un hotel en Tostado. Le habían comunicado que podría ejercer la docencia allí. Ya que hace años falleció una maestra y no quedaban demasiadas en el pueblo. 

Una de las compañeras de Gabriela le dijo que una amiga le contó de una señora que vivía en Mataderos, a una cuadra de ella, que abandonó la casa. No sabía bien que hacía pero la escucho hablar que se hartó de la ciudad.

A Ana le dijeron la historia de la maestra. Que su hija única no quiso seguir en el pueblo ni en el almacén de su padre. A la vez que le mostraron la casa. A Ana no le parecio mala idea quedarse allí. Era lo que soñaba. Un lugar tranquilo. Donde podría tener mas tiempo para todo. Despertarse con el canto de los pájaros. Ver mas verde. A la noche contemplar mejor las estrellas. Lejos de las bocinas, los edificios, las corridas.

Gabriela fue a ver el sitio donde vivía Ana. Al ver que estaba en condiciones optó por quedarse allí. Y de paso no molestaría a sus compañeras. Sentía que se le abría todo un mundo por delante. Pensaba dar clases particulares de escritura, pintura. Además de ir a mostrar sus cosas en centros culturales, participar de talleres, anotarse en la universidad.

Pasaron cinco años cuando Ana quiso ir a ver como estaba su viejo domicilio de Mataderos. 
Le pareció extraño que su llave no entrara en la cerradura. Toco el timbre. Oyó la voz de Gabriela. Esta la atendió por un pequeño mirador de vidrio que había en la puerta. Ana se cansó de decirle que es la dueña de esa casa. Gabriela finalmente le abrió. Ana le mostró el celular con fotos con ella en su casa. Le preguntó quien era. 

Una vez que Gabriela le contestó Ana se quebró. Le dijo que sabía su historia por lo que le dijeron en Tostado. Gabriela le hizo saber que una amiga de una compañera suya tambien le contó lo de ella. Se abrazaron. Gabriela la hizo entrar. Preparó un café.

Hablaron de todo un poco. De los padres, ex novios, hijos. De los diferentes ritmos de vida entre la ciudad y los pequeños pueblos. De lo que es mejor para cada uno. Sumado a interminables charlas sobre educación, docencia, arte. Sus dificultades que atraviesa, las contradicciones, los puntos en el que se avanzó. Se hicieron amigas. 

Ana le hizo saber sobre ciertos acontecimientos históricos que Gabrlela desconocía y Gabriela sobre arte ,pintores y escritores santafesinos.

Para las vacaciones de verano Ana la invito a Gabriela a pasar unos días en su vieja casa en Tostado. 

sábado, 28 de septiembre de 2019

Estados

La tarde nublada estaba
Aunque detras de las nubes un sol radiante iluminaba

Caluroso se presentó el día
Pero debajo de las sábanas un inmeso frío hacía

Negro el paisaje se vislumbraba
Aunque abriendo la puerta hermosos colores brillaban

De los árboles las hojas caían
Pero el viento las arrojaba de nuevo hacia arriba

La oscuridad de la noche atormentaba
Aunque todo era alegría alrededor de aquel fuego que alumbraba

De muy lejos venían
Pero la llegada estaba en el punto de partida

sábado, 14 de septiembre de 2019

Somos

Somos

Somos una contraseña

Un numero de watsapp

Una foto de perfil

Un nombre de usuario

Una foto de perfil

Un tipo de cliente

Una imagen de fondo

Un codigo de wifi

Una clave de acceso

Pero también somos personas