sábado, 8 de febrero de 2025

En el fondo del mar

En el fondo del mar


Una nueva planta apareció el el fondo del mar de la India. Tenia una fácil reproducción. A los pocos años se extendió por todos los mares del mundo. Estas plantas llevaban gran oxigeno a las aguas. Logrando que se multiplicaran las especies marinas. Peces, estrellas, corales.

Las olas se encargaban llevarlas a las orillas. En la arena, piedras y rocas crecían mas rápidamente las almejas y caracoles
Algo parecido ocurría en el agua de los ríos que desembocaban en el mar. Los peces se multiplicaban. Como así también las lombrices, sapos, patos o yuyos que bordeaban las costas. Esto a la vez atraía a las aves que se alimentaban de esos seres. 


De abajo de las tierras que eran destinadas a la agricultura o ganadería emergían especies vegetales nativas que arruinaban las cosechas. Estas se sobreponían a las plantaciones de uvas, tabaco, soja, trigo, cítricos, bananas, te o café quedando solo ellas. Algo parecido ocurría en los campos donde había vacas, ovejas, llamas, cerdos. Estas nuevas plantas terminaban cubriendo la totalidad de esos sitios ahogando al ganado.

Al llegar a las ciudades esas especies emergían sobre el asfalto. 
No solo terminaban levantando los pisos de casas y edificios. Si no también los techos provocando derrumbes. Además de romper autos estacionados, alumbrado o paredes. Las calles y avenidas se volvían intransitables. Sumado a que raíces dañaban tanto las redes de metro donde las había como cables y caños subterráneos.

La gente no las podía parar. De cada una que lograban eliminar a las horas aparecían diez más. 

Esas plantas cobraban cada vez mas altura.

La gente estaba anonadada. Sus viviendas terminaron destruidas. Tampoco sabían como hacer para alimentarse. Donde conseguir comida. Los negocios además de reducirse a escombros también fueron saqueados. El mismo escenario se daba en farmacias, hospitales, clínicas y demás centros de salud.
En todos los centros urbanos la población aguantaba hasta donde podía. Una vez los habitantes iban falleciendo por falta de agua y alimentos sus cuerpos quedaban en el piso.


Al año la humanidad ya se había extinguido. De las ciudades solo quedaban montañas de escombros rodeado de esa nueva flora. Muchas de esas plantas pasaron a ser árboles que tenían varios metros de alto. A la vez crecían otras nuevas.

A estas especies se le acercaban abejas, grillos, mariposas, colibríes, zorzales, tucanes, carpinchos, venados, ñandúes, ardillas que dependían de ellas para subsistir.


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Después me acordé que en 2012 había escrito esto que es parecido. O sea que no hay nada nuevo en esta entrada

El bosque.
 
En ese bosque todo era armonía. Gaviotas que iban y venían, abejas que construían sus panales, zorzales anunciando la llegada de un nuevo día. También había liebres corriendo, culebras, monos que saltaban entre las ramas. Hasta algunos leones que cada tanto merodeaban la zona.
Todo era de una intensa paz.
Hasta que un día aparecieron las primeras casas. Acompañadas por autos y caminos de tierra. Junto a autos, bicicletas y motos que iban y venían.
Ese bosque dejó de ser el mismo. Si bien todavía tenía muchas zonas intactas presentaba numerosos huecos.  Aparte de que en varios tramos había escombros, bolsas de nylon, restos de comida, etc. Y los animales que lo poblaban optaron por irse
A pesar de todo el éxito inmobiliario pudo mas. La urbanización siguió creciendo. Los caminos de tierra se multiplicaron transformándose en calles y avenidas asfaltadas. Aparecieron negocios, oficinas, algún que otro edificio. Tambien se instalaron antenas telefónicas, cableado eléctrico. El trafico era cada vez mas intenso. Ahora se le sumaron colectivos que llevaban a la gente de un lado a otro o camiones que cargaban y descargaban mercadería.
Del bosque solo quedó una mínima porción. La cual, debido al paso agigantado que avanzaba la construcción no demoró demasiado en ser loteada, dividida en manzanas y ponerse en venta. Así fue como a esta parte llegaron nuevas viviendas, fábricas y centros comerciales.
Cuando hubo que arrasar la ultima manzana se produjeron problemas. Las sierras eléctricas no podían cortar las ramas. Estaban durísimas. Se terminaban quemando de tanto esfuerzo. Probaron hacerlo varias veces mas pero les ocurrió lo mismo. Entonces mandaron topadoras.
Apenas estas tocaron el primer árbol toda la ciudad tembló. Desde el piso no paraban de brotar troncos. Luego aparecieron ramas con hojas. Estos crecían por todos lados derribando cuanta construcción se le interpusiera en su camino. También se sumaron plagas de aves y abejas enfurecidas que atacaban a la población. Estos corrían de un lado a otro sin encontrar refugio. Al rato fueron sorprendidos por liebres y monos que los corrían y mordían. Estaban desesperados. Tenían sus cuerpos sangrando, llenos de picaduras por todas partes. No soportaban el dolor que esto les provocaba. Seguían corriendo pero en vano. Ya que sus casas habían quedado destruidas por los arboles. Y tanto las aves, como las abejas o resto de los animales los seguían atacando. Hasta que de a poco se iban rindiendo. Quedaban tirados en el piso quejándose del dolor, cada vez con mas lastimaduras. Cuando ya estaban todos en el suelo vino una manada de leones y se encargó de acabar con ellos.
Apenas estos terminaron su trabajo los árboles taparon la ciudad y todo ese bosque volvió a la normalidad.

https://yangus00.blogspot.com/2012/12/el-bosque.html


sábado, 7 de diciembre de 2024

En la cabeza

 

En la cabeza

Ricardo vivía acompañado de Henry, su gato. Una noche al volver del gimnasio sintió un fuerte dolor de cabeza. Se duchó, tomo un analgésico y se fue a dormir. Pensó que por ahí le cayó mal el sándwich de milanesa que comió al mediodía. Henry se hizo un espacio en la cama acostándose a su lado. 

A la mañana siguiente el dolor ya se le había ido. Por precaución desayunó té con tres galletitas de agua. Después le sirvió la comida a su mascota y fue a tomar el subte que lo dejaba en la zona de Tribunales. Allí trabajaba en una escribanía. 

Ricardo hacía más de tres años que había terminado con Natalia, su ex pareja. Aunque entre ambos seguía habiendo amistad. Cada tanto se juntaban para tomar algo o se mandaban mensajes. Por ahora estaba cómodo así. Viviendo en un dos ambientes junto a su mascota.

Otra tarde los compañeros de la escribanía donde trabajaba lo veían rascarse constantemente la cabeza. Incluso a veces lo hacía con las dos manos. Le preguntaron si estaba bien. Ricardo les hizo saber que hacía horas que sentía fuertes picazones pero nunca le había pasado antes. Le recomendaron visitar a un médico.

Ya en su casa Ricardo se cambió, le puso alimento y agua a Henry y fue al gimnasio. La picazón se le había ido. 

Al regresar se ducho. Después se preparó para cenar ensalada y pollo a la plancha. De postre dos bananas. Luego terminó de ver los dos capítulos finales de la serie que estaba siguiendo y se fue a la cama. Henry lo acompañó. Ricardo lo acarició hasta quedarse dormido. 

Tenía dos hermanos. Uno era tres años mayor y otro cinco menor. Ricardo era el del medio. Tenía cuarenta y dos. A Cristian, el más grande cada tanto iba a visitarlo a su departamento. Santiago, el mas chico hacía tiempo que vivía en España.

Una vez Cristian lo invitó al cumpleaños de David, su sobrino. Era el viernes a la noche. Faltaban tres días. Éste llegaba a las dos décadas de vida. Ricardo se sorprendió con lo rápido que pasaba el tiempo. Se acordaba cuando lo tenía en brazos. 

Sin embargo faltando pocas horas para el evento le mando un WhatsApp avisando que no iba a ir. Otra vez tenía cefaleas. 

Esto ya le estaba empezando a preocupar. Anteriormente solo cada tanto tenía náuseas, sudoración y dolores de cabeza cuando alguna comida le caía mal. O si tenía fiebre. Ahora se le repetía cada vez más seguido. Tampoco nunca antes le había picado la cabeza. 

Pidió turno con un neurólogo. Mientras tanto, a pesar de estos hechos no dejaba de hacer su vida. Un sábado fue a cenar con cuatro amigos. Los conocía de hacía bastante tiempo cuando jugaba al fútbol los martes y viernes por la noche. Ricardo junto a otro amigo se cansaron y dejaron. El resto ahora lo hacía solo una vez por semana. Sentían que el físico ya no les daba para jugar dos días. Comieron pizza con cerveza. Después continuaron la salida en un bar. Dos de ellos estaban casados y tenían hijos. Uno se había separado hace varios meses. También había otro que al igual que Ricardo nunca pudo tener relaciones duraderas. 

A la mañana siguiente Ricardo se despertó con un fuerte dolor de cabeza. Primero pensó que era el alcohol. Pero al rato le llamó la atención que no tenía ganas de vomitar. 

Llegó el día de la visita al médico. Ricardo le habló de su situación y éste le recetó hacerse una radiografía y tomografía craneal. También le dijo que volviera con los resultados. 

Otra mañana Ricardo desayunó café acompañado de tres rodajas de pan con manteca y mermelada como lo hacía habitualmente. Al terminar le puso agua y comida a Henry. Luego fue a tomar el subte que lo dejaba en la zona de Tribunales. 

Sin embargo debió bajarse en la estación Pasteur. No soportaba la picazón en la cabeza. Le daba vergüenza que los demás pasajeros miraran la forma en que se rascaba. Mandó un WhatsApp a la escribanía avisando que llegaba más tarde. Compró una tira con analgésicos en una farmacia. Luego fue a la pileta de un baño de un local de comidas rápidas. Abrió una canilla y tomó un comprimido. También se mojó la frente y cuero cabelludo.

Caminó hacia la plaza Houssay donde se sentó un rato. A la hora ya estaba mejor. La picazón se le había ido. Fue a tomar el colectivo 99 que lo acercaría a su lugar de trabajo. 

A la tarde de un jueves Ricardo volvió a ver al neurólogo ya con los resultados de todos los estudios. Éste los revisó y noto que había algo extraño. Como si habría un cuerpo dentro del cráneo presionaba para salir. Nunca había visto algo así anteriormente. 

Le recetó un electroencefalograma. 

Ricardo salió bastante asustado. Jamás se imaginaría esa respuesta. Ahora por las dudas pensaba consultar con otro especialista para ver si coincidía. 

Llegó a su casa y se miró la cabeza en el espejo. Observo que en la parte de la nuca por debajo del pelo color negro ondulado le había crecido pasto. Se quedó paralizado. Permaneció contemplando un largo tiempo. Se toco esa parte y se quitó trozos de césped. 

Mientras tanto los dolores y picazones no paraban de aquejarlo. 

Como aquel domingo que fue a la Reserva ecológica con los amigos con los que había ido a comer pizza pero tuvo que irse antes al no sentirse bien. O la noche que quedo en verse en un bar con Natalia y una amiga suya pero por los mismos motivos debió suspender el encuentro. Comenzaba a tener miedo que esos episodios le pasaran en cualquier lado. Por eso rechazó la propuesta que le hizo su hermano para ir a ver a Divididos excusándose que tenía un cumpleaños. 

Una mañana llegó a la escribanía y sus compañeros se asombraron al verlo. Observaron que su cabeza estaba llena de pasto. Ricardo dijo que no era nada. Mintió diciendo que estaban cortando el césped en la plaza Lavalle y con el viento se le fue al cabello. Cuando regresó le pasó algo parecido en la cola del super donde compraba habitualmente. Empezaba a sentir que lo miraban raro. Fue al gimnasio y se repitió la misma situación. Las personas con las que tenía más confianza le decían que tenía el pelo lleno de pasto. 

Cuando regresó a su departamento fue a ducharse. Al mirarse al espejo notó que el pasto le había crecido por toda la cabeza. Solamente le quedaba algo de cabello original en la parte de atrás. 

Esta imagen lo deprimió. Optó por no bañarse. Se acostó. Pensaba en no ir más al gimnasio, tampoco verse con sus amigos ni con su hermano o ex pareja. Temía a que lo vieran de ese modo. Recordaba todos los encuentros que terminó suspendiéndolos a último momento o yéndose antes por los malestares que le venían. Tampoco tenía ganas de seguir yendo a trabajar. Pero por otra parte sentía que el trabajo no lo podía dejar porque sin él se moriría de hambre. Pensaba ir con una gorra pero dudaba si en la escribanía la aceptarían. Recién se pudo dormir pasadas las tres de la mañana. Al día siguiente Henry lo despertó tocándole la cara con sus patas. Ricardo se sorprendió al ver la habitación tan iluminada. Miró el reloj. Vio que eran más de las 12 del mediodía. Al ver el teléfono se encontró con decenas de WhatsApp y llamadas perdidas de la escribanía donde trabajaba. No sabía que hacer que escusa inventar. Apagó el celular. Le puso agua y alimento a Henry. 

Fue a sentarse al sillón. Al poco tiempo el dolor de cabeza volvía a invadirlo. Caminó al baño para tomar un calmante. También se mojó la cara y lo que antes era el cabello. Luego regresó al sillón quedándose dormido. Se despertó pasadas las cinco de la tarde. La cabeza ya no le dolía. Se sacó la ropa y se dirigió hacia la ducha intentando despabilarse. Después de las 20hs comió una manzana y se fue a dormir. 

Ricardo decidió pasar los días así. Solo salía de su hogar para comprar alimentos tanto para él como para Henry. Cuando lo hacía se ponía una gorra y un buzo con capucha para no llamar la atención. No prendía el celular porque no quería saber nada del mundo exterior. Una tarde después de ducharse se animó a mirarse al espejo. Vio que el pasto estaba mucho más alto. Sumado a que le habían empezado a salir yuyos en la parte de la nuca. No dejaba de lamentarse. Mas allá que ahora mucho ya no le preocupaba porque permanecía todo el tiempo encerrado en su departamento.

Pasadas las 21hs se acostó. A la mañana siguiente Henry volvía a tocarle la cara con sus patas pero Ricardo permanecía inmóvil. Le lamió la pera pero seguía igual.

Semanas después fue Cristian a ver lo que ocurría. Este había recibidos mensajes tanto del jefe de Ricardo como de algunos compañeros del trabajo y amigos. Se sorprendió al verlo tirado en la cama boca arriba. Con la cabeza cubierta de pasto, un tronco con ramas llenas de hojas que emergía del interior del cráneo y extensas raíces que le brotaban de la boca llegándole hasta el pecho. 

 

sábado, 30 de noviembre de 2024

No puedo saber

 No puedo saber 




No puedo saber si te trajo la primavera
El viento norte
Aquel avión que pasó
El sabor de la noche

Dónde habrás posado antes
Un farol
El obelisco
Aquel jacarandá que de violeta se pintó

Si viniste desde campos lejanos
Centro de la Tierra
Un camalote en el Río de la Plata
Alguna estrella

Luego te fuiste
Por misma ventana que llegaste
Desplegando tus grandiosas alas 
Buscando afuera lo que aquí no hallaste.

No se hacia dónde andarás
Que rumbos tomarás
Música que te guiará
Cuerpos que te esperarán 






sábado, 5 de octubre de 2024

Estos tiempos

 

Estos tiempos

 

En las calles de la ciudad

Almas tristes van

Cuerpos durmiendo en umbrales

Persianas que ya no abren

 

Pantallas irradiando veneno

Incertidumbre sobre el pavimento

Reclamo de voces

Palos de uniformes

 

Gobierno de redes

Viajes, aviones y hoteles

Odio que baja de arriba

Humanidad en libre caída

 

Mezcla de resignación, bronca y hartazgo

En el suelo se va desparramando

Cerebros forzados a partir

Futuro teñido de gris

 

Primavera con perfume a flores

Rebelión de corazones

Mariposas volando

Nuevas melodías van brotando

 

Mañana el sol regresará

Se armará otra realidad

Emergerá un nuevo escenario

Risas, juegos y alegres cantos

 

 

domingo, 8 de septiembre de 2024

El pintor

 El pintor


Martín se decidió a pintar su departamento. Tanto los techos como las paredes cada vez estaban mas resquebrajados. Muchas veces iba al living o la cocina y se encontraba con pedazos de pintura en el piso. 

Hace varios años que tenía pensado hacerlo. Por fiaca lo iba dejando pasar. Primero pensaba pintar él. Mas tarde se arrepintió. Creyó que era conveniente llamar a alguien que supiera mejor como hacer el trabajo. 
Preguntó en una ferretería si conocían algún pintor y le pasaron una tarjeta con su nombre y contactos de Facebook, Instagram o Whatsapp. Martín se comunicó. Éste le dijo que pasaría el sábado temprano a la mañana a ver el departamento. Se llamaba José.

José apareció el sábado pasado el mediodía. 
Empezó a revisar las distintas habitaciones. Pieza, living, cocina y baño. Tocaba y golpeaba techos y paredes. También pegaba puñetazos haciendo que cayera polvo y trozos de pintura. Le preguntó a Martín cuanto hacía que las habían pintado. Él le dijo que no tenía idea. Que vivía ahí hace ocho años y siempre estuvo así. José le explicó que el que pintó anteriormente hizo un desastre. 
Una vez que terminó José le dijo que no podía hacer nada. Martín se sorprendió al escucharlo. Quiso saber los motivos. José culpó al pintor anterior por todo el daño que había hecho en los techos y paredes. Lo acusó de estafador, aprovechador, ladrón. Le hizo saber que para solucionarlo había que romper todas las paredes y después ver como empezar de nuevo. También insultó al empleado de la ferretería que le dio la tarjeta y al encargado del edificio por ser cómplices.

-¿ Entonces como lo resuelvo? - quiso saber Martín
-No se - respondió José - ya te dije que el otro pintor hizo todo mal. De este modo yo no puedo trabajar. 
-Después le pregunto a Martín si sabía su WhatsApp, Instagram o algún que otro sitio.
-No tengo idea
-Uh que pena. Si no lo destrozaría en todas las redes.

Apenas terminó José dijo que no tenía más que hacer ahí.  Martín siguió insistiendo que quedaría todo sin pintar.
-José se enfadó y empezó a gritar- ¿¡ No me escuchaste!? ¿¡O vos también estás en el otro bando!? Si es así no me jodas más. Hay que terminar con esa manga de seudo pintores que no cumplen con los horarios y no saben como usar los pinceles. Se nota que no entendés nada idiota. ¡Anda con el atorrante del otro pintor ya que tanto lo queres!
Ya en planta baja José toco el timbre del encargado pero éste no contestaba. Quería desquitarse con él también por permitir que cualquiera venga al edificio a hacer lo que se le cante. 
Antes de irse le hizo saber a Martín que iba a ir a la ferretería a buscar al imbécil del empleado que le dio la tarjeta. 

Cuando Martín se quedó solo seguía asombrado. Jamás había recibido un trato así de parte de gente que le hizo arreglos. Como el plomero que llamó hace varios años cuando le perdía la bacha de la cocina. O el gasista que vino dos meses atrás cuando quedaba encendido el calefón después de usar el agua caliente y debía apagarlo a mano. Estos se enfocaban en hacer los trabajos y listo. 
Ahora debía probar en ir de nuevo a alguna otra pinturería o ferretería para ver si conocían a alguien que podría pintar.

domingo, 4 de agosto de 2024

Que ocurre

 Que ocurre


Que les pasa a las ideas
Que dejaron de rondar por mi cabeza

Que tienen los cuadros
Que ya no me permiten apreciarlos

Que misterio hay en las letras
Que me plantaron junto a la lapicera

Que tienen los sentimientos
Que no quieren incentivarme en este invierno

Que ocurre con las hojas
Que ya no se acercan para que las llene de palabras, puntos y comas

Que pasa con la imaginación
Que también me dejó solo el día de hoy

sábado, 6 de julio de 2024

La miel


 La miel

Sabrina fue a una dietética que tenía a una cuadra de su casa. Quería comprar miel y frutos secos. Los dueños de ese local le dijeron que no había miel desde hace varios días. De ninguna marca. No le entregaban. Compró solo los frutos secos y se fue.

Sabrina usaba la miel para varias cosas. La ponía en el té que se preparaba a la mañana en el desayuno. Después como le gustaba comía varias cucharaditas más. También la colocaba en los mates que se hacía los fines de semana por la tarde. Por las noches antes de ir a dormir le venían ganas de comer algo dulce. Ahí depende de lo que se le antojara en el momento sumado a lo que tenía optaba entre la miel, algún chocolatín que se había comprado, mermelada o dulce de leche. 

Al día siguiente fue al super que tenía a la vuelta y le dijeron lo mismo. Hacía varias semanas que no recibían miel. 

Hablo de esto en el grupo de whatsapp que tenía con varias amigas y muchas le contaban que no conseguían miel por ningún lado. Pensaban que por ahí ese faltante tenía que ver con cuestiones económicas. Que había conflictos con los apicultores. O que los comercios no las ponían a la venta por razones especulativas.

Sabrina trabajaba en una zapatería ubicada en el barrio de Once. Por la tarde, al terminar de trabajar ahora probaba ver si conseguía miel en varios almacenes y súper de la zona. Pero era en vano. En ningún sitio había. Y todos le decían lo mismo. Hacía semanas que no les entregaban sin saber porque.

Sabrina vivía sola en un departamento situado en Paternal. Varios sábados a la noche a veces se juntaba con las amigas del grupo de watshapp. Arreglaban para cenar en alguna casa, salir a tomar algo o algún recital. Muchos domingos que el tiempo estaba lindo también se reunían para hacer picnic en algún parque. 

Empezaba a ver noticias en las redes sobre el faltante de miel. Donde se acusaban unos a otros. Que los dueños de los apiarios no mandan el producto porque les conviene exportarlo. Que los apicultores no les conviene producir por el dinero que reciben. Que las grandes empresas alimentarias compran la miel a un precio y las almacenan en grandes depósitos para venderlas cuando a ellos se les antoje a un precio mucho mas caro. Que el gobierno no hace nada para revertir todo esto. 

Mas tarde esta pasó a ser la principal noticia. Se discutía en todos lados. Programas de tv, radio, twitter, tic toc, youtube. Muchos cronistas fueron a los apiarios para ver lo que realmente ocurría. Se quedaron anonadados al encontrarse con cadáveres de personas llenos de picaduras de abejas. 

Sumado a que estas habían desaparecido. 

Luego avanzaron a sitios mas lejanos. A zonas despobladas de Chaco, Salta, Santiago del Estero. Vieron que las abejas alrededor de sus colmenas habían construido panales gigantes donde almacenaban la miel. Estos eran custodiados por varias abejas obreras. Si un ser humano quería aquel producto debería pagarles a ellas. De lo contrario no se lo daban. 

Al ver esto que transmitían los medios Sabrina no lo podía creer. Pensó que era todo una fábula. Que el Gobierno y las grandes cadenas alimenticias les había pagado a los medios para que dijeran eso.

Mas tarde Sabrina veía por las redes que esas abejas se organizaban para poner esos panales gigantes en los alrededores de las ciudades buscando llegar a mas clientes. A la vez que iban construyendo colmenas alrededor de donde vivían. 

Utilizaban el dinero que ganaban para agrandar sus nidos, tener mas panales y comprar envases para almacenar la miel. 

Un fin de semana Sabrina fue a pasarlo a Chascomús. Vio que en los costados de la ruta 2 las abejas vendían la miel a los automovilistas que pasaban.  

domingo, 2 de junio de 2024

sábado, 4 de mayo de 2024

sábado, 6 de abril de 2024

Se van

Se van 

Se van los años de los almanaques
Luego de de haber cumplido su ciclo

Se retiran las flores de las plantas
Una vez que acaban de marchitar

Se despide otro verano en la ciudad
Después de haber calentado un rato

Se retiran los jugadores de la canchas
una vez que el arbitro haya pitado

Se van los artistas del escenario
cuando las luces se encienden

Se despiden las noticias de las pantallas
una vez que hayan pasado de moda


Se va el colectivo de la parada
luego de terminar de cargar a los pasajeros

Se despiden los coches de las esquinas
una vez que el semáforo cambió a verde

Se retiran los clientes de los bares 
cuando los empleados cierran las puertas

Nos despedimos nosotros de aquí
Una vez que ya no tengamos nada más que hacer

Me voy yo de la compu
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