sábado, 27 de junio de 2020

El caminar


Diego trabajaba como empleado de una carnicería.

Vivía en Liniers. Todas las mañanas, tras bañarse y desayunar mate y pan tostado con mermelada caminaba hasta su trabajo su trabajo. Este quedaba a quince cuadras. Siempre hacía el mismo recorrido. 
Para regresar al mediodía, volver por la tarde y finalizar a la noche.
Se preparaba algo de cenar mientras veía lo que pasaba en la tele y redes sociales. Algún chusmerío, noticia importante, espectáculos. 
Despues se iba a acostar. A veces miraba una película, partidos de fútbol o seguía una serie.
Para el otro día volver con la rutina.

Los fines de semana Diego se reunía a veces con alguunos amigos. Con quienes se juntaban a a cenar o tomar algo en algun bar. O en la casa de alguien. Hablaban  de sus vida, de sus trabajos. O jugaban a algun juego de mesa.  Algunos estaban de novios, otros ya tenían hijos y otros solteros como él.
 En otras ocasiones iba a visitar a sus padres. 
Aunque habia veces que prefería quedase en su casa escuchando música, mirar cosas en la computadora o leer. 

Tenía una hermana. Cecilia. Esta estaba juntada.  Le llevaba cinco años. Estaba por cumplir los cuarenta. Tenía una hija de seis años. Muchas veces Diego tambien iba a verla o Cecilia iba a su departamento. 
Diego terminó el secundario. Pero después, como no sabía que carrera elegir. Sumado a las horas que le llevaba su anterior trabajo de mozo en un bar no hizo la facultad. Deseaba probar en cursar el CBC alguna vez. Pero aun no sabía bien cuando. 

En la carnicería donde trabajaba era él y tres mas. Con ellos cuando no entraba nadie hablaba, compartía rondas de mate. Pero nada mas. Tenía sus numeros de watsapp. Pero nunca hizo nada con ellos fuera del ámbito laboral. 

En las quince cuadras que lo separaban se su hogar atravesaba algun que otro edificio, casas, negocios, obras en construcción. Tanto a la ida como a la vuelta. Hacía mas de diez años. Se sabía de menoria aquel trayecto. 

Una vez probó en cambiar de recorrido. Ir por otro lado. A los pocos metros apareció una chica gritando y llorando. Le habían robado la cartera con la plata y el teléfono. 
Diego le prestó su celular para que llamara a sus seres queridos avisándoles. Y a la compañia de telefonos para hacer la denuncia. Le dió algo de plata. Ella le agradeció abrazándolo. Le dijo que se llamaba Mariana. 

Ademas de darle su número de watsapp para que lo agregara en su teléfono. Diego tambén anoto el suyo en un pape y se lo dió

Luego siguió avanzando. Unas cuadras despues encontró una billetera con un DNI, registro de conducir y treinta mil pesos en billetes de quinientos. Lo tomó.

Al mediodía cuando volvió a su casa ubicó al dueño de la billetera. Le dijo que en una hora estaba por allí. Cuando aparecio Diego le dió los documentos. Y el hombre le entegó cinco mil pesos de recompensa

Días despues Mariana lo llamó a Diego para juntarse a tomar algo. 

(esto lo esctibí antes de la pandemia)

7 comentarios:

José A. García dijo...

Y todo por cambiar, una única vez, de camino.

Hay que tener valor para hacer algo semejante.

Saludos,

J.

Pd. También tengo los contactos de muchos compañeros de trabajo para no hablar con ninguno de ellos.

maría cristina dijo...

Iba a comentar y me encontré con la P.D. de José, me hizo mucha gracia. Todo bien con Diego, pero se quedó con los treinta mil no? mmmm.... jajaja, un abrazo Gustavo!

Recomenzar dijo...

que fantastico tu cuento me encantó sos tan real tan bueno cuando escribís que yo, que no leo mucho leo todo lo tuyo....Bueno yo soy así tengo una ruta y la sigo a diario es mas facil vivir asi aunque cambiar de camino seria bueno no é lo que pasaría
Te espero... un abrazo como siempre cerca del obelisco...

Sandra Figueroa dijo...

Buen texto. Aveces es bueno cambiar de rutina, pasan cosas increíbles... Saludos Gus.

Manuela Fernández dijo...

Me ha recordado lo que mi padre siempre ha contado: "Siempre iba al trabajo por la misma calle y una vez que cambié conocí a vuestra madre" Más de 50 años casados. Es lo que tiene arriesgarse en la vida.
SAludos.

Gustavo dijo...

Hola a todos. Muchas gracias por los comentarios. Y si. A veces es bueno cambar de camino. No hacer siempre el mismo recorrido. A lo mejor aparecen sorpresas.
Saludos!

Boris Estebitan dijo...

Es verdad, a veces cambiar es para bien, pero también puede ser para mal, yo una vez por tomar un camino equivocado me compliqué mucho, va para ambos lados, también puede salir afortunada la variación. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.