Red de escritores en español

sábado, 11 de febrero de 2023

Andar

 






Andar

 

Viajar por un río entre rocas

Empaparse con la espuma de las olas

 

Con el sol subiendo de las montañas despertar

Acostarse mientras luna refleja el mar

 

Liberar al viento los sentimientos guardados

Lo que ya no sirve ir soltando

 

Con nuevos aires llenarse

Sentir las energías renovarse

 


Para después llevar todo al asfalto

En cada vereda huellas ir dejando

 

Hasta que la batería se acabe

La rutina diaria nos gane


Pensaremos en volver a viajar por un río entre rocas

O empaparnos de nuevo con la espuma de las olas

 






sábado, 7 de enero de 2023

Los planes

 

Los planes

 

Sebastian pensaba salir a andar en bicicleta con dos amigos por la Reserva Ecológica. Andrea se iba a juntar con amigas en el parque Centenario. Pero como anunciaban lluvia suspendieron los planes.
Sebastián y Andrea vivían en un departamento en Paternal. A la noche habían ido a festejar el cumpleaños número treinta de Nicolás, el hermano menor de Andrea. Se llevaban cinco años.

Pero este domingo el mal tiempo les jugo una mala pasada. Tanto a Sebastián como a Andrea. Miraban el tiempo en el celular. Este mostraba lluvias y tormentas. Ponían la tele y decían que estaba lloviendo. Así que a ambos prefirieron quedarse en su casa.
Almorzaron milanesas con ensalada. Luego se tirarían un rato en un sillón a mirar alguna serie. Ambos se conocieron hace mas de seis años. Sebastián trabajaba en una bicicleteria. Una vez Andrea le fue a llevar su bici para arreglar la cadena que se le había salido. A partir de allí hubo onda entre ambos. Se pidieron su número de whatsapp y cada tanto se hablaban. O arreglaban para verse. Hasta que empezaron a vivir juntos hace tres años.

Seguían mirando el tiempo en sus teléfonos. El mal tiempo continuaba. Estaban molestos. Sebastián conocía a Lucas y Joaquín, los dos amigos con los que iría a la Reserva hace mas de una década. Cuando iba a un gimnasio que quedaba por Congreso. Donde vivía anteriormente. Andrea hizo amistad con las chicas con las que se juntaría en la facultad. Cuando estudiaba medicina. Aunque luego por razones de tiempo, ya que además trabajaba en un local de comidas no pudo seguir con esa carrera.

Las horas pasaban. Miraban el tiempo y este no cambiaba. En los celulares continuaban las precipitaciones. Con el dibujo de las nubes con rayos y gotas que caían. En la tv mostraban el mapa de la zona metropolitana de Buenos Aires y alrededores entre amarillo y naranja.


Al poco tiempo Sebastián recibió un whatsapp de Lucas para ver si iba a ir. Pensó que lo estaba cargando. O que no tenía problema en andar con lluvia.
Después paso algo parecido en el grupo que tenía Andrea con sus amigas. Le preguntaron si iría al parque Centenario. Esta no entendía. Con cierto enojo les dijo si no veían que estaba lloviendo. Estas les respondieron que estaba loca. La tarde estaba esplendida. Había llovido un poco en Morón, donde vivía Carolina, una de las chicas con que Andrea se iba a juntar. También le hicieron saber que en Avellaneda, donde habitaban los padres de Natalia, otra de las amigas de Andrea apenas cayeron unas gotas pero se despejó enseguida.  

Sebastián salió a comprar facturas para merendar. Vio que había un sol radiante. 

 

 

sábado, 10 de diciembre de 2022

Para el nuevo año

 Un nuevo año ya se acerca. Tiempos de balances. De mirarse al interior de uno mismo. Lo que hizo en estos últimos doce meses. Que cosas dejó de hacer, que le faltó, los asuntos pendientes. 

Pensar en en tomarse unos días de vacaciones en enero o febrero para salir un poco de la rutina. Cambiar de aire. Salir un poco de la gran ciudad. 

Por mi parte en abril llegue a los 45 años. Muchos vecinos, conocidos, clientes en donde trabajo me preguntan si tengo hijos, esposa, novia o pareja. A todos les digo que no. No se que deben pensar. Allá ellos. Yo sigo con la mía. Mal o bien pero sigo. Peor es no seguir. No me banco el chusmerío. Yo a la gente por sus asuntos personales. 

Luego de empezar el CBC virtual en pandemia este año recién empecé el primer año de la Universidad de modo presencial. Ya que en su momento cuando terminé el secundario en 1994 me anoté para empezar el CBC en 1995 pero nunca me animé a cursar. Estaba inseguro, dubitativo, me faltaba autoestima. Me sentía una hormiga frente a este gran mostruo que era la estructura universitaria.

Este año publique mi segundo libro de cuentos. Ya que pasó una década del primer libro de cuentos que edité en 2012. En todo este período de tiempo se me fueron ocurriendo una enormidad de cuentos mas. Era ahora o nunca. Después no se que puede llegar a pasar. 

También no se cuando, si me dan los tiempos aparte del trabajo y la facultad quería volver a hacer teatro. Al menos a mi me hace bien. Me suelta. Hago cosas que no suelo hacer en la vida rutinaria. Conozco gente nueva. Integro un grupo. Aunque por otra parte también tengo ganas de ir a algún taller de escritura. Hace años que no voy. A lo mejor también me ayudaría a inspirarme y escribir cosas nuevas.

Pero por otra parte los años pasan. El próximo abril llego a los 46 años. Cada vez mas para arriba. Mas cerca de los 60 que de los 30. La juventud se va perdiendo en el espejo retrovisor. La vejez aparece a menor distancia. Eso me hace pensar que ya no estoy para ciertas cosas. Además de notarse en la forma del cuerpo. En la barba aparecen las canas. Las caderas se ensanchan. El pecho se cae. Aparecen vellos en lugares donde antes no había mientras se va debilitando o desapareciendo en otros sitios. El cuerpo deja de tener los atractivos que tenía en décadas anteriores.

 Aunque a todos les llega. Son los ciclos de la vida. Seguramente en dos o tres décadas a los que tiene 20 o 30 les pasará lo mismo. Y yo seguramente empezaré con los problemas o enfermedades de la vejez. 

Así que mejor no pensar en todo aquello y seguir hasta donde se pueda. Ya que por ahí mas tarde la salud juegue en contra. Entonces llega el momento donde un se arrepiente de las cosas que pudo haber hecho y no las hizo. 

¡¡¡¡ FELIZ AÑO Y UN EXCELENTE 2023 !!! 🍻🍻🍻🍻🍸🍸🍸🎂🎂🎂


jueves, 8 de diciembre de 2022

Bañarse


 





Que es lo que lleva a la gente a no bañarse. Y el semáforo que onda ¿se pone verde para que pasen sin bañarse? ¿ cambia a amarillo si se bañan? ¿ se pone rojo para que no avancen hasta que se vuelvan a ensuciar?

viernes, 18 de noviembre de 2022

De repente

 De repente.


Aparece de repente

Provocando desconcierto entre la gente


En tiempos de primavera

Con las flores de los jacarandás cubriendo las veredas


Trayendo un nuevo aroma

Haciendo que todo huela a rosas


Con un color distinto

Tiñendo pavimento y edificios


Irradiando dosis de sueños

Al constante lamento porteño


Descargando litros de amor

Buscando acabar con el enojo de hoy


Para finalmente abandonarnos

Cuando menos lo esperamos

sábado, 15 de octubre de 2022

Un destino

 Un Destino

 

Matías trabajaba en un negocio de ropa en Once. Entraba a las 9 hs . Para eso tomaba el 124 en Lope de Vega y Beiro. Ya que vivía a pocas cuadras de allí.

Christian hacia repartos con su moto. Cuanto mas hacia mejor. Ya que le dejaban mayor cantidad de dinero. Y con él debía pagar el alquiler de su departamento de Boedo. Las expensas, impuestos, alimentos. Y cada vez lo que sacaba le alcanzaba para menos. Para ello a veces para ganar tiempo iba a alta velocidad. Gambeteaba el tránsito en zigzag, por la vereda. Lo bueno era que compartía el departamento con un amigo y dividían los gastos.

Matías aún vivía con sus padres. Trabajaba de lunes a viernes hasta la tarde. A veces los sábados por la mañana. Por la noche estudiaba. Quería ser odontólogo.

Un día al igual que tantos  Christian andaba con su moto. Debía retirar un paquete en el Centro y llevarlo a Ramos Mejía.

Matías iba al Once en el 124. Como lo hacia habitualmente.

Christian tomo por San Juan para después agarrar Colombres ,su continuación Salguero y luego doblar por Corrientes.

Matías iba sentado del lado de la ventanilla . Estaba por Abasto. El transito era un caos. El colectivo avanzaba un poco. Estaba parado un rato para después volver a seguir su marcha. 

Christian esquivaba los coches como podía. Pasaba de la mano izquierda a la derecha en cuestión de minutos.

Matías estaba por bajarse en Uriburu cuando lo llama su jefe al celular para consultarle algo. Ya conocía la parada de memoria.

A Christian no paraban de mandarle whatsapp los clientes. Como podía los iba respondiendo. Sobre todo el del pedido que debía buscar en el Centro y llevar a Ramos Mejía antes de las 11. Faltaban minutos para las nueve. El transito seguía siendo un caos.

Matías bajó  del colectivo mientras le seguía explicando por teléfono algo a su jefe. Sintió un fuerte golpe. Algo lo arrollo al suelo. A los pocos minutos quedo tirado en el piso. Perdió el conocimiento.

Christian no lo podía creer. Iba respondiendo los whatsapp mientras conducía y no vio a Matías cuando se bajaba. Quedo tirado en la vereda. No se podía mover. Gritaba del dolor.

Al rato llegaron las ambulancias. Trasladaron a ambos al hospital de Clínicas.

Pasaron varios días. Una vez que le dieron de alta a Matías tenía medio cuerpo paralizado. Debía andar en silla de ruedas. Tuvo la suerte que recobro el conocimiento y el golpe no le afectó el cerebro.

A Christian le amputaron una pierna y un brazo. Agradeció que tenia puesto el casco.

Semanas después Christian buscando en internet pudo hallar a Matías. Tomó un taxi hacia su casa. Ayudándose a pararse con las muletas que llevaba.

Tocó timbre y apareció Matías en silla de ruedas. Le pidió perdón mientras se quebraba en llanto.

Matias le dijo que no. Que la culpa fue suya por no mirar.

Ambos se abrazaron como pudieron. A la vez que no podían parar de llorar. 

sábado, 9 de abril de 2022

Cielos de agua

 Cielos que agua que se evaporan con el calor

Vapor que cae formando ríos de nubes

Nubes llenas de humedad que que va mojando todo lo que toca

Rocío que asciende al cielo volviéndolo a llenar de agua. 



sábado, 19 de marzo de 2022

Buenos Aires 2020

 Buenos Aires 2020.


Transcurría el año 2020. La gente de clase media vivía en Capital. El norte y oeste del Conurbano eran zonas exclusivas de quintas y barrios privados. Varios Kilómetros al sur del Riachuelo se extendía una enorme villa de emergencia. La cual estaba rodeada de gruesos muros de cemento terminados en alambres de púa electrificados para evitar que alguien se escape. También era vigilada por centenares de militares armados.
En los dos primeros sectores la gente leía las noticias solo a traves de internet. No había diarios ni revistas debido a que los bosques corrían peligro de extinción y por lo tanto estaba prohibido el uso de la madera. Razón por la cual los muebles eran de plástico y los asados se hacían colocando el menú sobre una hornalla a gas ubicada en el interior de cada parrilla. Los chicos no iban a la escuela, sino que los maestros y profesores eran pagados por sus padres para que fueran a enseñarles a sus casas. El fútbol y los conciertos de música se hacían a puertas cerradas. La gran atracción eran los Entreteniment Watch, especies de cibercafés desparramados por todos los barrios en donde uno abonaba y se sentaba frente a una pantalla. Allí luego de ponerse un audífono y anteojos tridimensionales podía mirar en directo el partido que prefiera, algún recital o pelicula que recién se haya estrenado.
En cambio los habitantes del último sector, que eran la mayoría, vivían hacinados en casillas de chapa y lona. No tenían luz, gas ni teléfono. El agua corriente era escasa. Tampoco había hospitales ni centros de salud. Las enfermedades causaban decenas de muertes por día.
Horacio miraba tv en el living de su casa. Fué a ver y no encontró nada extraño. Cuando abrió la alacena se le abalanzaron unos insectos parecidos a las cucarachas pero mucho mas grandes. Los cuales estaban recubiertos de un grueso pelaje marrón y tenían una larga cola. Empezaron a caminarle por todas partes sin que pudiera hacer nada para espantarlos. Luego le clavaron un aguijón que poseían entre sus patas delanteras hasta dejarlo sin vida.
Carlos manejaba su camión mientras escuchaba música. Repartía carne para una cadena de supermercados. De pronto fué atacado por unas criaturas similares a las anteriores que le hicieron perder el control del vehículo.
Ana atendía un almacén. Cuando se fijó en una pantalla lo que había en las heladeras vió que en una los quesos estaban mordidos, había pedazos desparramados por todos lados. Como si algún roedor los hubiese atacado. Al abrirla comprobó que esa imagen era cierta. Bajó la viista y se encontró con una enorme cantidad de esos insectos. Estos la picaron por todo el cuerpo provocándole la muerte inmediata.
En todos los casos los familiares de las víctimas no sabían que hacer ni donde ir. Solo se limitaban a llorar por sus seres queridos y cuidar la higiene en sus hogares.
Semanas después un grupo de empleados del Gobierno realizaban una limpieza en los bosques de Palermo. Debían terminar antes del mediodía como era habitual. Momento en el que activaban las cámaras de seguridad y abrían el enrejado que lo rodeaba para permitir el acceso al público. Sin embargo eso no ocurrió. En un zanjón hallaron varios huevos grises del tamaño de una manzana.
Luego fueron atacados por varias de esas criaturas. La mayoría logró huir. Otros tantos no corrieron igual suerte.
A la mañana siguiente arribaron algunos de esos empleados acompañados por personal de seguridad. Al ver que se multiplicaban y no dejaban de acercarse los miembros de este último grupo decidieron abrir fuego. Lo que hizo que algunas escaparan y otras fallecieran al instante. Pero que una gran mayoría se abalanzara sobre las personas que estaban allí provocándoles heridas importantes e incluso la muerte. Finalmente atraparon a una y la llevaron a analizar.
Luego de varios días y en vivo para las principales cadenas de radio y televisión el Ministro de salud explicó que esos animales nacieron en las orillas del Riachuelo y lentamente fueron expandiéndose hacia otras zonas. También dijo que son omnívoros, tienen rápida reproducción y descienden de las ratas, cucarachas y otras especies de insectos. Pero mayor preocupación causó al comentar que se desconocen los motivos que los originaron y son resistentes a los venenos tradicionales. Que la única solución es evacuar la ciudad para después dinamitarla.
A partir de ese instante la gente no hablaba de otra cosa que no tuviera relación con ese tema. Desde los medios aconsejaban abandonar Buenos Aires. Los accesos se llenaban de coches a la vez que las empresas de transporte no daban abasto con los pedidos. En internet se multiplicaban los avisos referidos a negocios inmobiliarios.
También había enfrentamientos entre la policía y grupos de derechos humanos, organizaciones de izquierda. Estos pedían que el Gobierno construya viviendas populares en otras zonas, ponga micros gratuitos para hacer mas fácil la evacuación, ayude a irse a los que menos tienen. Pero desde el poder, con el argumento de que las protestas estaban prohibidas, solo se limitaban a reprimir con balas de plomo y unos rayos verdes que mataba instantáneamente a todo aquel que lo alcanzara.
Mientras tanto esas criaturas seguían causando desastres. Hubo una tarde en la que se fueron encima de las personas que estaban en los juegos mecánicos ubicados en un sector del Parque Centenario. Otra mañana el Mercado Central amaneció plagado de esos insectos, lo que llevó a las autoridades a dinamitarlo. La linea A de subtes, a raiz de los numerosos ataques producidos en la estación General Paz, dejó de funcionar. Algo parecido ocurrió con el club privado que ocupaba el predio donde antiguamente se hallaba la Reserva Ecológica, al cual por seguridad se lo prendió fuego y se construyó un muro sobre la avenida Costanera para evitar que alguien ingrese.
Una vez que ya no quedaba mas nadie toda la ciudad fué bombardeada. Incluso la villa de emergencia, cuyos habitantes, al no tener ayuda del Gobierno ni forma de irse se tuvieron que quedar.
Semanas después todo era diferente. Lo que había sido Buenos Aires y el Conurbano ahora era un enorme manto de cenizas y escombros. La nueva capital pasó a ser Córdoba. Esto trajo algo de alivio en el Gobierno. Sobre todo porque ya no debía cargar con los millones de individuos que poseía esa villa y en el país se redujo el número de pobres.


Esto lo escribí en 2004. Mezcla de pensamientos propios e imaginación de como se hallaría la ciudad de Buenos Aires en 2020. Lo subí a este mismo blog en 2009. Luego en 2018 debido a que este blog llegaba a a década. Quería subirlo en 2020. Pero por el tema de la pandemia, que también se volvió a repetir el año pasado lo subo ahora. Ahora tendría que imaginar la ciudad en 2040 y hacer un cuento jaja.

sábado, 12 de febrero de 2022

Remeras blancas

 

Remeras blancas

 

Verano. Remeras blancas que, según dicen, sirven para aguantar mejor los rayos del sol. Remeras blancas que muestran la pureza. Blanco como el algodón, como la espuma que generan las olas del mar cuando rompen, como las límpidas nubes flotando allá en el cielo. Blancos también son los guardapolvos de los niños en las escuelas, la nieve que cubre los paisajes gélidos, los glaciares, la sal, la leche que nutre a los cuerpos a temprana edad, las hojas de papel, las frías lunas de invierno, la espuma que deja el jabón al lavar la ropa. Toda esa pureza blanca. Esa inocencia reflejada ahora en las remeras. Remeras blancas. Livianas. Dicen que bancan mejor el calor.

Todo muy lindo. Al no ser por otras cosas. En las remeras blancas se notan mas las manchas. Sumado a que en ciertas partes, producto de la transpiración toma un color cremita. Entonces hay que llevarlas a lavar. O hacerlo uno mismo. Una vez vueltas a usar aprietan. Quedan mas ajustadas. Achicadas. Como si alguien les hubiera quitado un trozo de tela. Al pegarse con mayor facilidad a la piel lleva a que esta transpire mas. Y la remera se manche otra vez de sudor dándole ese tono beige. La lavamos de nuevo. Se vuelve a consumir. Nos aprieta aún mas. Logrando que se ensucie con mayor facilidad. Provocando un círculo vicioso. Se mancha. La lavamos. Nos ajusta. Se ensucia con mayor frecuencia. La volvemos a lavar. Nos aprieta mas que antes.

Llegando un momento donde ya no nos entra. O lo hace de manera incomodísima. Entonces dejamos de usarla. Cosa que no pasa con tanta facilidad con las remeras de otro color.

sábado, 22 de enero de 2022

Verano


 

Verano


Otro año

Calendario que cambia

Sandias y helados

 

Palomas en los cables posando

Chicos jugando en las plazas

Calor quemando el asfalto

 

Luz que se corta

Protestas

Imágenes de gente metida en ríos y mares con olas


Ropas puestas a hervir

Lluvias benditas

Un sol que no se quiere ir


Refresco de sombras de árboles

Calles que se pierden

Veredas sin peatones

 

Peleas, gritos y discusiones

Pantallas violentas

Las chicharras con sus canciones

 

Lunas amarillas

Bares con música

Bebidas frías


sábado, 8 de enero de 2022

Charlas de estos tiempos

Luis pregunta_ ¿ ustedes ya tienen las tres  dosis

_Yo si_ responde Gastón

_ A mi me falta la última_ dijo Nicolás

A lo que Luis aclaró que se vacuno con la tercera hace unos días

_¿ les tocó siempre la misma vacuna?_ quiso saber Gastón

Nicolás contestó que le tocaron las dos de Astra Zéneca

_ a mi me dieron la primera de Sputnik, la segunda de Moderna y la tercera de Astra Zeneca_ acotó Luis

Gastón les dijo que le pusieron la primera de Astra Zeneca la segunda de Sinopharm y la tercera de Pfizer

_¿ les hizo algo?_ pregunto Nicolás

Luis contesto_ en las dos primeras nada. En la tercera me dio apenas unos grados de fiebre

Gastón dijo_ en la primera dosis al día siguiente estaba para atrás. Fiebre, cansancio, dolores. En la segunda un poco de dolor en el hombro del pinchazo y algo de cansancio. En la tercera nada. Se ve que de a poco el cuerpo se va adaptando

_ yo en la primera no sentía nada. Estaba lo mas bien_ aclaro Nicolás para luego seguir_ después me desperté tipo 2 de la mañana con fiebre y chuchos de frío. Así que en la segunda empecé a tomar paracetamol apenas llegué a mi casa. Nada de hacer actividad física, caminar y al día siguiente solo sentía un poco de dolor en el hombro y nada mas.

Luis les hizo saber que le toco la primera en la Rural, la segunda en Parque Chacabuco y la tercera en Boedo en la cancha de San Lorenzo.

Gastón fue a vacunarse primero en Usina del arte , luego en la Rural y por último en el Corralón de Floresta

Nicolás se dio en la Rural y en el Parque de la Estación

Gastón les comentó que tiene muchos contactos cercanos que estan aislados o dieron positivos con esta nueva variante Omicron. A lo que tanto Nicolás como Luis comentaron que les pasa lo mismo. Amigos, parientes, conocidos, vecinos.

_¿ Vamos a tomar algo?_ preguntó Nicolás

A lo que Luis respondió_ está complicado hoy en día con todos estos nuevos contagios que hay

Pero nosotros ya estamos vacunados_ comentó Gastón para después seguir_ podemos ir afuera a un bar donde no haya tanta gente y listo.

A lo que tanto Luis como Gastón asintieron



jueves, 9 de diciembre de 2021

El criadero

 

 

El criadero  

  

Roberto y Elena eran propietarios de un campo en la provincia de Corrientes. Tenían vacas, chanchos, gallinas, colmenas, árboles frutales. Producían quesos, dulces, jugos, huevos, miel, mermeladas. Aunque en realidad los que hacían esos trabajos eran los peones y obreros. Quienes a la vez eran dirigidos por capataces.   

Aquel matrimonio además se repartía su tiempo entre un lujoso piso que tenían en la ciudad de Corrientes frente al rio Paraná y otro en Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires. Durante los meses de verano la pasaban en un chalet situado en La Falda con vista a las sierras y en otro ubicado en una zona residencial de Pinamar. De estos también eran dueños.   

Hace un tiempo, producto de la cada vez mayor sequía, sumado al aumento del precio de los combustibles, alimento de los animales, fertilizantes, y al mismo tiempo una caída en las ventas ese campo ya no les rendía como antes. Iba a pérdida. Tanto a Roberto como a Elena se les hacía cada vez más difícil mantener toda esa estructura. No dejaban de pensar en como poder reinventarse.   

Ese campo lo había adquirido el bisabuelo de Roberto hace más de un siglo. Luego se fueron pasando los bienes de padres a hijos hasta llegar a los actuales dueños. Los padres de Roberto habían fallecido. La madre de Elena aún vivía en la misma casa donde ella había nacido. En la ciudad de Corrientes. Elena supo poco y nada de su padre. Cuando era niña este se fue para nunca más volver.  

Cierto día los propietarios de ese inmueble decidieron dejar atrás la actividad que venían desarrollando para poner un criadero de humanos. Los galpones donde antes albergaban animales y producían los alimentos ahora lo remodelaron. También pusieron filas de camas de dos plantas. En el casco de estancia donde ellos habitaban instalaron un sistema de vigilancia. Para ello debieron comprar un nuevo generador de electricidad. Y llamar a alguien para que colocara los cables, pantallas y cámaras de seguridad. Una vez terminada esa obra empezaron a secuestrar hombres y mujeres jóvenes de las villas de las principales ciudades del país. Roberto y Elena se encargaban de monitorear todo. Contaban con tres camionetas 4x4, dos camiones, un helicóptero y dos avionetas. Utilizaron a los capataces y los peones para llevar a cabo los operativos. Los capataces manejarían los vehículos. Y serian acompañados por grupos de peones. A quienes los armaron para hacer el trabajo sucio entrando a las barriadas y llevándose a las personas que coincidían con sus preferencias.  

A la gente que secuestraban las encerraban en los galpones donde habían puesto las camas. Dándoles de comer tres veces al día. Una vez que llegaron a los doscientos hombres y a la misma cantidad de mujeres terminaron con los secuestros. Ahora los obligaron a tener sexo entre ellos. Cada día con alguien distinto. De modo que cada una de las doscientas mujeres debía tener sexo con un hombre diferente cada veinticuatro horas para que todos pudieran relacionarse.  

A los bebes que nacían los alojaban en otro sector aparte. 

Roberto y Elena se conocieron hace tres décadas. En la ciudad de Corrientes. En el cumpleaños número veinte de una amiga de la infancia de Elena. Dando la casualidad que también resulto ser la ex compañera de la secundaria de Roberto. Después se casaron. Al poco tiempo llegaron los hijos. Tuvieron tres. Jorge el mayor que actualmente vivía en Miami. María, la del medio que lo hacía en Madrid. Y Nicolás, el menor que residía en la ciudad de Buenos Aires. Roberto ahora estaba por alcanzar los cincuenta. Elena era tres años menor.  

Aquel matrimonio se enteraba de lo que pasaba en el mundo exterior a través de internet. Veían que se multiplicaban las noticias sobre desapariciones de personas en los barrios marginales de ciudades como Quilmes, Córdoba, Rosario, Mendoza, Mar del Plata. Incluso hubo incidentes en Merlo donde vecinos enfurecidos tiraron piedras contra patrulleros y prendieron fuego una comisaria. Algo parecido ocurrió en Neuquén con una marcha pacífica hacia la casa de Gobierno. La cual termino con una represión policial con balas de goma y gases lacrimógenos. Sin embargo ellos se sentían a salvo. Su campo se hallaba alejado de todo. Separado de la ruta 12 por más de cien kilómetros de caminos de tierra. Cuando llovía se convertían en barro. Y solo se podía acceder hasta allí mediante vehículos todo terreno. Jamás nadie se enteraría. Sumado a que al ser personas que viven en sitios marginales no tienen el mismo peso que alguien que habita las zonas mas acomodadas.   

Roberto y Elena habitaban el casco de esa estancia. Separado por alambrados e hileras de eucaliptus del resto de ese inmueble. Ahí tenían una pileta de natación para disfrutarla en los días de calor. Una cancha de golf donde Roberto practicaba ese deporte. Incluso a veces invitaba a amigos así acompañaban. También una huerta. Ya que a Elena le encantaba lo relacionado a la jardinería. Regaba las plantas, las cuidaba. Le encantaba cuando para la primavera estas reverdecían y se llenaban de flores. También poseían aparatos de gimnasia y pilates para mantenerse en forma. Tenían dos computadores. Una era de Roberto y otra de Elena. De modo que cada uno la usaba a su manera. Ver videos, películas, escuchar música, la radio, leer noticias, jugar, aprender recetas de cocina, modos de comer mas saludable o cuidado de las plantas. Además de hablar con sus hijos. Ya que en eses sitio. Alejado de los centros urbanos era poca o nula la señal que tenían en los celulares.  

Cuando los nacidos en ese campo llegaron a los primeros seis años de vida sus dueños utilizaron a los peones y capataces para matar a todos los individuos que habían secuestrado. Luego los enterraron en una enorme fosa.
A esos niños se encargaron de llevarlos a los galpones donde antes alojaban a las personas secuestradas. Les enseñaban tareas como recolectar frutos maduros, preparar pan, podar. También asuntos como lavar los utensillos donde comen, limpiar los sitios donde duermen o hacen sus necesidades, asearse, cocinar los alimentos. Con la idea de que luego hicieran todo ellos.   

Anteriormente tanto Roberto como Elena invitaban  a amigos o familiares a pasar unos días en su estancia. Pero una vez que comenzaron con esa nueva actividad no trajeron más a nadie. Ahora ellos iban por separado a visitar a algunos amigos que les quedaron de la juventud. No querían dejar solo ese campo. Estaban mas ocupados. Necesitaban estar al tanto de todo lo que pasaba. Roberto a veces visitaba a su hermano que vivía en Salta y era propietario de grandes extensiones de viñedos. Lo mismo hacía Elena con su madre. También se turnaban para ir a las distintas propiedades que tenían. Cuando iban a visitar a Nicolás, su hijo menor que vivía en el barrio de Belgrano en la ciudad de Bueno Aires, le aseguraban que cuando ellos enfermaran le pasarían la herencia.  

Una década después empezaban a dividir un espacio de ese campo en lotes y arrendarlo. Una parte a laboratorios médicos. Otra a barrabravas de futbol. Un tercer sector sería para los curas. Uno iría para el Estado. Los narcos también tendrían su espacio. Y un sexto lugar para la policía.  Cuando esos chicos alcanzaban los dieciséis años los separaban y los llevaban a cada lote según las necesidades de cada uno de estos actores. Los laboratorios los utilizaban para hacer experimentos, probar nuevos remedios. Si fallaban con uno los reemplazaban por otro. Ya que esos chicos al no tener identidad eran como si no existieran. Los barrabravas les enseñaban canciones de cancha, alentar por ciertos clubes y les daban camisetas de equipos de futbol. Una vez que aprendían todo eso los llevaban a los estadios para gritar por tal equipo. Así llenaban los estadios. Aparte les resultaba gratis ya que no pedirían nada a cambio. Los curas los adoctrinaban con cuestiones ligadas al catolicismo para que estos luego pudieran dar catequesis en las Iglesias. Llevando la palabra de Dios a las nuevas generaciones.  El Estado los usaba para hacer obras cono repavimentación de calles, mejoramiento de rutas, arreglo de plazas, limpieza de espacios públicos. Le resultaba más cómodo que tener que contratar personal y pagar salarios. Estos nuevos trabajadores jamás reclamarían, harían huelgas o pedirían aumento. No tenían idea de esos asuntos. Ni siquiera sabían leer o escribir. Tampoco tenían DNI. Los narcotraficantes los volvían adictos a ciertas sustancias para quemarles el cerebro. Una vez que lo hacían los utilizaban como soldaditos. Y si alguno no se adaptaba a sus exigencias lo desechaban y traían otro. Total no figuraban en ningún lado.  Y la policía también se aprovechaba de ellos enseñándole a disparar, patear, golpear. O alguna que otra palabra que en su jerga que creían necesaria. Para después obligarlos a hacer trabajos como desaparecer personas, cometer asaltos, amenazar con secuestrar. 
La parte de ese campo que aún permanecía en manos de Roberto y Elena era usado como como reservorio. Al grupo de chicos que continuaba allí lo conservaban para reproducirse y agrandar esa población. Estos seguían haciendo trabajos tanto rurales como domésticos. Además de ser obligados a tener relaciones sexuales una vez por mes.
  

Los bebés que seguían naciendo eran colocados en el mismo sitio donde habían parido ellos. A los seis años aprenderían a recolectar frutos, echar fertilizantes a la tierra, limpiar los baños, cocinar.  Una década después algunos se quedarían para procrear. Otros  a cambio de dinero serían entregados a los diferentes arrendatarios según sus necesidades.  

Roberto y Elena estaban entusiasmados viendo como este emprendimiento prosperaba. Su estancia volvía a ser rentable. Y el negocio no paraba de crecer. No solo ganaban dinero por cada chico que vendían. Sino también por las rentas que le cobraban a sus inquilinos. Ahora contrataron personal de seguridad para vigilar su campo. Así podían salir sin necesidad de estar siempre ahí para controlar lo que ocurría. Tenían mas tiempo para todo. De nuevo iban los dos juntos a visitar amigos y familiares. También a los chalets que usaban para pasar los veranos como al resto de sus propiedades. Pusieron un sistema de seguridad en cada una de ellas para poder ver desde donde se hallasen lo que pasaba en su estancia.   

Como producto de este logro que habían conseguido estaban planificando hacer un viaje a Europa.

 

sábado, 6 de noviembre de 2021

Tiempos

 Tiempos

Hubo un tiempo que avanzaba a toda velocidad. En su afán de correr se terminó estrellando. Choco con una roca gigante que no llego a vislumbrar en su alocado recorrido. Termino hundiéndose para siempre en las profundidades.

Meses después desde esas profundidades emergió otro tiempo. Tiempo que permaneció siglos allí enterrado sin que nadie lo pudiera ver. Aun desconocido para la mayoría de los mortales. Solo sabemos una pequeña parte de él. El aquí, el ahora. Todavía no podemos saber del todo como es. Que busca, sus reglas, sus comportamientos. Es demasiado nuevo. Recién lo estamos descubriendo. Los años, décadas o siglos darán las respuestas. Si se termina pareciendo al tiempo anterior, si es mejor. O si por el contrario. Termina siendo mucho mas agresivo.

viernes, 9 de julio de 2021

sábado, 5 de junio de 2021

Pasajes

 




Pasajes

 

De la avenida a la calle

Del ojo al paisaje

 

De la semilla a la flor

De la ventana al sol

 

De la noche a la mañana

De los días a las semanas

 

Del otoño al invierno

De la realidad al sueño

 

Del rio al mar

Del aquí al allá

 

Del corazón a la acción

Del cerebro a la razón

 

 

domingo, 9 de mayo de 2021

Creaciones

 

Creaciones

 

El agua creo la sed

La comida el hambre

Los remedios la enfermedad

 

La luz inventó el sol

Las estrellas la luna

La lluvia las nubes

 

La miel creo a las abejas

El vino las uvas

El dulce las ciruelas

 

El helado inventó el freezer

La pizza el horno

El mate el termo

 

Los peces crearon los ríos

Las aves el aire

Los árboles la tierra

 

La vista inventó el ojo

Los sonidos el oído

Las palabras la lengua

 

 

sábado, 3 de abril de 2021

Argumentos

 

Mónica iba caminando a la casa de Patricia . Quería darle un regalo por su cumpleaños. Deseaba llegar antes de que la agarre la lluvia. Se cortó la luz. El tren paró en la estación para luego seguir su camino. Pasaban muchos coches por la avenida. Cantó falta envido. Mientras tanto aquel hombre estaba sentado en un banco de aquella plaza dándole de comer a las palomas. Pero Claudio se quedó dormido. No escucho el despertador. Se levantó una hora después para salir corriendo a su trabajo. A Andrés le robaron el celular mientras caminaba. Por suerte no le hicieron nada. Empezó a nevar en la alta montaña. El calor era infernal. Al terminar de comprar cerveza, Gastón llamó para pedir empanadas. Venían tres amigos a cenar.  Dos adolescentes se besaban en una esquina. Y Eduardo miraba las noticias que salían de esa pantalla después de haberse pedido un café con medialunas. Era una noche de luna llena. El sol goleaba con fuerza los techos de cemento en aquel mediodía. Sergio acordó en ir a ver a su novia que vivía a una hora en auto. Pensaba quedarse allí todo el fin de semana. Clara tomaba mate en la cocina. Franco acababa de ganar la lotería. Mientras aquel perro subido a la baranda de esa terraza no dejaba de ladrar a los demás perros que pasaban. Hubo una crecida del Río de la Plata. El señor puso en marcha el taxi y arrancó. José estaba esperando que venga el gasista a arreglar el calefón. El viento empujaba las ramas de los árboles. Las hojas se desparramaban sobre la vereda. Esta vez Natalia no fue al bar con sus dos amigas. No se sentía del todo bien. Prefirió quedarse en su casa leyendo. Pasó un avión. Sin embargo la cola era cada vez mayor en aquel local de pagos rápidos. Lo que no impidió que ese mosquito se abalance sobre la pierna de Kevin para picar su piel y luego huir. Llegó el colectivo. Todos se subieron. Marina, tras terminar de atender al último paciente cerró el consultorio para emprender el viaje de regreso a su casa. Las flores se veían preciosas junto a esa fuente. Rodrigo tomo la bici y se puso a andar. El gato empezaba a maullar. Agustín fue a lo de un amigo después de salir de la escuela. Sin embargo el pronóstico anunciaba mal tiempo. Pero finalmente Laura pudo recibirse de arquitecta. La farmacia acababa de abrir sus puertas. Mientras tanto la plaza se iba llenando de gente a medida que avanzaba la tarde. Una moto estuvo a punto de chocar con un camión. Menos mal que el conductor de este último tuvo buenos reflejos para evitarlo. Aunque ese equipo otra vez volvió a perder. Pero María finalmente pudo ser abuela. Su nieta se iba a llamar Karen. Había refrescado. Ignacio se puso una campera antes de salir. Hirvió el agua.

 

 

 

sábado, 20 de marzo de 2021

A un año.

 


Cuando empezó la cuarentena pensaba. Nos guardamos todos por un tiempo. Los repatriados vuelven y hacen cuarentena. Los que están contagiados se curarían y en uno o dos meses esto se acabaría.
Como le erré
Después creía que con la llegada de la primavera, luego el verano se iba a ir.
Mas tarde se informó que había una segunda ola. Pero supuse que a la haber una importante cantidad de población vacunada el virus se debilitaría hasta quedar como una enfermedad respiratoria mas. 
Luego aparecieron las noticias de las nuevas cepas mas dañinas. Y que no hay suficiente cantidad de vacunas para abastecer a toda la población mundial. Sumado a la guerra de patentes, laboratorios, gobiernos, egocentrismos, arrogancias, países mas pudientes que otros. 
A un año prácticamente estamos como al principio. Marzo del 2020. O aún peor. Ya que allí partíamos de cero. Era todo nuevo.
Ahora tenemos alrededor de 8000 casos diarios, la llegada del otoño y un seguro aumento. Con el personal de salud sobrecargado, agotado. Y un cansancio general. Acordarse de llevar y ponerse alcohol en gel. Usar barbijo por mas que al caminar dificulte la respiración, provoque agitamiento o a los que usamos anteojos se nos empañe el vidrio. Evitando ir a lugares cerrados o donde hay demasiada gente. Posponiendo las reuniones. Salir para trabajar, hacer algún trámite, visita al médico o un poco de caminata o ejercicio físico. Sumado a la enorme cantidad de cosas que aún no pudieron abrir ni se sabe cuando. O lo pudo hacer solo una parte mínima. Empresas relacionadas con el turismo, hotelería, vuelos, teatros, recitales, cines, boliches. Y los miles de empleos que se perdieron. Tanto en Argentina como en los demás países
Sumado al factor tiempo. Un año se pasó. Pero otro año mas así parece mucho. Los niños se vuelven adolescentes, los adolescentes se hacen jóvenes y los jóvenes adultos. Y nuestro cuerpo se va desgastando mientras avanzamos en edad. Hay cosas que si uno no las hace en su debido tiempo después se termina arrepintiendo, frustrando. 
Por otro lado si actuaríamos como si nada la segunda ola terminaría siendo un tsunami.
Pero si no hacemos las cosas no sabemos cuando esto se termina. Por ahí cuando llegue ese momento ya sea demasiado tarde. En cambio si las hacemos muchos además de contagiarnos llevaríamos el virus donde vayamos y sería un descontrol. Los casos se multiplicarían.

Estamos frente a una encrucijada. 

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Hace un año atrás decía esto:


Se ira 

https://yangus00.blogspot.com/2020/03/se-ira.html

Y vino nomas. Apenas semanas no lo hubiéramos imaginado. Lo mirábamos por la tv como algo lejano. Que tal vez llegara con los primeros fríos de finales de mayo principios de junio.


Estábamos metidos en nuestros asuntos. La pobreza y muertes por desnutrición en las provincias del norte, los constantes desmontes en áreas delicadas, la inflación, el dengue, la falta de monedas de $5, el paro de mujeres, los sojeros que no querían respetar la ley. Los proyectos a tratar en el Congreso para que los jueces cobren un poquito menos, la ley para despenalizar el aborto. Si se va a pagar o no la deuda externa. De que manera. A quien le correspondería. Si entramos en default. Viendo como seguía la Superliga, las fechas del Lolapalloza, los nuevos estrenos de cine, actividades teatrales, la nueva edición de la Feria del libro, Soda Stereo 2020 (que para mi sin Cerati no es Soda), los shows de Divididos, Kapanga, Kiss, la llegada del aniversario del triste accidente de Sergio Denis.

Sumado a las cosas de cada uno. Trabajo, proyectos para este 2020, reuniones, cumpleaños, salidas.
Para mi el año en parte arranca en marzo. Cuando ya la mayoría volvimos de las vacaciones,  termina el carnaval, se acaban las jornadas de calores agobiantes. Arrancan las diferentes actividades, programaciones. Las clases.

Y de golpe esta epidemia. Como si estuviésemos viviendo una película de catástrofe mezcla ficción y terror. Una pesadilla en la que no podemos despertar. Una cápsula en la que nos hemos metido. Donde vamos perdiendo noción del tiempo. Una especie de limbo. Todo lo que vivimos, sentimos o pensábamos hace días se hubiera borrado de nuestra existencia. Paralizados. Encerrados. Suspendidos en el tiempo. Solo escuchando como avanza esta enfermedad. Los nuevos casos y las medidas que hay que tomar.

Algunos dicen que este virus fue implantado en China por militares estadounidenses. En el conflicto que tienen ambos países. Aunque ahora aparecen datos que el gobierno de China sabía de la gravedad de la naciente epidemia y la ocultó. Otros que se trata de una bacteria que se halla en los murciélagos. Y en este caso saltó al ser humano. Como ocurrió con la gripe porcina H1N1. Que hay cientos de estos virus en los animales que aún desconocemos. Sin descartar que algún otro año algo similar vuelva a ocurrir. También, no me acuerdo ya si lei o escuche, que fue un llamado de atención de la Tierra. El precio que estamos pagando por todos los males que le venimos haciendo. Extinción de especies, contaminación, deforestación, incendios, polución, extractivismo, depredación. Quien sabe.

Esto seguramente esto se irá. Nada es para siempre. Después de cada tormenta vuelve a salir el sol.  La noche termina en el amanecer. 

Una mañana despertaremos sintiendo mas fuerte que nunca la melodía del zorzal. Volveremos a caminar libremente por las calles. Sin miedo a que nos paren. Las fuerzas de seguridad se irán a sus casas porque ya nada tendrán que hacer. Dejaremos de andar con el miedo de contagiar a alguien o ser contagiados porque esto quedara en el pasado. Respiraremos la brisa del otoño que ya comenzó. Viendo como los árboles se van pintando de amarillo. Perdiendo sus hojas para desnudarse en invierno y reverdecer en la primavera.
Llenaremos los parques, andaremos por avenidas repletas de autos. Sentiremos la magia de las noche a medida que se encienden las luces. Escucharemos la música que sale desde algún bar. Los gritos. Las risas. Volveremos a ver que hay de nuevo en materia cultural.

Brindaremos por el presente. Dejando este momento sepultado para siempre en el álbum de los recuerdos.