sábado, 3 de abril de 2021

Argumentos

 

Mónica iba caminando a la casa de Patricia . Quería darle un regalo por su cumpleaños. Deseaba llegar antes de que la agarre la lluvia. Se cortó la luz. El tren paró en la estación para luego seguir su camino. Pasaban muchos coches por la avenida. Cantó falta envido. Mientras tanto aquel hombre estaba sentado en un banco de aquella plaza dándole de comer a las palomas. Pero Claudio se quedó dormido. No escucho el despertador. Se levantó una hora después para salir corriendo a su trabajo. A Andrés le robaron el celular mientras caminaba. Por suerte no le hicieron nada. Empezó a nevar en la alta montaña. El calor era infernal. Al terminar de comprar cerveza, Gastón llamó para pedir empanadas. Venían tres amigos a cenar.  Dos adolescentes se besaban en una esquina. Y Eduardo miraba las noticias que salían de esa pantalla después de haberse pedido un café con medialunas. Era una noche de luna llena. El sol goleaba con fuerza los techos de cemento en aquel mediodía. Sergio acordó en ir a ver a su novia que vivía a una hora en auto. Pensaba quedarse allí todo el fin de semana. Clara tomaba mate en la cocina. Franco acababa de ganar la lotería. Mientras aquel perro subido a la baranda de esa terraza no dejaba de ladrar a los demás perros que pasaban. Hubo una crecida del Río de la Plata. El señor puso en marcha el taxi y arrancó. José estaba esperando que venga el gasista a arreglar el calefón. El viento empujaba las ramas de los árboles. Las hojas se desparramaban sobre la vereda. Esta vez Natalia no fue al bar con sus dos amigas. No se sentía del todo bien. Prefirió quedarse en su casa leyendo. Pasó un avión. Sin embargo la cola era cada vez mayor en aquel local de pagos rápidos. Lo que no impidió que ese mosquito se abalance sobre la pierna de Kevin para picar su piel y luego huir. Llegó el colectivo. Todos se subieron. Marina, tras terminar de atender al último paciente cerró el consultorio para emprender el viaje de regreso a su casa. Las flores se veían preciosas junto a esa fuente. Rodrigo tomo la bici y se puso a andar. El gato empezaba a maullar. Agustín fue a lo de un amigo después de salir de la escuela. Sin embargo el pronóstico anunciaba mal tiempo. Pero finalmente Laura pudo recibirse de arquitecta. La farmacia acababa de abrir sus puertas. Mientras tanto la plaza se iba llenando de gente a medida que avanzaba la tarde. Una moto estuvo a punto de chocar con un camión. Menos mal que el conductor de este último tuvo buenos reflejos para evitarlo. Aunque ese equipo otra vez volvió a perder. Pero María finalmente pudo ser abuela. Su nieta se iba a llamar Karen. Había refrescado. Ignacio se puso una campera antes de salir. Hirvió el agua.

 

 

 

sábado, 20 de marzo de 2021

A un año.

 


Cuando empezó la cuarentena pensaba. Nos guardamos todos por un tiempo. Los repatriados vuelven y hacen cuarentena. Los que están contagiados se curarían y en uno o dos meses esto se acabaría.
Como le erré
Después creía que con la llegada de la primavera, luego el verano se iba a ir.
Mas tarde se informó que había una segunda ola. Pero supuse que a la haber una importante cantidad de población vacunada el virus se debilitaría hasta quedar como una enfermedad respiratoria mas. 
Luego aparecieron las noticias de las nuevas cepas mas dañinas. Y que no hay suficiente cantidad de vacunas para abastecer a toda la población mundial. Sumado a la guerra de patentes, laboratorios, gobiernos, egocentrismos, arrogancias, países mas pudientes que otros. 
A un año prácticamente estamos como al principio. Marzo del 2020. O aún peor. Ya que allí partíamos de cero. Era todo nuevo.
Ahora tenemos alrededor de 8000 casos diarios, la llegada del otoño y un seguro aumento. Con el personal de salud sobrecargado, agotado. Y un cansancio general. Acordarse de llevar y ponerse alcohol en gel. Usar barbijo por mas que al caminar dificulte la respiración, provoque agitamiento o a los que usamos anteojos se nos empañe el vidrio. Evitando ir a lugares cerrados o donde hay demasiada gente. Posponiendo las reuniones. Salir para trabajar, hacer algún trámite, visita al médico o un poco de caminata o ejercicio físico. Sumado a la enorme cantidad de cosas que aún no pudieron abrir ni se sabe cuando. O lo pudo hacer solo una parte mínima. Empresas relacionadas con el turismo, hotelería, vuelos, teatros, recitales, cines, boliches. Y los miles de empleos que se perdieron. Tanto en Argentina como en los demás países
Sumado al factor tiempo. Un año se pasó. Pero otro año mas así parece mucho. Los niños se vuelven adolescentes, los adolescentes se hacen jóvenes y los jóvenes adultos. Y nuestro cuerpo se va desgastando mientras avanzamos en edad. Hay cosas que si uno no las hace en su debido tiempo después se termina arrepintiendo, frustrando. 
Por otro lado si actuaríamos como si nada la segunda ola terminaría siendo un tsunami.
Pero si no hacemos las cosas no sabemos cuando esto se termina. Por ahí cuando llegue ese momento ya sea demasiado tarde. En cambio si las hacemos muchos además de contagiarnos llevaríamos el virus donde vayamos y sería un descontrol. Los casos se multiplicarían.

Estamos frente a una encrucijada. 

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Hace un año atrás decía esto:


Se ira 

https://yangus00.blogspot.com/2020/03/se-ira.html

Y vino nomas. Apenas semanas no lo hubiéramos imaginado. Lo mirábamos por la tv como algo lejano. Que tal vez llegara con los primeros fríos de finales de mayo principios de junio.


Estábamos metidos en nuestros asuntos. La pobreza y muertes por desnutrición en las provincias del norte, los constantes desmontes en áreas delicadas, la inflación, el dengue, la falta de monedas de $5, el paro de mujeres, los sojeros que no querían respetar la ley. Los proyectos a tratar en el Congreso para que los jueces cobren un poquito menos, la ley para despenalizar el aborto. Si se va a pagar o no la deuda externa. De que manera. A quien le correspondería. Si entramos en default. Viendo como seguía la Superliga, las fechas del Lolapalloza, los nuevos estrenos de cine, actividades teatrales, la nueva edición de la Feria del libro, Soda Stereo 2020 (que para mi sin Cerati no es Soda), los shows de Divididos, Kapanga, Kiss, la llegada del aniversario del triste accidente de Sergio Denis.

Sumado a las cosas de cada uno. Trabajo, proyectos para este 2020, reuniones, cumpleaños, salidas.
Para mi el año en parte arranca en marzo. Cuando ya la mayoría volvimos de las vacaciones,  termina el carnaval, se acaban las jornadas de calores agobiantes. Arrancan las diferentes actividades, programaciones. Las clases.

Y de golpe esta epidemia. Como si estuviésemos viviendo una película de catástrofe mezcla ficción y terror. Una pesadilla en la que no podemos despertar. Una cápsula en la que nos hemos metido. Donde vamos perdiendo noción del tiempo. Una especie de limbo. Todo lo que vivimos, sentimos o pensábamos hace días se hubiera borrado de nuestra existencia. Paralizados. Encerrados. Suspendidos en el tiempo. Solo escuchando como avanza esta enfermedad. Los nuevos casos y las medidas que hay que tomar.

Algunos dicen que este virus fue implantado en China por militares estadounidenses. En el conflicto que tienen ambos países. Aunque ahora aparecen datos que el gobierno de China sabía de la gravedad de la naciente epidemia y la ocultó. Otros que se trata de una bacteria que se halla en los murciélagos. Y en este caso saltó al ser humano. Como ocurrió con la gripe porcina H1N1. Que hay cientos de estos virus en los animales que aún desconocemos. Sin descartar que algún otro año algo similar vuelva a ocurrir. También, no me acuerdo ya si lei o escuche, que fue un llamado de atención de la Tierra. El precio que estamos pagando por todos los males que le venimos haciendo. Extinción de especies, contaminación, deforestación, incendios, polución, extractivismo, depredación. Quien sabe.

Esto seguramente esto se irá. Nada es para siempre. Después de cada tormenta vuelve a salir el sol.  La noche termina en el amanecer. 

Una mañana despertaremos sintiendo mas fuerte que nunca la melodía del zorzal. Volveremos a caminar libremente por las calles. Sin miedo a que nos paren. Las fuerzas de seguridad se irán a sus casas porque ya nada tendrán que hacer. Dejaremos de andar con el miedo de contagiar a alguien o ser contagiados porque esto quedara en el pasado. Respiraremos la brisa del otoño que ya comenzó. Viendo como los árboles se van pintando de amarillo. Perdiendo sus hojas para desnudarse en invierno y reverdecer en la primavera.
Llenaremos los parques, andaremos por avenidas repletas de autos. Sentiremos la magia de las noche a medida que se encienden las luces. Escucharemos la música que sale desde algún bar. Los gritos. Las risas. Volveremos a ver que hay de nuevo en materia cultural.

Brindaremos por el presente. Dejando este momento sepultado para siempre en el álbum de los recuerdos.





sábado, 13 de febrero de 2021

Par, impar

 Par e impar


Par es lo estable. Lo que se acomoda. Zona de confort. Rutina. Lo planificado. 

2 + 2 = 4. 

Ocho porciones de pizza para dos personas. Dos vasos de agua llenos a la máxima capacidad de diez centímetros. Un coche con cuatro ruedas. Una silla con cuatro patas. 

Impar es lo inestable. Lo que no figuraba en los planes. No encaja ni se alinea. Molesta. Incomoda. No se conforma. Busca salir de cierto orden. 

2 + 3 no serían 4. Un 1 intentará a la fuerza meterse en ese 4. O buscará otro uno para llegar a ser 6. 

En una pizza con siete porciones la cosa cambiaría. Esas dos personas verían quien come una de más o de menos O verán cómo se reparten esa porción. 

Si habría tres centímetros de más por cada vaso de agua esto rebalsarían. Ese agua sobrante buscaría un lugar. Exigiría que le pongan otro vaso a su disposición para tener el mismo lugar.

¿ Tres ruedas para un auto?  Impensado. Todos los coches están preparados con dos ejes para que quepan las cuatro. Habría que inventar un auto modo triciclo. Tricicoche.

También debería buscarse la manera que una silla tuviese cinco patas. Esa quinta pata donde iría. ¿ En el centro tal vez? ¿ En algún costado? ¿ En alguna esquina al lado de alguna de las cuatro? Si es así al lado de que pata irían y porque. De lo contrario esa pata intentaría juntarse con otras tres para que le den una nueva silla. 


viernes, 15 de enero de 2021

La sandía 2

 

La sandía 2

 

Gabriela fue a la verdulería. Iba a comprar tomates, cebolla, lechuga. Pero sobre todo una sandía. Ya que Kevin, su hijo cumplía veinte años. Y para ello iban a recibir sobrinos, hermanos, sus padres. Y luego de cenar pensaban comer sandía con helado para el postre. Aunque por la pandemia tuvo que cambiar los planes. En vez de ir todos juntos los separaría por tandas. Una vez iría su hermana con sus dos hijos. En otra ocasión sus padres y suegros. En otra la hermana de su marido y sus tres hijas. Para finalizar el otro hermano de su marido con su hija y dos gemelos. Incluso si el día estaba lindo o depende de las ganas que tuvieran no descartaban la posibilidad de hacerlo en una plaza ubicada a cinco cuadras de su casa.

Llegó su turno. El verdulero primero peso todas las cosas que Gabriela eligió. Una vez que puso la sandía en la balanza esta explotó. El jugo se amontono en el piso y avanzó hacia el cordón de la vereda. Cayó al asfalto mezclándose con el agua de la zanja. De la cáscara crecieron flores amarillas. Y las semillas volaron rompiendo el vidrio buscando la tierra donde estaban los árboles de la calle. Se enterraron allí. Nadie tenía idea de lo que ocurría. Jamás vieron algo así.

 

Gabriela regresó a su hogar sin la sandía. Le dijo a Luciano, su marido, lo ocurrido pero este pensó que la estaba cargando. Al igual que Kevin.

 

Mientras tanto del sitio donde se enterraron las semillas crecieron nuevas sandías que explotaban y sus semillas se dispersaban. Ya no buscaban solo la tierra donde crecían los arboles. También las macetas, canteros, boulevares.

 

Gabriela fue a otra verdulería. Compró una sandía y no tuvo problemas. Le contó a la verdulera como a los demas clientes lo que le había sucedido pero nadie le creyó. Se reprochaba a si misma por no sacar fotos, filmar. No se le ocurrió. Eso que llevaba el celular en su cartera. Ahora no tenía pruebas.

 

Las sandías no paraban de crecer y explotar. Con el jugo que caía en las veredas. Las cascaras que no paraban de dar flores. Y las semillas que buscaban pedazos con tierra para reproducirse y expandirse. Se adueñaron de plazas, parques, obras en construcción. Se multiplicaban. Le sacaban espacio al resto de los arboles. De modo que estos se iban secando. Algunos se caían.

 

Luego fueron por baches, veredas rotas. A la vez que la ciudad empezaba a temblar. Como si fuese un sismo.

Las autoridades obligaron a los habitantes a evacuar hasta que los temblores no paraban. Ahora aparecían imágenes en la tv, redes sociales. Un fenómeno jamás visto. Sus familiares terminaron por creerle a Gabriela. Luciano tomó el auto y tanto él, como Gabriela y Kevin salieron. Aunque el tráfico era insoportable. Avenidas, calles y autopistas estaban colapsadas. No faltaban los bocinazos y peleas.

Los edificios de tanto temblar se iban resquebrajando. Caían cascotes. Y de las rajaduras de las paredes crecían nuevas sandías.

 

Mas tarde todas las construcciones acabaron por derrumbarse. De los cimientos emergían sandías.

Al rato ya no quedaba nada en pie. Casas edificios, arboles, postes de alumbrado público. Todo cubierto por sandías.

 

Gabriela junto a su marido y su hijo pararon a comer en un bar a varios kilómetros de la ciudad. Vieron por la tele que esta se había convertido en un bosque de sandías. El cual no paraban de expandirse.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Otro diciembre

 




Otro diciembre mas. Ultimo mes del año. Vamos a ver como viene el 2021. Esperemos que mejor que este 2020.
A veces da la sensación que ya nada es lo que era. Que algo se perdió para siempre. Nunca mas las cosas serán como antes. El mundo, la humanidad, la manera de vivir, de relacionarse.
O estaremos asistiendo al principio del fin. El planeta está en un punto de no retorno. Y no hay nada que diga que la humanidad, tal como la conocemos, tiene que ser eterna.
¿ Acaso no se extinguieron los dinosaurios, los mamut? ¿No peligra la vida de muchas especies?
Por ahí aparezcan nuevos seres que se adapten a estos tiempos venideros. Incluso otro tipo de humanos con capacidad de adaptarse a escenarios futuros. Así como en su momento se extinguieron los homo erectus y aparecieron los homo sapiens.



lunes, 23 de noviembre de 2020

La sandia

 


La sandía


Gabriela fue a la verdulería. Iba a comprar tomates, cebolla, lechuga. Pero sobre todo una sandía. Ya que su hijo al día siguiente cumplía veinte años. Y para ello iban a recibir sobrinos, hermanos, sus padres. Y luego de cenar pensaban comer sandía con helado para el postre. Aunque por la pandemia tuvo que cambiar los planes. En vez de ir todos juntos los separaría por tandas. Una vez irían su hermana con sus dos hijos. En otra ocasión sus padres y suegros. En otra la hermana de su marido y sus tres hijas. Para finalizar el otro hermano de su marido con su hija y dos gemelos. Incluso si el día estaba lindo o depende las ganas que tuvieran no descartaban la posibilidad de hacerlo en una plaza ubicada a cinco cuadras de su casa

Llegó su turno. El verdulero primero peso todas las cosas que Gabriela eligió. Una vez que puso la sandía en la balanza esta explotó. Las semillas se dispersaron por todos lados como si fueran balas. Rompiendo los vidrios, perforando el resto de la mercadería, las paredes, el techo. También en el cuerpo de Gabriela, el verdulero y los tres clientes que esperaban ser atendidos haciendo que gritaran del dolor. Y que la sangre empezara a derramar por todas partes. El jugo se transformó en un líquido espeso que bañaban los cuerpos de los presentes. Consumió todas sus partes dejando solo los esqueletos. Lo mismo hizo con el resto de las frutas y verduras. Luego ese liquido se fue por una rejilla que había detrás hasta perderse. De la cáscara salieron tallos grises que se fueron enredando por las columnas, la balanza, y cajones apilados.

Pasaron varias horas. Luciano, el marido de Gabriela, al ver que no regresaba le mandó watsapp, mensajes de texto. La llamó también pero nada. Le parecía extraño. Una vez que terminó de condimentar el pollo se dirigió hacia allí. La verdulería quedaba a dos cuadras de su casa. Iban todos los años.

Al llegar se sorprendió con lo que vio. Esqueletos tirados en un piso lleno de sangre. También frutas y verduras que solo les quedaba el carozo o las semillas, como si alguien las hubiera comido. Y tentáculos grises que cubrían las columnas, paredes.

Habló con las personas que estaban en la puerta. Algunos eran vecinos, otros familiares del verdulero o de los demas clientes. Nadie tenía idea de lo que había ocurrido. Jamás vieron o escucharon de un caso así.


sábado, 17 de octubre de 2020

Mis días

 A partir de mañana los días van a ser mios

Yo seré el dueño de cada uno de ellos.


Si estoy alegre.

Será un día de sol.


Si me encuentro triste.

Un día gris.


Si ando enojado.

Truenos, ráfagas y tormentas fuertes habrá en ese día.


Si tengo calor.

Será un dia frio.


Si tengo frío

Caluroso se presentará ese día.


Hasta que llegará un momento.

Que dejaré de ser  el dueño de los días.


Si estoy alegre.

Un día gris.


Si me encuentro triste.

Truenos, ráfagas y tormentas fuertes habrá ese día.


Si ando enojado

Será un día de sol.


Si tengo calor.

Un sol ardiente derretirá la ciudad.


Si tengo frío.

Un viento helado soplará.









miércoles, 12 de agosto de 2020

En el zoom

En el zoom


Eran las 19 de un viernes. Empezaba la clase de clown y juegos teatrales por zoom. Luego de hacer unos ejercicios de yoga y estiramiento cada uno debía presentarse. Hacía un bollo de papel y lo tiraba eligiendo a otro que estuviera en la pantalla. 

Luego de recibirlo, Lucía tiro el bollo a un chico. Este tras decir que se llama Mariano hizo lo mismo con una hoja de diario.
En otra escena cada uno debía elegir otra persona para crear una situación de conflicto. Terminaron juntos Lucía y Mariano. A Lucía, a poco de solucionar el arreglo le perdía de nuevo agua de una pared. Le había salido bastante caro. Mariano era el encargado que hizo mal la obra y tendría que volverla a hacer.

Estas clases se daban cada dos semanas. Gabriela era la profesora. Antes las daba en un espacio cultural de Almagro los martes y sábados. Hacia un mes que las empezaba a dar de este modo.
Un viernes había que cantar en coro. Mariano eligió a Lucía y luego sumaron a un chico mas llamado Agustin. Cantaron Muchacha ojos de papel de Spinetta. Mariano lo hacía desde su pieza. Tanto Lucía como Agustín desde el living.

Muchos se enteraron de las clases por las redes, otros por tener contactos con Gabriela. Había alumnos de Capital, Gran Buenos Aires, algunas provincias y hasta países como Chile y Perú. Algunos, principalmente los de CABA ya fueron a las clases de manera presencial años anteriores. Otros intentaban probar como era esta nueva modalidad. Total no tenían que viajar ni salir de sus casas.

En otra ocasión Lucía busco a  Mariano para hacer de exploradores. Disfrazarse con lo que encontraban a mano. Antiparras, anteojos de sol, linternas, gorros. Empezaba a haber buena onda entre ambos. Por mas que sea todo a traves de una pantalla. Cuando estaba por terminar la clase se dejaron sus números en el chat del zoom.

En la semana cada uno seguía con su vida. Se empezaban a hablar por whatsapp. Mariano le dijo que vive en Rosario. Se enteró de esta clase a traves de Facebook y queria ver como eran mediante este sistema. Lucia le contó que hace tres años vivía en Capital y había ido un par de veces al taller de manera presencial. Pero ahora estaba radicada en La Plata.

Mariano también le comentó antes tocaba el saxo en un grupo de jazz. Lo hacía en teatros, bares, espacios culturales. Ademas de trabajar con un amigo en una empresa de fletes. Ahora a raíz de todo esto se le rebusca vendiendo alfajores, pizzas o dulces por internet.
Lucia le hizo saber que es profesora de escritura. Daba cursos un día en un salón de una librería y otro en un bar. Hace mas de dos meses lo viene haciendo de manera virtual. Ademas de vender cosas que ella tejía.

En otro zoom debían decir una palabra y buscar a otro en el zoom para seguir la oración. Así Lucia recibió la palabra "en", agrego "la" y se la paso a Mariano, quien dijo " fuente" .

Una noche Mariano y Lucia volvieron a hablar. Esta vez por videollamada. Mariano le conto que vivía solo y no conocía La Plata. Lucia le dijo que estaba con su hermana y había ido a Rosario hace mucho un fin de semana largo.

Panificaron en encontrarse personalmente en Buenos Aires una vez que termine la pandemia.





P:D. Esto es lo ultimo que se me ocurrió. Recien salido del horno jaja. Ahora no se. Cuando se me vuelva a ocurrir algo mas o tenga ganas de publicarlo lo haré. No se cuando. Si en una semana, un año, una década o el proximo mes. Solo mi mente lo sabrá.



sábado, 18 de julio de 2020

Fin de una etapa

Después de casi doce años este blog llegó a su fin. Como tantas historias, etapas, periodos. Todo lo que empieza en algún momento tiene que terminar. 

Informes, noticias, videos, fotos, relatos, poemas, cuentos, acrósticos. Todo subido a este sitio durante mas de una década. Y como todo. Llega un momento en el que uno siente que ya subió todo. Que no aparecen nuevas cosas. Que fue un período en la vida de uno. Si bien esto es una red virtual que solo se lee en las computadoras hasta ahora los que lo manejamos somos seres humanos. No somos robots que siempre hacen lo mismo. Y uno cambia de parecer, de ver las cosas. Siente que algo ya fue. Se cansa. Pierde el entusiasmo de años anteriores. Busca hacer algo distinto. 

El blog quedará. No lo voy a eliminar. Quien sabe algún día después de no se cuantos años quiera retornar de nuevo.


Muchas gracias a todos los que perdieron buena parte de su tiempo leyéndome, comentando, felicitándome por algunas entradas. 

Les deseo lo mejor. Un gran abrazo y muchísimas gracias por estar. Saludos!!!