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sábado, 28 de diciembre de 2019

El taller de Carlos

El taller de Carlos

Carlos tenía su taller mecánico sobre la calle Jonte, en el barrio de Floresta. La gente llevaba a arreglar alguna falla en el motor de sus coches, revisar o cambiar las gomas, arreglarles algún bollo en la pintura.
Hace mas de cuarenta años que estaba allí. La mayoría de los clientes ya lo conocían de hace bastante tiempo.

Carlos casi siempre estaba con el mate en la mano. O, en los momentos que no tenía lo que hacer salía a la vereda a fumar un cigarrillo. Era hincha de San Lorenzo. Antes de joven iba casi siempre a la cancha. Ahora lo hacía de vez en cuando.

Con los clientes o vecinos, ademas de hablar de fútbol conversaba sobre las cosas del barrio. Alguna ciclovía o cantero que habían hecho. Edificio nuevo. Muchos le decían que se separaron. Otros que empezaban una nueva relación. Que iban a alguna que otra milonga. De como se llevaban con sus hijos. Que tenían a sus padres mal de salud o acababan de morir. Algunos que pensaban irse de viaje a la Costa, a las sierras de Córdoba, a la Patagonia. Otros que les contaban anécdotas de viajes por Europa, México, Brasil. También estaban los que se quejaban que les aumentaron los remedios, los impuestos, que no sabían de donde sacar dinero para seguir. Del maltrato en los bancos, hospitales. Además de recordar a varios que ya no estaban.

Una vez se ganó la lotería. Con esa plata eligió ir a conocer Río de Janeiro. Para ello se compró malla, ojotas y un gorro. Ya que la ultima vez que había salido de vacaciones fue hace mas de quince años. Cuando su mujer aún vivia. Y había ido con ella y una pareja amiga a Mar del Plata. Después no fue mas a ningún lado. Solo iba a algún café, a comer a la casa de alguno que lo invitaba, a caminar por una plaza que tenía cerca.

Sus conocidos del barrio lo felicitaron por esa decisión. Les decían que le haría bien cambiar un poco el aire. Que si no lo hacía en vida cuando lo haría

Una vez en Río, Carlos se dio cuenta que se olvidó la bolsa donde tenía el celular, cargador, auriculares, linterna y cámara de fotos. Se lamento. Pero eso no lo desmotivó
Subió al Cristo, conoció el puente que une Río con Niterói,  fue al Maracaná, no se privo de hablar de fútbol con la gente de allí. Aunque no sabía nada de portugués.
Ademas de meterse en el mar, tomarse una cerveza mirando el atardecer. Comer mariscos y pescados como a él tanto le gustaban. 

Al regresar volvió a la tarea de siempre. El taller, los autos, su pantalón y camisa gris gastada de tanto usar. Le preguntaron del viaje, que tal la paso. Carlos les contaba. Les pedían que les mostrara alguna foto. Carlos le comento que se olvido la cámara y el celular. 

Entonces no le creyeron. No había alguna foto, video, ningún rastro. Pensaron que los estaba cargando. Que no se había ido a ningún lado. 

10 comentarios:

Recomenzar dijo...

una pieza de la vida
un retazo de un momento
me ha gustado
tu texto

Sandra Figueroa dijo...

Lo que importa es nuestro sentir y lo vivido. No es necesario ver fotos para creer. Feliz Año amigo. Un placer leerte. Saludos.

maria cristina dijo...

Sin selfies, sin llamadas, sin watsaps! Esas son vacaciones, bien por Carlos! Muy Feliz 2020 Gustavo!

Gustavo dijo...

Muchas gacias Recomenzar. Que tengas un feliz final de 2019 y comienzo de la primera decada del siglo actual. Abrazos

Gustavo dijo...

Gracias Sandra. Si. Se nos metio tanto en la sangre el celular que a cualquier lado que vamos sacamos fotos. Antes solo era para algo especial, sacabamos un par con la camara y luego se mandaban a revelar. Y se la mostrabamos a los mas intimos nada mas. Ahora sacamos centenares de fotos y las ve todo el mundo. Me incluyo porque yo tambien lo hago en cada viaje o paseo. Te mando un abrazo y vamos por un gran 2020!

Gustavo dijo...

Si Maria Cristina. Desconectarse. Antes no estabamos interconectados, eramos mas libres y no nos dabamos cuenta. Ahora llegaron las redes. No sabemos si mpara bien o para mal. O Por un lado el vaso medio lleno y por el otro medio vacio.Te mando un abrazo y que tengas un gran 2020

Rosana Martí dijo...

Desconectarse en una magnifica opción, un estupendo relato amigo Gus, te deseo lo mejor en este año recién llegado 2020, que tus sueños se realicen.

Un tierno abrazo.

Manuela Fernández dijo...

A Carlos debería traerle al fresco que no le crean. Hay que vivir para uno mismo y no para los demás.
SAludos ¡¡¡¡¡

Gustavo dijo...

Gracias Rosana. Igualmente para vos. que tengas un exelente 2020. Abrazos!

Gustavo dijo...

Asi es Manuela. Lamentablemente ahora es como que se vive mitad para uno mismo y mitad para la foto. Se disfruta, vemos los lugares y a la vez queremos que todos los demas lo vean. Que tengas un lindo fin de semana. Saludos