Red de escritores en español

lunes, 7 de enero de 2013

Tranbordador Nicolas Avellaneda


La boca tiene dos puentes , a escasos metros uno del otro, con el
mismo nombre.
El más interesante es el viejo Trasbordador cuya erección fue obra
exclusiva de la Provincia de Buenos Aires, a pesar de servir para
unir a Buenos Aires, Capital de la República, con la Provincia de
Buenos Aires.
Por decreto del 25 de Septiembre de 1908, se autorizó al ferrocarril
del Sur a erigir un monumental puente de hierro que sirviera,
además, para unir peatonalmente a la capital y la provincia,
además de servir para el traslado de todo tipo de vehículos.
Así surge ese monumental
trasbordador que se inaugura "ante numerosa concurrencia", el 30
de Mayo de 1914, con el nombre de Puente Nicolás Avellaneda, y
que, durante muchos años servirá a su fin específico.
Pero también se llamó Avellaneda al puente posterior, levantado en
la década del 40, que pasó a cumplir todas las funciones del
antiguo trasbordador.
Pensando que tal vez, no sólo reemplazaría al trasbordador en ese
aspecto, sino que también relegaría el homenaje al prócer, el
moderno Puente también fue bautizado Nicolás Avellaneda.
Así, la Boca se da el lujo de tener dos puentes con el mismo nombre a menos de doscientos




metros el
uno del otro.


El puente transbordador Nicolás Avellaneda es único en América y uno de los ocho que
quedan en pie en el mundo. Símbolo de la integración argentina al capitalismo y emblema de la
ingeniería inglesa de finales del siglo XIX, hoy está en decadencia. Un grupo de profesionales y
vecinos propone rescatarlo del olvido y revalorizar el entorno, en beneficio de la comunidad.
Los puentes transbordadores se construyeron en las principales ciudades portuarias del mundo
durante los siglos XIX y XX. Son símbolos de la integración al sistema capitalista en tiempos
del predominio de Inglaterra en la economía mundial, por eso se constituyeron en una valiosa
tipología de la ingeniería de la revolución industrial. Lentamente, fueron desapareciendo, y en
la actualidad solo quedan ocho, de los cuales el Nicolás Avellaneda es el único en toda
América.
Nuestro puente fue construido en Inglaterra, en hierro, con trazas de cobre para resistir la
corrosión; luego se lo armó en Buenos Aires, a la manera de un mecano. Presenta una
plataforma suspendida, tirada por cables, que le permitió cruzar el Riachuelo a coches,
camiones, carros con caballos y también al tranvía.
El puente transbordador se ubica en la intersección de la calle Montaña y la rivera del
Riachuelo, en la Isla Maciel, Avellaneda, y entre las avenidas Pedro de Mendoza y Almirante
Brown, en La Boca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Desde las pasarelas se tienen
excelentes vistas de ambas ciudades.
La obra –autorizada por decreto de la provincia de Buenos Aires–, la llevó a cabo Ferrocarril del
Sud, la empresa que más tarde la donó a la Nación. Inaugurado el 30 de mayo de 1914,
comunicaba ambas orillas sin interrumpir el paso de los buques hasta que lo desactivaron, en
1960.


En 1993, estuvo a punto de ser reducido a chatarra; de la depredación lo salvó el reclamo de
un grupo de vecinos, profesionales y legisladores porteños, que aún luchan por la puesta en
valor del puente y su entorno.

Dos puentes con el mismo nombre
Transbordador
2
El estado actual
La antigua estructura de hierro presenta deterioros por falta de mantenimiento. Por fortuna, aún
se está a tiempo de rescatarlo. La arquitecta Roxana González, coordinadora del Instituto de
Preservación del Patrimonio Arquitectónico, Urbano y Rural (IPPAUR), integrado por
profesionales matriculados en el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito
II, lo explicó de esta manera: “La puesta en funcionamiento del transbordador sería el cambio
trascendental que necesitan, por igual, la ciudad de Avellaneda y el barrio de La Boca, y este
hecho marcaría el comienzo de la transformación para revalorizar y proteger el paisaje natural y
urbano, sumado a la integración de la naturaleza y el medio construido del paisaje de la
Cuenca Matanza-Riachuelo”.
Y afirmó que, para que este cambio se produzca, es necesario promover desde las
instituciones, la comunidad educativa, las industrias y la comuna, una planificación sustentable,
capaz de producir el desarrollo urbano global que el área metropolitana necesita, más allá de
ser una atracción turística.

2 comentarios:

magu dijo...

GUS
Muy interesante
leí hace un mes más o menos, una novela de BEATRIZ GUIDO que se llamaba FIN DE FIESTA y trataba de los nietos de BRACERITAS, el intendente de AVELLANEDA (biografía no autorizada de BARCELÓ), y hablaba mucho del puente
?pero si ambos tienen el mismo nombre cómo se sabe cual agarrar ? ¿cómo le dicen los camioneros? tomamos por el puente avellaneda uno o agarramos por el puente avellanedad dos, jaja
baci caro

Gustavo dijo...

Hola Magu. Si.. dicen que ese puente es una reliquia. Hasta hay un cuadro de Qinquela Martin con ese puente. Y en cuanto a cual tomar la verdad que no sabria decirte. No conozco bien jaja.
Te mando un abrazo y que termines bien la semana